Sarkozy: “Grecia no es Argentina”

La presidenta Cristina Fernández mencionó durante la reunión con el mandatario francés Nicolás Sarkozy la solución de la Argentina a la crisis de 2001, en relación a la situación del país helénico. Este contestó afirmando que “Grecia no es Argentina”, y que el país europeo no quebrará y respetará sus compromisos.

El economista estadounidenese Nouriel Roubini pareció dar la razón a Cristina Fernández cuando citó a la Argentina como un precedente en su columna titulada “Grecia debería declarar el default y abandonar el euro”. “Argentina lo hizo en 2001, cuando pesificó sus deudas en dólares. Estados Unidos hizo algo similar en 1933 cuando depreció el dólar en 69% y modificó la cláusula del oro [cambiando el valor de la moneda]”, enumeró. 

Ambas crisis “tienen similitudes por el origen y las propuestas de política”, aunque hay diferencias importantes, señaló Jorge Remes Lenicov, ministro de Economía durante el fin de la convertibilidad.

Algunas de las similitudes son el tipo de cambio fijo, el déficit en la cuenta corriente y el déficit fiscal, productividades y costos laborales divergentes, e imprevisión acerca de la falta de sustentabilidad de la economía seguidos por programas de ajuste. Las situaciones, sin embargo, vistas desde más cerca son distintas.

José Siaba Serrate, economista especialista en mercados de capitales y finanzas internacionales, evaluó: Grecia “no puede encaminar ningún tipo de proceso devaluatorio” puesto que el euro es una moneda supranacional, mientras que la convertibilidad argentina era una decisión nacional.

Remes recuerda que la Argentina y Grecia son países en desarrollo, pero ésta última es parte de la Unión Europea, lo cual marca una diferencia en términos de la disponibilidad de fondos para reformas estructurales y ayuda ante situaciones críticas.

Para Mario Blejer, ex director del Banco Central, “la comparación entre Grecia y Argentina es exagerada”. Entre las diferencias subrayó “la magnitud de las deudas, la griega […] es una deuda absolutamente imposible de pagar. Si se analiza el porcentaje de débitos sobre el producto podemos ver si la deuda es pagable o no. En el caso de Grecia es 158% del PIB, en nuestro país en 2001 la deuda no superó el 82-83% del producto.”

Sin embargo, para Remes la relación deuda/tamaño de la economía no es muy diferente: “En ambos países [2001 la Argentina y 2010 Grecia] la relación Deuda Pública/PIB es similar toda vez que en el caso argentino se considere el PIB en dólares con un tipo de cambio de paridad y no sobrevaluado. Como agravante, en la Argentina los vencimientos se concentraban en el corto plazo y estaban pactados a una tasa de interés muy superior a los de Grecia.”

Grecia tiene mayor acceso a créditos internacionales y su colapso podría tener un efecto dominó sobre otras economías de la región. La Argentina, en cambio, no generaba tanto temor de afectar a otras economías. “El escenario griego es de mayor incertidumbre por el riesgo de contagio que genera en economías debilitadas como las de España, Portugal y en el sistema bancario (principalmente alemán, francés y suizo) que posee deuda griega y asimismo no atraviesa un momento de solidez financiera”, explicó Siaba Serrate.

La estructura productiva argentina permitió entrever una salida relativamente rápida de la crisis, merced al “salario” que implica la exportación de “commodities agrícolas”. Incluso sin la suba de precios que se verificó al poco tiempo, había un “ingreso mínimo” asegurado. La estructura productiva de Grecia es mucho más frágil y dependiente de ciertos servicios -turismo, transporte- que podrían verse afectados por la situación general en Europa.