Pichetto, sobre Lomas de Zamora: “El costo del impuesto de seguridad e higiene [es] uno de los más caros del país y de la Provincia de Buenos Aires”

Durante una recorrida de campaña junto a Diego Santilli, precandidato a diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires del frente Juntos, el auditor general de la Nación y ex compañero de fórmula de Mauricio Macri en 2019, Miguel Ángel Pichetto, hizo referencia a la presión tributaria en Lomas de Zamora, municipio gobernado por el intendente Martín Insaurralde (Frente de Todos).

“Me parece importante apuntar a un tema que hemos escuchado de todos los comerciantes, que es que el costo del impuesto de seguridad e higiene, uno de los más caros del país y de la Provincia de Buenos Aires”, dijo Pichetto según consigna El Cronista. “​​Si lo comparamos con lo que cobra Lanús u otros municipios que están gobernados por el PRO, me parece que hay una notable diferencia en orden a lo que se cobra aquí en Lomas de Zamora”, sostuvo.

La afirmación de Pichetto es insostenible. De acuerdo con el método de Chequeado, una afirmación es insostenible cuando “surge de investigaciones con falta de sustento o graves errores metodológicos” o “resulta imposible de chequear”.

Qué es la tasa de seguridad e higiene

La Tasa de Inspección de Seguridad e Higiene (TISH) es una imposición que cobran los municipios en concepto de control de la seguridad, salubridad e higiene en locales y establecimientos comerciales e industriales.

Según un informe de 2019 de la Universidad Nacional de La Plata, la TISH es, junto con la Tasa por Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL) y la Tasa por Conservación y Mantenimiento de la Red Vial, uno de los 3 gravámenes más importantes a nivel municipal, dado que concentran el 67% de los recursos tributarios municipales.

Según el mismo documento, 109 de los 135 municipios de la Provincia de Buenos Aires cobran esta tasa todos los meses, con una alícuota promedio del 0,71% y un máximo de 5%.

No existen datos que respalden las declaraciones de Pichetto

¿Dónde se ubica el Municipio de Lomas de Zamora? El informe citado no lo detalla, pero según la ordenanza impositiva 2021 del municipio, un local o establecimiento que facture entre $ 60 mil y $ 1 millón al año debe pagar $ 721 fijos por mes más el 0,90% de sus ingresos brutos (sobre el excedente de $ 60 mil) en concepto de Tasa de Seguridad e Higiene.

La cifra escala a $ 11.720 más 1,10% de ingresos brutos (sobre el excedente de $ 1 millón) para los ingresos de hasta $ 2,5 millones anuales y continúa subiendo hasta el último peldaño de la escala, que establece que aquellos locales con ingresos de más de $ 3,3 millones deben pagar $ 45.650 más el 1,3% de ingresos brutos sobre el excedente de $3,3 millones en concepto de TISH.

Si bien estas cifras superan la alícuota promedio del estudio sobre municipios bonaerenses de la UNLP, resulta imposible saber si se encuentran entre “los más caros del país y de la Provincia de Buenos Aires”, como afirmó Pichetto.

“No hay una fuente de datos que consolide y que publique los montos que cobran los municipios en concepto de tasa de seguridad e higiene”, explicó a Chequeado el economista Joaquín Waldman, especialista en temas tributarios de la consultora Ecolatina -fundada por el ex ministro de Economía Roberto Lavagna-, y agregó: “Hace tiempo que los datos consolidados municipales no se publican, por lo que costaría compararlo, por más que se tenga el dato de Lomas de Zamora”.

Una estimación en base a datos de 2018, realizada por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, muestra una alícuota promedio de la TISH del 0,6%, lo cual colocaría a las tasas de Lomas de Zamora entre las más altas de la provincia. Sin embargo, la comparación del informe es únicamente entre aquellos municipios que utilizan Ingresos Brutos como base imponible, lo que dificulta su comparación con municipios con otro tipo de bases imponibles, como aquellos que cobran montos fijos.

Además, esta comparación de alícuotas promedio no es igual para todos los comercios e industrias. “Incluso hay municipios donde esta alícuota general se vuelve abstracta porque cada actividad termina teniendo una cuota diferenciada, y otros donde la diferenciación [de cuánto tributa cada local] se hace por tamaño”, dijo a Chequeado el economista Carlos Martínez, investigador docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) y especialista en finanzas del sector público. 

Según la ordenanza impositiva de Lomas de Zamora, además de los locales que abonan de acuerdo a la escala general, hay otros que lo hacen según la escala industrial y otros que pagan un componente que varía del 0,8% al 2%.

“Por eso, esta comparación de alícuotas generales tiene un sentido descriptivo pero no alcanza para definir quién cobra más”, agregó. “Esto no quiere decir que las tasas sean bajas: simplemente que no se puede sacar una conclusión con los datos públicos existentes”, concluyó Martínez.

Este medio se contactó con el equipo de Prensa de Pichetto para conocer el origen de la afirmación, pero al momento de la publicación de la nota Chequeado no había recibido respuesta.

Por lo tanto, lo dijo el ex senador es insostenible, ya que no existe una fuente de datos actualizada que consolide y compare los montos que cobran los municipios argentinos por este concepto como para respaldar la afirmación. Esto no implica que las tasas sean bajas: simplemente no se puede sacar una conclusión.

Un impuesto regresivo

De acuerdo con un estudio publicado en 2015 por la UNGS y la Secretaría de Asuntos Municipales de la Nación, “al tomar como base imponible el valor de las ventas se podría clasificar a la TISH como un tributo general a los consumos (dado que resulta trasladable a los precios), con el agravante de operar (al igual que el impuesto a los ingresos brutos y a diferencia del impuesto al valor agregado) en cascada al ser de etapa múltiple y acumulativo, es decir que recae aún con mayor peso sobre los consumidores”. 

Como se explicó en este chequeo, la tendencia a largo plazo indica que los municipios bonaerenses recaudan una proporción cada vez mayor proveniente de sus ingresos propios por la TISH y menor, por la de servicios generales o ABL.

Según la UNGS, esto deriva en un fenómeno negativo para las finanzas públicas, ya que “lo que suele cobrarse a los hogares no es poco habitual que resulte insuficiente para solventar los servicios de alumbrado, barrido y limpieza (…), y lo que se extrae de la actividad económica en concepto de tasa por inspección de seguridad e higiene es regla que exceda largamente el gasto municipal por tal servicio”.