Un chequeo a los dichos de Capitanich en el Senado
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, realizó esta semana una de las presentaciones mensuales en el Congreso que establece la Constitución Nacional, y debatió con los senadores durante 12 horas. Una revisión a sus frases sobre narcotráfico, convenciones colectivas y poder adquisitivo del salario mínimo argentino.
– “En el país no se produce desde el punto de vista industrial ni marihuana ni cocaína”
ENGAÑOSO
Capitanich adujo que era necesario definir qué se entendía por producción, y realizó esta afirmación. “Hay cuatro fases en la producción de cocaína”, explicó Alberto Föhrig, investigador de la Universidad de San Andrés y especialista en narcotráfico. El especialista detalló que la primera es la producción de la materia prima, es decir, transformar la hoja de coca en pasta de coca, que se realiza en el lugar de origen.
“A partir de ahí se dan las otras etapas de las que hay evidencia que ocurren en la Argentina: la elaboración de la pasta base; la transformación de la pasta base en clorhidrato de cocaína y finalmente la adulteración, donde se mezcla con otros elementos para generar mayor volúmen y el fraccionamiento”, concluyó Föhrig.
Un informe de 2011 de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) prueba la existencia de la elaboración de drogas en el país, y señala que entre 2000 y 2006 se informó la existencia de 80 laboratorios “vinculados en su casi totalidad a la producción/fabricación/adulteración/fraccionamiento ilícitos de estupefacientes derivados de la hoja de coca, encontrándose sólo dos equipados para la fabricación de éxtasis”.
“La incautación de un número creciente de facilidades para la producción, como también la disponibilidad de paco, sugieren que la producción doméstica de cocaína en la Argentina, aunque pequeña, es creciente. No hay cultivo extensivo de hoja de coca para la producción de cocaína en la Argentina”, señala, por su parte, el último reporte del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
– “En 2002 teníamos 200 convenios colectivos de trabajo vigentes y ahora con 1.500 y la meta del Ministerio de Trabajo es llegar a 1.650”
VERDADERO
Las convenciones colectivas son negociaciones entre los representantes de los trabajadores sindicalizados y de los empleadores, en las que también interviene el gobierno nacional, representado por el Ministerio de Trabajo de la Nación, a través de su aprobación u homologación de acuerdo con la ley vigente.
Entre 2002 y 2012, las convenciones colectivas aumentaron de 208 a 1.427 convenciones. En 2010 la tendencia llegó a su techo con 1.620 convenciones, y a partir de ese año disminuyó, aunque en forma reducida. El dato anual de 2013 aún no fue publicado por la cartera laboral, pero el acumulado de los primeros nueve meses da un resultado de 882 convenciones. Vale la pena destacar que en el último trimestre suelen acumularse una cantidad importante de homologaciones, por ejemplo, el 33% en el año 2012.
El Ministerio de Trabajo explica, entre otras razones, que la caída se debe “probablemente” a que los sindicatos “estén cerrando los acuerdos retrasando la solicitud de homologación o reduciendo la frecuencia de la negociación al privilegiar la demanda de incremento salarial por sobre otras cuestiones que hacen a la negociación”.
Por su parte, el Observatorio de la Deuda Social de la CTA opositora relaciona la caída de las convenciones con la conflictividad laboral por sector de actividad. “Los conflictos por actividad estuvieron asociados a la dificultad de cerrar paritarias y a condiciones de trabajo”, afirman Horacio Meguira y Javier Izaguirre en un informe sobre Conflicto, negociación colectiva y mercado de trabajo, y agregan que en 2013 “fue significativa la conflictividad laboral que llevaron adelante los trabajadores del transporte, representando un 56% del total”.
Si se miran las cifras de toda la década del 90, el número nunca superó las 220 convenciones colectivas anuales, que llegaron a cubrir como techo a 3,4 millones de trabajadores en 1998, según los datos oficiales.
– “El salario mínimo vital y móvil en la República Argentina es el más alto de América latina”
FALSO
El dato que mencionó el Jefe de Gabinete es falso, ya sea si la comparación con otros países latinoamericanos se hace en dólares nominales o en dólares de paridad de poder adquisitivo (PPA).
Si bien el salario mínimo en términos nominales de la Argentina se ubica entre los más importantes, no es el más alto de la región. Hoy se ubica -luego de la devaluación- en segundo lugar con US$ 457,43, detrás de Venezuela, donde asciende a 519,87 dólares.
Si se calcula en términos de Paridad de Poder Adquisitivo (PPA), lo que dijo Capitanich también es falso: la Argentina está en segundo lugar (US$ 628,19), luego de Paraguay (US$ 642,47) y antes de Chile (US$ 618,13).
En la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, había destacado la misma frase.
Fecha de publicación original: 14/03/2014
Comentarios
La afirmación no es estrictamente cierta pero sí lo es el concepto o tendencia al que se alude."
¿No deberían calificar así la última cita sobre el SMVyM? Hicieron lo mismo en el último chequeo a CFK.
El concepto o tendencia sería que para la región, es un salario alto.
Los salarios se comparan segun el poder adquisitivo, segun la canasta de cada pais no en ppa
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