Tullio: “Este sistema [de voto electrónico] garantiza la transparencia y la imposibilidad de alterar el resultado”
En las elecciones a gobernador en Salta, el pasado domingo 10 de abril, se estrenó la mayor votación electrónica que se hizo hasta ahora en el país. Antes de que se celebraran los comicios, el titular de la Dirección Electoral Nacional, Alejandro Tullio, expresó su tranquilidad frente a la elección, diciendo que el sistema de votación implementado en la provincia “garantiza la transparencia” y vuelve imposible “alterar el resultado”. La rapidez con la que se obtuvieron los cómputos y la transparencia de los comicios parecieran darle la razón. Sin embargo, el factor determinante no fue el sistema de votación.
“El tribunal electoral de Salta es muy eficaz, y eso es más importante que el sistema de voto que se use. Las elecciones fueron transparentes gracias a que las autoridades son competentes, no por el sistema en si”, explicó a Chequeado.com Julia Pomares, directora del Programa de Política y Gestión de Gobierno del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC). “El voto electrónico puede evitar ciertos fraudes, pero lo importante es cómo se implementa. Un sistema electrónico mal organizado y mal controlado puede jugar en contra”, según la opinión de la especialista.
Existen distintos sistemas de votación electrónica, por lo que es imposible generalizar sobre ellos. Los hay que sólo registran los votos, mientras otros imprimen una papeleta. Los primeros son los más cuestionados, pues permiten menor control. En el caso salteño la máquina no remplazó al papel, simplemente permitía imprimir el voto que luego se depositaba en la urna, y tenía que ser contado, al finalizar el proceso, por la misma máquina.
Los detractores de la tecnología digital resaltan las fallas que puede tener y su difícil fiscalización, puesto que se trata de un dominio de especialistas, mientras que el papel al ser más sencillo tiene menos posibilidades de ser manipulado. Los software usados en las votaciones podrían ser adulterados, argumentan, y descubrir estas trampas sería mucho más difícil. La Corte Suprema alemana falló en este sentido al prohibir en 2009 la votación electrónica. Al tratarse de un acto público, el hecho de que no pudiese ser auditado por cualquier ciudadano, la volvía inconstitucional, argumentó. Las máquinas además pueden fallar, paralizando el proceso, mientras que el papel es a prueba de problemas técnicos.
Sus defensores, en cambio, argumentan que si bien es cierto que puede ser un proceso más complejo también es un avance, siempre que sea bien ejecutado. No faltarían boletas en el cuarto oscuro, garantizando así todas las opciones al elector, y puede volver más fiable el sistema de recuento de votos, al hacerse de manera digital. Los problemas de fiscalización desde esa óptica, se solucionarían capacitando a los encargados.
“Hay una parte ritual de la votación, que puede pasar por poner el voto en la urna. Podemos discutir si queremos perder eso, o no, y es un debate válido, pero los riegos de la tecnología no deberían ser el factor determinante” concluyó Pomares.
Fecha de publicación original: 14/04/2011
Comentarios
A mi entender esta nota no echa suficiente luz sobre el problema, que además es de importancia superlativa.
Hay temas que atañen a los lobys de las empresas vendedoras. La posibilidad de hacking para saber el voto de ciudadanos particulares. Lo poco democrático de depender de intemediarios "expertos" para que fiscalicen lo que no está al alcance de los votantes. Y por último y más el importante, el código del software secreto, propiedad privada de emperesas, que se antepone a la voluntad popular.
Sugiero investigar más el tema. La de Alemania no es la única experiencia negativa al respecto.
saludos
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