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FrasesInsostenible
La afirmación surge de investigaciones con falta de sustento o graves errores metodológicos, o resulta imposible de chequear.

¿Hay que envidiar a Perú?

En las 1404 palabras que el miércoles 4 Marcos Aguinis le dedicó a la comparación entre la situación argentina y la peruana, titulada “Envidia al Perú”, el escritor subraya el importante crecimiento macroeconómico del Perú en la última década, pero no abunda en datos que avalen su “envidia”.

Algunos párrafos de la nota del columnista de La Nación dejan dudas sobre esa comparación:

“Un hecho notable, y que produce mi envidia de argentino, es que sucesivos gobiernos caracterizados por discursos diferentes han mantenido continuidad en varias políticas de Estado. No han pretendido empezar de cero y romper con todo lo precedente (…) Es obvio que se condene el autoritarismo y la corrupción de Fujimori y Montesinos, pero no su éxito contra el delirante Sendero Luminoso y el alivio a las cargas del Estado mediante la privatización de empresas deficientes (el programa económico de Fujimori fue el de Mario Vargas Llosa, su rival en las elecciones, lo cual se consideró al principio una felonía y luego una decisión sabia). Las vigorosas líneas liberales del presidente Toledo perduran en el actual.”

Aguinis envidia el aspecto del crecimiento peruano más criticado por la oposición, las políticas liberales que abrieron las puertas a las inversiones extranjeras en rubros como la minería, que representa el 65 por ciento de las exportaciones. Sin embargo, aún con niveles históricos de crecimiento económico, Perú muestra índices menores que la Argentina:

 

Argentina

Perú

PBI per cápita  (ranking)

43

72

Crecimiento PBI 2004-2009

43,3%

39,6%

Fuentes: ONU, INDEC, INEI

Tampoco son comparables los índices sociales entre los dos países:

 

Argentina

Perú

Índice de Desarrollo Humano (onu)

49

78

Índice Desarrollo educativo (unesco)

38

68

Población bajo nivel de pobreza

15,6%

34,8%

Desempleo

7,9%

8,1%

Fuentes: ONU, INDEC, INEI

La libertad de expresión

En otro párrafo de su artículo, Aguinis manifiesta su envidia por la posibilidad de los peruanos de expresar libremente las críticas al gobierno.

 “La libertad de prensa no sufre acosos. Luego del discurso del presidente en el Día de la Independencia, me concentré en los medios que se consideran favorables a su gestión. Ahí pude corroborar que no existe la prensa oficialista. Hasta los diarios que se señalan como más cercanos al Ejecutivo no saltearon una página sin estrujar alguna crítica.”

En la comparación de Aguinis puede entreverse una crítica al enfrentamiento que el actual gobierno argentino tiene con algunos multimedios –especialmente Clarín–, que llevaron a que la Sociedad Interamericana de Prensa (sip) acuse a Cristina Fernández de limitar la libertad de expresión. Cualquier lector puede comprobar que en los diarios argentinos también se suele ejercer una fuerte crítica del oficialismo, y otro tanto pasa con las radios y los canales de televisión privados. La diferencia es que el Gobierno kirchnerista contesta a esas acusaciones golpe por golpe desde los medios públicos.

Pero la libertad de expresión peruana no está exenta de los arrebatamientos de parte del gobierno de ese país. “Lo que más nos preocupa es que se ha producido una escalada de medidas represivas que impiden el derecho de reunión y derecho a la libertad de expresión”, dijo el 21 de julio Francisco Soberón, presidente de aprodeh, una de las principales entidades defensoras de los derechos humanos en el Perú.

Entre los casos más polémicos de las últimas semanas se encontró el intento del gobierno de Alan García de expulsar del Perú al religioso británico Paul McAuley, quien denunció las consecuencias negativas de la política minera peruana en las poblaciones indígenas. El 30 de junio, el gobierno peruano le dio un ultimátum para que abandonara el país en siete días, pero la Justicia peruana revocó la expulsión el 7 de julio.

Incomparable

“Un aspecto notable es el crecimiento de la inversión externa y local, que se ha traducido en la creación de millones de nuevos puestos de trabajo, un descenso notable de la desocupación y un incremento de la capacidad adquisitiva.”

Todos los logros del Perú señalados por Aguinis, más allá de los debates sobre el costo social que conllevan, son reales. El problema es el intento de compararlos con la Argentina, un país con una economía sustancialmente  más desarrollada que la peruana.

Si el autor hubiera indagado un poco más sobre la actualidad peruana, habría encontrado llamativas coincidencias con la Argentina:

  • El INEI, organismo encargado de las estadísticas oficiales peruanas, está tan cuestionado como el INDEC argentino. En 2009, el INEI realizó reformas en sus mediciones que generaron fuertes críticas en la oposición.
  • Al estilo de Julio Cobos, el vicepresidente Luis Giampietri está enfrentado a Alan García y se opone a algunas leyes promovidas por el gobierno. “A veces parece el vicepresidente de la oposición”, lo criticó el canciller peruano José Antonio García Belaunde.
  • La preocupación por la inseguridad y el aumento de los delitos ocupa el primer lugar en los reclamos de la población.

La encuesta que la consultora Ipsos realiza cada mes en los dos países muestra que en julio el 30 por ciento de los peruanos apoyaba a Alan García y un 65 por ciento desaprobaba su gobierno. En la Argentina, la misma encuestadora determinó que en el mismo mes Cristina Fernández tenía un  48,1 por ciento de aprobación y que un 45,5 por ciento reprobaba las políticas oficiales. Una diferencia que seguramente Aguinis no envidia.

 

Fecha de publicación original: 11/08/2010

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Comentarios

  • Federico5 de octubre de 2010 a las 11:32 amBien podrían tomar un avión
    Aguinis debería tomar un avión y recorrer...de norte a sur, de este a oeste, selva, montaña y llanura antes de escribir semejantes barbaridades. Pobre patría mía...
  • Carpe Diem2 de diciembre de 2010 a las 8:28 amEn última instancia los que Aguinis envidia, aunque no como argentino, sino simplemente como Aguinis es que en Perú se apliquen políticas largamente fracasadas en nuestro país, y tambié que en Perú haya un gobierno que no es kirchnerista.
  • TOMAS HERNANDEZ11 de septiembre de 2011 a las 4:18 amYo considero que las dos criticas estan equivocadas,el patrioterismo,el apasionamiento y la parcializacion,no son elementos para una critica seria y objetiva,eso revela mediocridad en el manejo de la politica,se puede ser un buen novelista y un buen demagogo como son los peronistas,pero ello no es sinonimo de politco,eso es politiqueria,como tambien son los apristas,la politica es otra cosa,lo que vemos es el actuar de poliqueros de mediocre calidad.

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