Es falso que la vacunación durante el embarazo puede causar autismo o enfermedades mentales en los bebés

Circula en Telegram un artículo titulado: “Las vacunas inducen a la activación inmune en embarazadas y pueden causar enfermedades mentales”. Entre algunos puntos la publicación sostiene que hay “estudios que demuestran que la activación inmune en los primeros años de vida es un factor causal en el autismo y otros trastornos del desarrollo neurológico y enfermedades mentales” y que “los adyuvantes de aluminio puede causar enfermedades mentales y trastornos del desarrollo neurológico, incluyendo autismo”. 

Sin embargo, estas afirmaciones son falsas. Las vacunas son seguras y efectivas durante el embarazo. Entre sus ingredientes contienen sales de aluminio -como muchos otros alimentos o bebidas que consumimos habitualmente- que no tienen efectos en la salud a largo plazo. Además, la evidencia científica indica que no hay relación entre las vacunas y el autismo, así como tampoco entre las vacunas y las enfermedades mentales.

El artículo, que fue publicado en 2019 previo a la aparición de la COVID-19, tuvo más de 17 mil visualizaciones en Telegram, según los datos aportados por la propia plataforma de mensajería.

Las vacunas recomendadas son seguras para embarazadas y bebés

Las vacunas recomendadas durante el embarazo son seguras y efectivas. “La vacunación durante el embarazo brinda protección a la persona gestante y al bebé mediante el pasaje de anticuerpos a través de la placenta”, explicó el Ministerio de Salud de la Nación. Las vacunas que deben recibir son: la triple bacteriana acelular (que protege contra la difteria, el tétanos y la tos convulsa), la antigripal, la COVID-19 y la vacuna contra la hepatitis B. En el caso de las vacunas contra la varicela y triple viral (sarampión, rubéola y paperas), están contraindicadas en el embarazo por ser vacunas a virus vivos atenuados.

También la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan la vacunación durante el embarazo como una forma de proteger a la persona gestante y a su bebé durante los primeros meses de vida. 

“La vacunación contra la gripe en el embarazo se considera segura y se recomienda su administración durante la temporada de gripe a todas las mujeres en cualquier momento de la gestación. Esta recomendación se fundamenta no sólo en el posible curso grave de la gripe durante el embarazo, sino también para proteger a los lactantes contra la gripe durante sus primeros meses de vida, cuando son más vulnerables”, sostuvo la OMS.

Al igual que los medicamentos, las vacunas pueden causar algunos efectos secundarios. Pero la mayoría de las personas que se vacunan tienen efectos secundarios leves (fiebre, dolor de cabeza o en el sitio de la inyección) o ninguno en absoluto. Los beneficios de la vacunación superan ampliamente los riesgos.

Las vacunas no causan autismo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que no existen pruebas que demuestren vínculo alguno entre las vacunas y el autismo u otros trastornos de su espectro. Lo cual se ha comprobado en numerosos estudios que han incluido a un número muy alto de individuos.

En 1998 se publicó un estudio que sembró dudas sobre la posible relación entre una vacuna triple viral (contra el sarampión, las paperas y la rubéola) y el autismo. Sin embargo, posteriormente se comprobó que el estudio presentaba numerosas deficiencias y era fraudulento. La revista que lo había publicado lo eliminó y a su autor se le retiró la licencia para ejercer la medicina. 

En la misma línea, un estudio reciente con más de 600 mil niños y niñas en Dinamarca publicado el último 4 de marzo en la revista Annals of Internal Medicine reafirma que la inmunización triple vírica no causa este trastorno del neurodesarrollo.

La evidencia científica indica que no hay relación entre las vacunas y el autismo, así como tampoco entre las vacunas y las enfermedades mentales, como la esquizofrenia.

Los supuestos estudios (ver acá y acá) que menciona el artículo desinformante fueron realizados en modelos de animales (ratones) y sus conclusiones no pueden extrapolarse a los seres humanos. Además, no mencionan a la activación inmune inducida por las vacunas. Por el contrario, establecen una posible asociación entre la activación inmune tras una infección viral y trastornos del neurodesarrollo. Infección viral que podría prevenirse con las vacunas recomendadas en la edad fértil, durante el embarazo y en el puerperio.

Las vacunas no poseen aluminio 

La OMS explica que entre los componentes de la vacuna se puede encontrar una ínfima parte de sales de aluminio ( como por ejemplo, fosfato de aluminio, hidróxido de aluminio o alumbre potásico) -no aluminio como falsamente indica el artículo viral– como coadyuvante.

El coadyuvante mejora la respuesta inmunitaria a la vacuna, bien sea reteniendo la vacuna en el lugar de la inyección durante algo más de tiempo, o mediante la estimulación de células inmunitarias locales.

Además, tal como explicó Chequeado en esta nota, investigadores de la Universidad de Oxford aseguran que esto no es más dañino que las cantidades mínimas que se encuentran naturalmente en casi todos los alimentos y el agua potable. Se ha demostrado que las sales de aluminio no ocasionan ningún problema de salud a largo plazo.

Este chequeo es parte de la iniciativa Third Party Fact-checker de Facebook en la Argentina. En los casos de fotos y videos trabajamos con imágenes trucadas o sacadas de contexto y siempre analizamos en conjunto las imágenes junto con el texto con el que fueron presentadas.