Macri: “[Vamos a poner en marcha] un millón de créditos [hipotecarios] a 30 años”
“Quiero trabajar para que accedas a tu primera vivienda, [vamos a poner en marcha] un millón de créditos [hipotecarios] a 30 años”, prometió el presidente de la Nación, Mauricio Macri, durante el debate presidencial con el candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, en noviembre de 2015.
El último Informe de Estabilidad Financiera del Banco Central de la República Argentina (BCRA) indica que desde el primer trimestre de 2016 hasta el tercero de 2018 se entregaron 126.100 créditos hipotecarios, de los cuales 97.400 se actualizan por las unidades de valor adquisitivo (UVA, es decir, por inflación), modalidad introducida hace dos años por la gestión de Macri.
Analistas del mercado hipotecario consideran prácticamente imposible que entre el cuatro trimestre de 2018 y 2019 el sistema financiero argentino coloque los 873.900 préstamos hipotecarios que se requerirían para que Macri cumpla su promesa de campaña y alcance al millón, pero aún el plazo de la promesa no venció.
Al consultar el detalle de la plataforma de Cambiemos, allí se prometía otorgar “un millón de créditos hipotecarios con cuotas similares a las de un alquiler” y una tasa de interés del 0% que se ajustaría “cada año según un índice a convenir, probablemente una combinación de inflación y salarios”. Además, según la plataforma, estos se lanzarían el 10 de diciembre de 2015 (día de la asunción de la nuevo gestión) y serían financiados con fondos de la ANSES.
Finalmente, Cambiemos lanzó cuatro meses después de su asunción el primer plan de créditos actualizables por la inflación, aunque con algunas diferencias con respecto a la promesa. El principal cambio fue que el plazo era menor (de hasta 20 años), y tenía una tasa de interés que se iniciaba a partir del 3,5 por ciento.
En abril de 2017, Macri anunció una nueva línea de créditos que se ajustan a través de una Unidad de Valor Adquisitivo (UVA), que evoluciona con la inflación medida por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que calcula el INDEC. Estos préstamos tienen un plazo máximo de hasta 30 años, en línea con lo prometido en la campaña.
“La promesa de Cambiemos implicaba quintuplicar el stock existente de deudores hipotecarios, que es de casi 200 mil”, recuerda a Chequeado Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de la consultora Ecolatina. “Considerando la dinámica demográfica, ese anuncio equivaldría pasar del 1,5% de los hogares con crédito hipotecario al 7,5 por ciento. Pero desde diciembre de 2015 hasta septiembre de 2018, el stock créditos hipotecarios aumentó de poco menos de 200 mil beneficiarios a casi 250 mil, según el Informe de Estabilidad Financiera. Si bien esto implica un salto de beneficiarios del 30%, está muy lejos de representar un boom”.
Al analizar los datos de los créditos hipotecarios, hubo tres momentos diferentes: 1) un 2016 de caída, en donde el stock retrocedió 8% por la recesión, 2) un 2017 expansivo, con un avance del stock de beneficiarios de casi 20%, como consecuencia del boom de los créditos UVA, que pasaron de representar menos de 2% del total del sistema a más de un quinto, y 3) en los primeros nueve meses de 2018 continuó la tendencia alcista, un 17,6 por ciento.
Para 2019, el economista de Ecolatina espera un “crecimiento del stock de beneficiarios de créditos hipotecarios, pero no un despegue”. Y, en este sentido, agregó: “Algunas políticas oficiales como el Pro.Cre.Ar, con líneas de financiamiento a tasas subsidiadas, o el reflote de Nación Mi Casa (préstamos del Banco Nación) ayudarían, pero los tomadores de crédito hipotecario no alcanzarán el medio millón al final de este mandato presidencial”, pronostica Sigaut Gravina.
José Rozados, presidente de la consultora Reporte Inmobiliario, también descarta que se logre la promesa: “No se podrá, por las condiciones financieras imperantes desde mayo de 2018”.
Miguel Arrigoni, titular de la compañía de asesoría financiera First Capital Markets, explica por qué también él considera que se incumpliría la promesa: “En 2019 van a dar menos créditos que en 2017 y 2018 porque en la economía habrá menor demanda, más desempleo y subocupación. Entonces la gente no tomará crédito personal o hipotecario. Además, los bancos están retaceando los créditos”.
La directora ejecutiva de la consultora Eco Go, Marina Dal Poggetto, se suma al pronóstico pesimista: “Es imposible llegar al millón. El objetivo indirecto del apretón monetario actual es frenar al dólar y el mecanismo es frenar el crédito. De hecho, el crédito total crece cero desde que arrancó el apretón (en abril pasado). El hipotecario se frenó, en parte porque los bancos públicos, fundamentalmente el Nación, dejaron de prestar, pero también porque el salto del dólar hace muy caros los inmuebles en pesos”.
Como se marcó en esta nota y previamente en el análisis de 2017, esta promesa todavía está lejos de cumplirse. Por más de que los especialistas lo consideren casi imposible, aún queda plazo para que se cumpla, por lo que la promesa mantuvo su calificación de EN PROCESO DEMORADA.
EN PROCESO DEMORADA: se avanzó poco o nada en las medidas necesarias para cumplir con el compromiso, pero todavía podría lograrse en el resto del período de mandato.
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