La Boleta Única Electrónica: ventajas y desventajas del nuevo sistema que usará la Ciudad (II)
En la elección general de julio “debutamos con la Boleta Única Electrónica (BUE)”, confirmó luego de las primarias el jefe de Gobierno de la Ciudad y precandidato a presidente por el PRO, Mauricio Macri. ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?
“Cualquier iniciativa de boleta única es muy favorable. Para un partido, especialmente si es chico, el costo de imprimir boletas y distribuirlas es muy elevado”, destacó a Chequeado Santiago Siri, especialista en informática y fundador del Partido de la Red. Además, vuelve imposible el robo de boletas, una práctica extendida en algunos distritos electorales. La Boleta Única, ya sea en papel o electrónica, presenta al mismo tiempo todas las listas posibles de ser elegidas.
Para la investigadora de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del Conicet, María Inés Tula, otras ventajas son que el lector verificador permite corroborar si el voto digital es el mismo que se seleccionó y así “el elector audita su propio voto”. Además, el escrutinio provisorio se hace de manera rápida en base a los chips de las boletas y “se acompaña de un respaldo físico complementario sobre la base de esas boletas impresas”.
Existen críticas precisamente por este recuento electrónico. Beatriz Busaniche, miembro de la Fundación Vïa Libre, señaló a este medio que “el sistema no es auditable sin diversos y amplios conocimientos de sistemas informáticos”, y que “los presidentes y fiscales quedan totalmente imposibilitados de cumplir su rol de contralor”.
Tula, al contrario, destacó que los fiscales “pueden actuar, y corroborar que cada BUE que pasa individualmente por el lector muestre igual información (digital e impresa) en ese momento”.
La directora del Programa de Instituciones Políticas del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), Julia Pomares, resaltó que “la capacitación de los presidentes de mesa es tan importante como la de los votantes. Ellos son cruciales para garantizar el secreto del voto”.
Al mismo tiempo, agregó que “para una implementación efectiva se requiere el apoyo de todos los partidos políticos acerca del cambio en la forma de votar y que tengan un rol activo en las estrategias de capacitación”, ya sea de sus propios fiscales como de sus miembros.
“El voto papel sigue estando, sigue habiendo una boleta que se imprime en texto claro”, mencionó Sergio Angelini, el CEO y Presidente de Magic Software Argentina (MSA, empresa a cargo del software para estas elecciones), y señaló que lo único diferente de la boleta “es que tiene un soporte electrónico para poder facilitar la lectura más rápido”.
Marcelo Bermolen, director General de Reforma Política del Gobierno de la Ciudad, precisó a Chequeado la forma en que se realizará el recuento de votos: “Una vez finalizados los comicios, se abren las urnas y se cuenta la cantidad de boletas para que coincida con las personas que efectivamente votaron. Luego, el presidente de mesa cambia la máquina donde se imprimieron los votos a un modo de escrutinio, y se van pasando las boletas de a una para que lea los chips que poseen, mientras los fiscales también controlan que el voto que suma la máquina coincida con el que tiene impreso”.
En Salta, por ley, el Tribunal Electoral de la Provincia debe hacer una auditoría para corroborar que “el sistema informático utilizado ha funcionado correctamente”, mediante el escrutinio manual (como se realiza hoy) del 5% de las mesas por municipio, elegidas por sorteo, y su comparación con los resultados electrónicos. Bermolen señaló que es una decisión del Tribunal Superior de Justicia si en la Ciudad se realizará una auditoría similar, y de qué porcentaje.
Entre los aspectos a tener en cuenta, Siri puntualizó que “el software sobre el que operan las terminales debería ser de código abierto y disponible para el escrutinio de cualquiera. Por otro lado, también es una implementación que se basa en el uso de chips RFID, y existe documentación que señala la posibilidad de vulnerar la información contenida en estos chips”.
“Se pone en severo riesgo el secreto del voto, uno de los pilares de la democracia”, coincidió Busaniche.
Para Tula, la principal desventaja es que el sistema en la Ciudad se implementó de forma apresurada, en poco tiempo (solo dos meses) y en todo el territorio porteño a la vez. “No se han previsto planes o programas especiales para capacitar e incluir a distintos segmentos de personas, como los mayores de 60 años, que no tienen una dinámica habitual de trabajo con herramientas electrónicas ni con aquellos que poseen alguna discapacidad”, destacó y agregó que “esta cuestión no es menor, ya que afecta el principio de la universalidad del voto”.
De acuerdo con los estudios de Cippec, en las elecciones de Salta, “los votantes que piden ayuda para emitir el voto tienen menores niveles de confianza en la integridad del proceso electoral”, resaltó Pomares a este medio.
En un inicio, incluso, se proponía utilizar directamente la Boleta Única Electrónica en las primarias, pero la Defensoría del Pueblo de la Ciudad planteó que se necesitaba más tiempo de capacitación, y el bloque del PRO impulsó una norma que suspendió su utilización el domingo último y ordenó realizar simulacros de votación del sistema. El Tribunal Superior asignó la realización del simulacro a la Defensoría, que lo llevó a cabo en las primarias.
“En estos días vamos a realizar un Plan Integral de Capacitación sobre la BUE, con especial interés en públicos determinados, como los mayores de edad”, informó Bermolen, y respondió que existen otros casos donde se aplicó el sistema en plenitud y no por etapas, como Ecuador.
Busaniche también criticó que “se privatiza el acto electoral en manos de una empresa”, el Grupo MSA. “Que el software lo desarrolle una empresa privada no debería ser un problema, si todos los partidos políticos tienen la posibilidad de analizarlo previamente y corroborar que no tenga errores u omisiones”, retrucó Tula. El Tribunal Superior suscribió una orden de asistencia técnica con la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, que auditará las tecnologías electrónicas.
“Desterrar las creencias acerca de que no es parte de una evolución tecnológica inmediata implica entender que cambiar la forma de votar, como cualquier otro elemento del sistema electoral, es una decisión política en la que cada sistema político sopesa ventajas y desventajas”, concluye un trabajo de Pomares.
Fecha de publicación original: 30/04/2015
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