Forestación en la Argentina: cuál es la situación de los bosques nacionales
- El plan Forestar 2030 impulsa dos proyectos de forestación de los bosques.
- Uno de los proyectos financia la reforestación de bosques nativos mientras que el otro apunta a aumentar las plantaciones forestales.
- Las hectáreas deforestadas continúan superando a las forestadas.
En una de sus promesas de campaña, el presidente de la Nación Mauricio Macri propuso llevar la deforestación neta a cero para 2030 y que el plan para lograr esto “consiste en no deforestar más de lo que se planta y que lo plantado sea más de lo que se cosecha”. El presidente también había mencionado su compromiso con el medio ambiente en su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde aseguró que su gestión había cuidado los bosques “aumentando la forestación”. ¿Cuál es la situación de los bosques argentinos?
A pesar de que existen planes de forestación, hay una pérdida de bosques en el país: las áreas deforestadas superan a las áreas recuperadas y forestadas. En 2017 (últimos datos disponibles) se perdieron 172.639 hectáreas de bosque nativo, lo que equivale a casi 9 veces el tamaño de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, la tala era mucho mayor antes de la sanción de la Ley de Bosques, en 2007, que estableció la protección de los bosques nativos. El año en que se sancionó se habían deforestado 728.469 hectáreas, 4 veces más que en 2017, es decir que después de la sanción de la ley bajó el ritmo de deforestación.
La mitad de las tierras perdidas en 2017 eran áreas donde está prohibido el desmonte: alrededor de unas 83 mil hectáreas se encontraban dentro de la categoría “amarilla”, donde las tierras sólo pueden ser utilizadas para “aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e investigación científica” mientras que 3 mil eran tierras que se encontraban dentro de la categoría “roja”, donde no se puede realizar ninguna transformación. Otras 61 mil estaban clasificadas como “verdes”, que se pueden transformar bajo ciertos criterios, de acuerdo con la ley.
“Para algunos empresarios es más barato pagar una multa cuando son descubiertos, las pocas veces que son descubiertos, que perder el costo oportunidad de usar esas tierras para agricultura o ganadería”, aseguró el director de la ONG Vida Silvestre, Manuel Jaramillo, quien explicó que la falta de presupuesto impacta en la falta de control y vigilancia de los terrenos. En cuanto al presupuesto necesario para el cumplimiento de la ley de bosques, un informe de FARN muestra que desde su entrada en vigencia nunca se cumplió con el porcentaje establecido. Según la ley, el el 0,3% del presupuesto total debería estar destinado al fondo que preserva los bosque nativos. Sin embargo, en 2010 se destinó sólo el 24% de lo establecido por ley, y en el presupuesto de 2020 esto se redujo al 3,25%.
A raíz del Acuerdo de París, en la Argentina se presentó un proyecto llamado Forestar 2030, que involucra a varios ministerios, y que busca reducir las emisiones de CO2. Hay dos planes dentro de este proyecto que buscan reforestar los bosques: el primero es el Plan Nacional de Restauración de Bosques Nativos, que se sancionó en julio de 2019, formalizando un plan que comenzó en 2017. Este es el primer plan nacional en la Argentina que tiene como objetivo restaurar bosques nativos, reforestando 20 mil hectáreas anuales hasta 2023. Hoy se encuentran en restauración 36.468 hectáreas en 6 áreas del país, en 13 provincias distintas, que se encuentran financiadas por el gobierno nacional y por el sector privado y ONG’s.
“Esta es en realidad una prueba piloto para ver las diferentes estrategias que puede haber para restaurar un bosque, no es plantar un árbol y listo”, explica Diego Moreno, secretario de Política Ambiental de la Nación, y añadió que muchas de las áreas elegidas son zonas críticas como las áreas de bosques incendiados en la Patagonia, que necesitan ser intervenidos ya que no tienen posibilidad de regenerarse por sí mismos.
El segundo plan de forestación es Seguro Verde, del que se encarga la Secretaría de Agroindustria. Este destina el 1% del valor de cada póliza digital de automotores, motos y camiones a la promoción de la Ley 25.080, que fue prorrogada el año último y por la cual se otorgan subsidios a emprendimientos forestales. Este proyecto tiene como objetivo aumentar la superficie forestada de 1.3 millones a 2 millones de hectáreas para 2030, de las cuales ya llevan plantadas alrededor de 28 mil hectáreas, para fomentar la industrial forestal y para mitigar los gases de efecto invernadero.
Sin embargo, es importante distinguir entre la restauración de bosques nativos y la forestación: “La plantación de árboles o forestación se hace con fines productivos, en general con plantaciones exóticas, como pinos y eucaliptos, y es una actividad que se asemeja más a la agrícola porque la finalidad es cortar esos árboles para hacer papel o para hacer madera de obra”, explica Jaramillo, quien agregó que el impacto que pueden producir los árboles plantados en la reducción de la emisión de carbono es muy baja.
Durantes muchos años las plantaciones forestales fueron una de las principales causas para la deforestación, situación que se frenó con el impulso de la Ley de Bosques, que prohíbe la tala de árboles en muchas áreas de bosques nativos. Sin embargo, Ana Di Pangracio, directora ejecutiva adjunta de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), explicó a Chequeado que se está avanzando sobre otros ecosistemas como los pastizales. “Hay toda una biodiversidad de los pastizales que desaparecen por estos llamados “desiertos verdes”, que son las plantaciones exóticas”, asegura Di Pangracio, y aseguró que se debería destinar los fondos públicos de la ley de promoción forestal para la financiación de la ley de bosques. La FARN publicó un comunicado advirtiendo acerca del impacto ambiental que pueden traer las plantaciones forestales.
“Es verdad que no siempre plantar un árbol es bueno, depende de qué situación partas y que sistemas degradas para hacerlo”, explica Moreno, que aseguró que la ley prorrogada tiene pautas ambientales más estrictas para la habilitación de las áreas en donde se permiten hacer las plantaciones, intentando generar el menor impacto posible a través del recuperamiento de áreas improductivas o suelos degradados.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Argentina se encuentra noveno dentro del ranking de países que más desmontaron en el período de 2010-2015.
Fecha de publicación original: 09/10/2019
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