La inversión educativa argentina se ubica por encima del promedio regional y el 90% se destina a salarios
Durante una entrevista en el programa “Odisea Argentina”, el especialista en políticas educativas Alieto Guadagni aseguró que la Argentina es uno de los países de la región que más invierte en educación. “Somos en América Latina uno de los países que gasta más en Educación como porcentaje del PBI. Sacando Cuba debemos ser nosotros probablemente los segundos”, sostuvo Guadagni durante el reportaje que le hizo Carlos Pagni.
Pero, ¿cuánto realmente destina el país a la Educación?
Las estadísticas sobre gasto público en Educación como porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI) que publica el Banco Mundial con datos del Instituto de Estadística de la UNESCO recopilan la situación de todos los países de América Latina. Allí se observa que Cuba es, efectivamente, el país latinoamericano que más invierte en Educación (12,84% del PBI en 2010, según las últimas cifras disponibles) y que la Argentina se encuentra entre las naciones de la región que más recursos propios dedica al área educativa, aunque no en segundo sino en séptimo lugar. Si se toman las cifras de años comparables (solo países latinoamericanos con cifras para 2015, 2016 y 2017), el país está cuarto.
En 2016, la Argentina destinó el 5,57% de su PBI a la Educación, una cifra superior al 5,1% que destinaron en promedio a este sector los países de América Latina y el Caribe y al promedio mundial de 4,4% (ver Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2019 de la UNESCO), colocándose en el puesto número cuatro entre los 12 países de la región analizados. Incluso considerando los recortes en Educación previstos para este año (ver esta nota), es muy probable que la inversión educativa en la Argentina esté por encima del promedio regional.
“Es relativamente cierto que la Argentina es uno de los países de Latinoamérica que más gasta en Educación”, explicó el economista Agustín Claus, investigador y docente de Economía de la Educación de Flacso, a Chequeado. “Sin embargo, para poder comparar la inversión educativa medida como porcentaje del PBI de cada país habría que considerar la escala: tanto Brasil como Bolivia gastan más que nosotros, pero su esfuerzo es totalmente distinto si se tiene en cuenta su población en edad educativa”.
Para el especialista, la particularidad de la Argentina “es que la mayor parte (arriba del 90%) de los presupuestos educativos son salarios, con lo cual más que inversión educativa, estamos hablando de inversión en salarios docentes”.
De acuerdo con un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en 2017 la Argentina destinó el 93% de su presupuesto educativo al pago de salarios, mientras que México asignó el 92% de sus recursos a sueldos, y Brasil el 73 por ciento. En promedio los países que integran esta organización, entre los que se encuentran Alemania, Estados Unidos y Japón, entre otros, dedicaron un 79% de los fondos educativos para salarios.
El aumento en la inversión educativa de los últimos quince años obedece, en parte, a los dictados de la Ley de Financiamiento Educativo, que se propuso destinar en 2010 el 6% del PBI a la Educación, Ciencia y Tecnología. En 2014, un cambio en la base del PBI calculado por el Gobierno nacional indicó que no se había llegado al 6% de inversión en relación con el PBI, como sí ocurría con la base anterior.
“A pesar de esto, es incorrecto afirmar que la ley no se cumplió sobre la base de una serie de PBI que no existía al momento de su implementación. Además, con la nueva serie de PBI el indicador de referencia partió de un nivel menor, alcanzó 3,8% en 2005 y ascendió al 5% en 2010, logrando un aumento del 31% que fue exactamente igual al que se proponía la Ley de Financiamiento Educativo al ser sancionada (que definía un aumento del 4,6% al 6%)”, explicaron en un documento Pablo Bezem, Florencia Mezzadra y Axel Rivas, entonces investigadores del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).
Con respecto a lo ocurrido en los últimos años, Claus aseguró que el país incrementó de manera sostenida la inversión en Educación, Ciencia y Técnica hasta 2015 (ver chequeo e informe del Cippec sobre el cumplimiento de la Ley de Financiamiento Educativo).
“Desde 2016 hasta la actualidad, la inversión tendió a reducirse con distintos impactos. Hay programas que tendieron a desaparecer y otros que, si bien se achicaron, aún persisten como instrumentos de políticas educativas”, sostuvo. Según el experto, el desafío en el largo plazo consistirá en discutir el financiamiento educativo, no en términos de porcentaje del PBI sino del proyecto político educativo, y discutir los criterios de la distribución de los fondos nacionales a las provincias en función de las necesidades, capacidades y esfuerzos realizados por cada distrito.
Fecha de publicación original: 27/02/2019
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