Sarkozy: “Para reducir los gases de efecto invernadero no hay 150 soluciones; está la nuclear”
Los defensores de la energía nuclear, como el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, la presentan como la única salida al dilema entre las emisiones de CO2 que producen las fuentes tradicionales (petróleo, carbón y gas), y la necesidad de disponer de una fuente de energía que permita mantener las condiciones de vida actuales.
El proceso mismo de producción de energía a partir del uranio produce, en efecto, muy pocos gases de efecto invernadero, fuentes de la industria sostienen que emite lo mismo que energías renovables, como la eólica (de 5 a 15 gramos de CO2 por kWh producido). Sin embargo algunos estudios que incluyen la huella de carbono desde la construcción de la central, la extracción y transporte del uranio, el desmantelamiento de la planta y la gestión de los residuos, plantean que las emisiones de CO2 son mucho mayores. De hecho según un estudio de la Universidad Nacional de Singapur, considerando todos esos factores, el promedio de emisiones sería de 66 gramos de CO2 por kWh producido. Un promedio superior al de las energías renovables, aunque aún inferior al de los combustibles fósiles.
La afirmación de Sarkozy es cierta en cuanto la energía nuclear presenta hoy una fuente que emite menos CO2 que los combustibles fósiles, y por lo tanto su utilización puede ayudar en la lucha contra el cambio climático. Se trata además de una fuente relativamente barata una vez que fue instalado el reactor nuclear.
Los críticos de su uso, por otro lado, argumentan que no se han considerado todos los costos que genera y sus riesgos ambientales. Antonio Brailovsky, docente de la Universidad de Buenos Aires y especialista en temas ambientales, explicó a Chequeado.com: “Sólo se han considerado los costos de construir las plantas y generar la electricidad, pero no los costos que tendrá cerrar las centrales cuando dejen de funcionar, ni el tratamiento de los deshechos radioactivos, para los que hasta ahora no hay una solución definitiva”. Para el especialista, no se trata de una verdadera solución a largo plazo “una planta nuclear tiene una utilidad de entre 30 a 50 años, y por tener energía durante esos años vamos a tener residuos radioactivos durante cientos de años, tenemos que encontrar otra manera de hacer girar una turbina para generar electricidad.”
El problema es justamente ese: encontrar otras fuentes de energía capaces de generar electricidad. Las energías renovables, como la solar o la eólica, no han podido hasta ahora encontrar una manera de ser competitivas en cuanto a precio y eficacia. George Monbiot, periodista y especialista británico en temas energéticos, publicó en una reciente columna sus razones para apoyar a la industria nuclear, después de haberla combatido. En ella explica que lo peor que podría pasar es que se vuelva a las energías fósiles para reemplazarla. Además crítica la idea de que se pueda generar energía de manera local, como plantean algunos ambientalistas, con molinos de viento o celdas fotovoltaicas que abastecerían pequeñas zonas, explicando que la energía solar sólo es viable en ciertos lugares o que los molinos de viento no se pueden poner cerca de las zonas pobladas, porque, justamente, estas fueron construidas al abrigo del viento. “Sí, preferiría que todo el sector (nuclear) cerrara, si hubiera alternativas menos perjudiciales. Pero no existen soluciones ideales. Todas las tecnologías energéticas implican un coste, al igual que la ausencia de tecnologías energéticas. La energía atómica acaba de someterse a una de las pruebas más rigurosas posibles y el impacto en las personas y el planeta ha sido limitado” concluye Monbiot.
Quienes del otro lado apuestan al desarrollo de nuevas tecnologías, argumentan que estas no se han podido desarrollar a la velocidad necesaria por falta de inversión. Si lo que se invirtió en tecnología nuclear se hubiera destinado a energías renovables, hoy estas estarían en condiciones de competir, opinan. Según un informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA), en 2008 a nivel mundial, “la fisión y fusión nuclear atrajeron 40% del presupuesto gubernamental destinado a investigación y desarrollo de energías (78% del cual fue destinado a reactores de fisión tradicionales)”. También muestran que entre 1975 y 2005, los gobiernos de los países miembros de la organización, gastaron aproximadamente 5 veces más en la investigación de la energía nuclear que en las renovables.
Hoy la energía nuclear provee el 13% de la electricidad mundial (esta fuente se utiliza esencialmente para generar electricidad). Las energías fósiles por su lado originan el 69%, la hidráulica 15%, y las renovables el 3%. De las energías renovables la más desarrollada es la eólica, que aporta cerca de la mitad del total de las renovables.
Fecha de publicación original: 11/04/2011
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