Sapag: “El 95% del agua de Neuquén va a parar al mar. Solamente se va a usar el 1% del agua que se va al mar para estos desarrollos”

El gobernador de Neuquén, Jorge Sapag, defendió el acuerdo del Ejecutivo provincial con YPF aprobado por la Legislatura para la explotación no convencional del área Loma La Lata Norte/Loma Campana, ubicada en Vaca Muerta. Se refirió a la legislación ambiental, al uso del agua y a los beneficios que traerá este proyecto para la producción petrolera de la Provincia.

“El 95% del agua de Neuquén va a parar al mar. Solamente se va a usar el 1% del agua que se va al mar para estos desarrollos”, expresó Sapag para oponerse a quienes critican la utilización de agua en el proyecto.

Es cierto que el proyecto de Loma La Lata requiere una cantidad ínfima del agua de la provincia. Sin embargo, las principales críticas al fracking refieren a la contaminación del agua más que a su excesivo uso.

Los ríos más importantes que atraviesan la provincia de Neuquén son el Río Colorado, el Neuquén y el Limay. Este último es el mayor de los tres. Según la información del “Marco de la política ambiental provincial para el desarrollo energético sostenible en la provincia del Neuquén”, realizado por el Gobierno provincial, los tres ríos tienen una disponibilidad remanente de 9 mil millones de m3 al año, considerando el caudal mínimo.

De acuerdo al mismo informe oficial, los proyectos de explotación no convencional como el de Loma La Lata utilizarían 10 millones de m3 al año, es decir, un 0,11% del total remanente. El cálculo está hecho sobre la base de la realización de 2.500 pozos de exploración dentro de los próximos cinco años.

Además, un documento de YPF sobre el shale informa que “en la cuenca neuquina [el agua utilizada para el desarrollo del área Loma La Lata Norte/Loma Campana] insumirá el 0,002 % del caudal de  los ríos Neuquén y Limay, lo que representa el 1% de lo que consume la ciudad de Neuquén en un año”

Respecto al agua que no es utilizada por la Provincia, los ríos Limay y Neuquén desembocan en el Río Negro, que “tiene un módulo de 1000 m3”, explicó Fernando Lozano, ingeniero y profesor de la Universidad Nacional del Comahue, de la Provincia de Neuquén. Según el especialista, “de esos 1000 m3, como promedio anual, 900 desembocan en el mar”.

El fracking es un método de extracción de gas y petróleo que consiste en fracturar, mediante agua a presión mezclada con arena y otros elementos, las zonas rocosas donde están alojados los hidrocarburos.

Eduardo D’elía, ingeniero en petróleo y especialista en impacto ambiental y energías renovables, coincidió en que “la fractura hidráulica no consume volúmenes importantes de agua comparado con otras actividades como la minería metalífera o la agricultura”. Pero calificó al problema del consumo de agua como un problema de tercera o cuarta categoría.

“El principal problema es que la fractura hidráulica puede comunicar formaciones profundas con acuíferos de agua dulce, impactándolas tanto con los fluidos tóxicos de la propia fractura como directamente con los hidrocarburos contenidos en la roca fracturada”, apuntó.

Así, se distanció de la opinión del consultor energético Ricardo Barreiro, quien había considerado que no había posibilidad de contaminación: “Estamos hablando de pozos de tres kilómetros de profundidad, cuando las napas de agua potable están entre la superficie y 300 metros”, por lo que no hay “peligro de conectar una capa petrolera o de gas con una de agua potable”. Ver Sapag: “Nosotros tenemos la legislación ambiental [petrolera] más exigente de la República”.