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Menos del 10% de los desocupados recibe el seguro de desempleo

El seguro de desempleo busca cubrir a las personas que pierden su trabajo mientras se reinsertan laboralmente. En muchas sociedades europeas son una de las herramientas clave dentro de la red de contención de la seguridad social, que evita que una persona caiga en la pobreza o quede desprotegida por la pérdida de trabajo.

En la Argentina el sistema prevé que los trabajadores en blanco que sean despedidos sin causa y hayan trabajado durante más de seis meses puedan recibir durante un año hasta 4 mil pesos, aunque hay diferencias para trabajadores de la construcción y los mayores de 45 años. Además, esos trabajadores mantienen la obra social y las asignaciones familiares por hijo durante este período.

Quienes reciben estas prestaciones, sin embargo, son menos del 10% de quienes hoy están desempleados. De acuerdo con el último dato publicado en el portal de datos abiertos de la ANSES, organismo estatal que maneja la entrega del seguro de desempleo, 97.500 personas lo recibieron en junio de 2018.

El número de desempleados en los centros urbanos es, según los últimos datos del INDEC, de 1,2 millones de personas. Es decir que el seguro cubre a alrededor del 8% de los desempleados. El porcentaje es aún menor si se considera el total de los desempleados (áreas urbanas y rurales) y no sólo aquellos relevados por el INDEC en centro urbanos. En ese caso, el total de desempleados es de alrededor de 1,8 millones de personas, de acuerdo con la estimación del sociólogo Daniel Schteingart. El porcentaje de cobertura sería entonces del 5 por ciento.

“La cobertura del seguro de desempleo es baja, lo cual es un problema. Es importante que toda persona tenga cobertura en un período de desocupación. En el caso de una persona de clase media o alta, hace más eficiente la búsqueda y en el caso de una persona de clase baja, permite que no caiga en la pobreza”, explicó a Chequeado Lucas Ronconi, economista e investigador del Centro de Investigación y Acción Social (CIAS), especializado en economía laboral.

¿Por qué el porcentaje de desempleados cubiertos por el seguro es tan bajo?

– Sólo cubre al sector formal. Muchos de quienes están desempleados vienen del sector informal o son jóvenes que están buscando empleo por primera vez, y no están cubiertos por el seguro. En esa línea, Ronconi agregó que “justamente es la clase baja la que más necesita cobertura, la que menos tiene, dada la informalidad”.

– Es temporal: el beneficio se pierde al cabo de un año (un año y medio en el caso de los mayores de 45, y de hasta ocho meses para los trabajadores de la construcción) y el monto desciende a lo largo del tiempo.

– El monto es bajo. Entre 2004 y 2016 -durante las gestiones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner- el máximo se mantuvo congelado en $400, lo cual generaba poco incentivo para hacer los trámites para cobrarlo. A partir de 2016 -ya durante la gestión de Mauricio Macri-, el monto del seguro de desempleo se define junto con el del salario mínimo, pero es bajo en relación al salario. Según el último boletín de la Seguridad Social, el monto promedio de la cuota de desempleo en marzo de 2018 era de $3.000, que llegaba a $5.000 con las asignaciones familiares. Ese mismo mes, el salario promedio de un trabajador registrado fue de casi $26 mil. Es decir que el seguro por desempleo representa menos del 20% del salario promedio.

La baja cobertura del seguro de desempleo no es algo exclusivo de la Argentina. Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “a nivel mundial solo el 21,8% de los trabajadores desempleados perciben efectivamente prestaciones de desempleo”. Hay grandes variaciones según la región: desde el 5,6% en África al 42,5% en Europa, pasando por el 16,7% en las Américas.

La importancia de estos programas que protegen a los desempleados -concluye la OIT- “radica en que garantizan la seguridad de los ingresos a los trabajadores desempleados o subempleados y a sus familias; gracias a ello, contribuyen a prevenir la pobreza, ofrecen salvaguardias contra la informalización y apoyan la transformación estructural de la economía”.

Fecha de publicación original: 23/11/2018

Comentarios

  • sebaf23 de noviembre de 2018 a las 5:12 pmConsidero que todas las ayudas del estado deberían migrar hacia el esquema de seguro de desempleo, tenemos que seguir el ejemplo del primer mundo, donde el estado te ayuda si no tenés trabajo, pero tenés que demostrar que estás buscando y no encontrás (creo que en Italia incluso el mismo estado te busca trabajo). De esta forma, se atacan algunos problemas fundamentales: * La mirada de la sociedad actual sobre los "planes" en general es bastante mala, pero si uno sabe que el estado ayuda a quien busca trabajo y no encuentra, creo que la percepción de la ayuda del estado cambiaría radicalmente. * El estado tiene un incentivo extra para generar trabajo, ya que si no propicia las condiciones para la creación de empleo (que es una de sus responsabilidades), deberá ayudar a mucha mas gente. * Saber que el estado te va a ayudar si perdés el trabajo, reduce un poco la angustia por perderlo, o el miedo a perderlo. Se trata de vivir un poco mas tranquilo (si mi empresa cierra, por lo menos el estado me ayudará un poco, hasta que consiga otro trabajo). Son solo algunas ideas, pero por supuesto que debe haber muchas otras, por lo pronto creo que la sociedad necesita un debate sobre como debe ser la ayuda del estado urgentemente, no podemos vivir en un país donde muchísima gente odie a quien recibe ayuda del estado.
    • Etelvina Inés Ramella25 de noviembre de 2018 a las 10:44 amComo bien lo dijiste, sebaf, son soluciones del primer mundo. Acá, el Estado no tiene ningún plan (no sé si por incapacidad o por decisión propia) para generar trabajo. No puede lograrse cuando las Pymes desaparecen diariamente ahogadas por las tasas de crédito y otras mayores o multinacionales, evalúan que es mejor cerrar para importar, en lugar de seguir produciendo.
  • Esp. Angel Cirocco25 de noviembre de 2018 a las 11:36 amEl gobierno es quien fija el marco referencial para la creación de trabajo generando riqueza genuina por transformación de los recursos naturales. Esta condición permite que la sociedad, la academia y el estado conducidos por el gobierno, diseñen adecuados modelos de industrialización respetando las reglas de la OMC, aplicando normas técnicas internacionales. Argentina opera con muy pocas normas técnicas implementadas en forma de administración inteligentes del comercio, y ello impide dotar de mínima previsibilidad a los que quieren producir y generar empleo. Analizar el PBI per cápita versus la cantidad de reglamentos técnicos implementados, da una idea del problema Argentino que nos acompaña desde hace 70 años.

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