Es verdadero que instalaron contenedores “inteligentes” que evitan que la gente pueda buscar comida dentro de ellos

“Instalaron contenedores inteligentes para evitar que indigentes retiren comida”, tituló el medio Portal de Noticias. Efectivamente, lo que sucedió es que el lunes de la semana última, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA) inauguró estos dispositivos que cuentan con tecnología RFID para su apertura. ¿En qué consisten? En que aquellos vecinos que quieran ingresar bolsas de residuos en esos contenedores deberán poseer una tarjeta (son más de 150) que el GCBA les repartió para el uso exclusivo. Y evitan que quienes no posean este acceso tengan la “llave” para abrirlos. La presentación oficial se realizó junto a la empresa AESA, que desde octubre de 2014 realiza la recolección en la zona de Retiro, San Nicolás, Monserrat, San Telmo, San Cristóbal, Constitución y Puerto Madero.

Hoy 7am estrenamos 18 nuevos contenedores inteligentes con el Jefe de Gobierno y máximas autoridades @gcba .Los vecinos recibieron tarjetas magnéticas para uso exclusivo de los contenedores que se mantienen cerrados en este plan de renovación de Av. Corrientes #Aesa #BuenosAires pic.twitter.com/0YNCLXIEdG

— Veolia Argentina (@Veolia_Ar) April 15, 2019

Por qué estos contenedores, según el Gobierno

El mecanismo funciona así: como primer paso el vecino debe apretar un botón. Una vez que se ilumina la pantalla contigua debe acercar la tarjeta para desbloquear la tapa. Luego de quedar habilitada, podrá levantarla o utilizar el pedal para abrirla e ingresar la basura en el contenedor. Al cerrarla volverá a bloquearse hasta que otro usuario con acceso quiera utilizarla. “Eran los mismos contenedores que se venían usando y a los que se les agregó esta tecnología”, explicaron a Chequeado fuentes del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires, que dirige Eduardo Macchiavelli, quien explica una de las intenciones del lanzamiento: “Esto es va a evitar que alguien pueda meterse y saque la basura”.

Desde el Ministerio señalaron a este medio que los mismos también tienen como objetivo “la puesta en valor integral de la calle Corrientes recientemente inaugurada, donde se está implementando nueva tecnología en la recolección de residuos para evaluar mejoras a futuro”. Entre las “mejoras” incluyen la de evitar la mala imagen que provoca que “haya residuos tirados en la calle” y lograr “que la tapa quede cerrada y se evite la emanación de malos olores”. Además, agregaron que se trata de una “prueba piloto” y que no está previsto que haya más de los 18 que hay actualmente en la zona.

Organizaciones sociales, en contra

La inauguración, sin embargo, no estuvo exenta de polémica: al otro día hubo protestas de distintas organizaciones en la avenida. En la Ciudad hay 12 cooperativas -cada una en una zona- que tienen como misión el recupero de material reciclable.

Alicia Montoya, de la cooperativa de recuperadores El Álamo, señaló que “la limpieza de la ciudad no puede estar por arriba de la panza llena de una niña, un niño, un viejo o cualquier otra persona”. Sergio Sánchez, presidente de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACyR), por su parte, dio su visión: “Desde los contenedores se come y se trabaja honradamente”.

Según Machiavelli, “en esos contenedores no hay alimentos”, y explicó en una entrevista en Radio Con Vos: “La recolección de la Avenida Corrientes -donde hay muchas pizzerías, bares- se hace con un camión diferente, en un horario de cierre, y la comida va directo de la cocina del restaurant al camión”.

Desde FACyR desmintieron que ese sistema se realice de manera eficiente y también hicieron foco en las pérdidas que le generaron a los trabajadores en los primeros días de estos contenedores. “En esta zona hay 300 compañeros entre independientes y fuera de sistema, que juntan cada uno entre cuatro o cinco bolsones cada día. En los primeros días, entre todos no pudieron juntar cuatro bolsones en total”, manifestó a Chequeado Jaquelina Flores, secretaria de la Federación y referente de Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).

El gasto, otro eje de la polémica

El Ministerio de Espacio Público sostuvo que fue AESA (una de las seis empresas privadas que tratan la basura en la Ciudad, como informa el Boletín Oficial porteño), la que realizó la inversión en estos contenedores. “Es parte de un programa de innovaciones tecnológicas que está pautado dentro del contrato que firmamos con ellos para mejorar la recolección de basura”, señalaron. “Por ahora no se trata de buscar un ahorro en algo, sino que es una prueba, y el gasto lo hizo la concesionaria”, añadieron.

El contenedor no busca multar a los vecinos ni evitarles que puedan sacar la basura fuera del horario establecido (entre las 20 y las 21), aunque sí tendrán la información sobre en qué momento del día alguien abrió el contenedor.

Según AESA, la Comuna 1 tiene alrededor de 2500 contenedores. “Y estos son solo 18”, se defendieron desde el Ministerio. Y aclararon que “por ahora” no hay nuevos pedidos de “contenedores inteligentes”. “Ni tampoco queremos cambiar los 28 mil contenedores que hay en la Ciudad”, especificaron.

La pobreza en la Ciudad

De acuerdo con las últimas cifras oficiales, la cantidad de personas en la indigencia creció de 3,7 al 6,6% (+2,9 puntos porcentuales) entre el segundo semestre de 2015 y el mismo período de 2018. Así, los indigentes alcanzaron a 204.000 personas a fines del año pasado. Todos los datos son de la Dirección General de Estadística y Censos del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En relación al inicio de la serie en 2015, el aumento del número de pobres en 3 años sumó 144.000 personas más, al pasar del 15,1 al 21,1% (+6,1 puntos porcentuales). En total, los pobres suman 654.000, según los últimos datos disponibles.

Además, según datos oficiales, entre la Comuna 1 (la de los “contenedores inteligentes”), la 3 y la 4, concentran más de la mitad de las personas que están en situación de calle en la Ciudad, una cifra que creció tanto en 2017 como en 2018.

Este chequeo es parte de la iniciativa Third Party Fact-checker de Facebook en la Argentina. En los casos de fotos y videos trabajamos con imágenes trucadas o sacadas de contexto y siempre analizamos en conjunto las imágenes junto con el texto con el que fueron presentadas.