Alberto Fernández: “Ante la necesidad de suspender las clases presenciales, situación que también se verificó en 190 países, el Gobierno nacional y las 24 jurisdicciones desplegaron recursos educativos”

En su discurso de apertura de sesiones ante la Asamblea Legislativa, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, mencionó las medidas educativas que se llevaron a cabo durante la pandemia y, en ese contexto, afirmó: “Ante la necesidad de suspender las clases presenciales, situación que también se verificó en 190 países, el Gobierno nacional y las 24 jurisdicciones desplegaron recursos educativos en soporte digital, papel, televisivo y radial para estudiantes, familias y docentes”.

En agosto de 2020, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (también conocida como Unesco) presentaron el informe “La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19” en el que se señala, al igual que lo hizo Fernández, que más de 190 países en el mundo cerraron las actividades presenciales en las escuelas debido a la pandemia provocada por el coronavirus.

Según este documento, en los países de América Latina y el Caribe, las escuelas estuvieron completamente cerradas en todo el territorio nacional hasta 5 meses en promedio. Dado que la provincia de San Juan inició sus clases el 10 de agosto último, nuestro país se ubicó en este promedio.

En tanto, el informe señala también que en varios países se abrieron las escuelas en ciertas provincias y en otras -con mayor población y circulación del virus- permanecieron cerradas. Si se contabilizan estos cierres parciales de las escuelas a nivel nacional, la Argentina superó el promedio de América Latina (8 meses vs. 7 meses promedio). 

En relación a los recursos educativos, es cierto que el Ministerio de Educación de la Nación desplegó material “en soporte digital, papel, televisivo y radial”, pero como explicó Chequeado en esta nota tuvieron un bajo uso en la educación de los chicos.

Por esto, lo que dijo Fernández es engañoso. La afirmación del Presidente coincide con los datos del informe de la CEPAL y Unesco, pero -intencionalmente o no- omitió que nuestro país superó el promedio de América Latina en cuanto a escuelas cerradas con clases presenciales y que los recursos educativos desplegados tuvieron un bajo uso en la educación de los chicos.

¿Cuál fue la duración de los cierres de las escuelas en cada país?

El 25 de enero último, CEPAL-Unesco señalaron que, a nivel mundial, las escuelas estuvieron completamente cerradas en todo el territorio nacional durante un promedio de 3,5 meses desde el inicio de la pandemia.

Sin embargo, el informe señala que la duración de los cierres varía mucho según la región: en América Latina y el Caribe el promedio fue de hasta 5 meses, mientras que en Europa descendió hasta 2,5 meses y en Oceanía fue solo de un mes.

“La situación de cierre de establecimientos ha sido dispar entre los continentes, decisión vinculada a la condición del sistema de salud y al tratamiento que los países dieron a la pandemia y sus restricciones ante el poco conocimiento disponible en los primeros meses sobre el modo de contagio para los diferentes grupos poblacionales”, señaló a Chequeado Nancy Montes, investigadora de Flacso en el área de Educación.

En la Argentina, según el mapa de la vuelta a la educación presencial realizado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), las escuelas permanecieron completamente cerradas desde el 16 de marzo hasta el 10 agosto de 2020 cuando reabrieron en San Juan. Esto da un promedio de 5 meses y ubicó al país dentro del promedio de América Latina y el Caribe.

El 17 y 18 de agosto de 2020, Catamarca y Formosa se sumaron a San Juan en la vuelta a las clases presenciales. Entre las 3 provincias, casi 30 mil alumnos fueron los que regresaron a las escuelas tras 5 meses de clases no presenciales en la Argentina.

En relación a los cierres localizados, el informe señala que la duración superó los 7 meses en promedio en América Latina y el Caribe. En la Argentina, según el Cippec, las escuelas permanecieron con cierres localizados durante más de 8 meses en 2020.

Es decir, a diferencia de lo que pasó en otros países -y dato que omitió el Presidente- la suspensión de clases presenciales en la Argentina alcanzó al ciclo lectivo 2020 completo y superó el promedio de América Latina. 

Los recursos producidos por el ministerio nacional fueron poco usados por los docentes

En el contexto de cierre de escuelas y clases no presenciales, los recursos elaborados por el Ministerio de Educación de la Nación durante el ciclo lectivo 2020 tuvieron un bajo uso en la educación de los chicos.Como explicó Chequeado en esta nota, los datos oficiales de la Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica señalan que sólo el 28% de los hogares reporta haber utilizado los recursos en papel (cuadernillos). En el nivel secundario -el que tiene mayores índices de abandono en ciclos normales-, sólo el 19% de los docentes declara haber usado los cuadernillos, el portal digital del Ministerio Nacional lo usó el 18%, el material de TV lo usó el 4% y la radio sólo el 1%.

Por su parte, los cuadernillos fueron el recurso más extendido, con un uso máximo en el primario del 47% de los docentes. En el nivel inicial, el 35% de los maestros indicaron haberlo usado, pero en el secundario no superó la barrera del 20%. Por último, el portal digital también fue más usado por los docentes del nivel primario (35%), seguido por el nivel inicial (24%) y el secundario (18%).

El Observatorio del Derecho a la Educación realizó un informe donde describe la situación de continuidad educativa en contexto pandémica en clave comparada en 4 países de Europa, 2 de Asia y 5 de América Latina.

Con respecto a los resultados de este documento, Montes señaló: “La Argentina desarrolló esquemas de atención a distancia en plataformas nacionales y jurisdiccionales que permitieron a docentes y estudiantes acceder a contenidos y actividades. Una restricción ha sido la disponibilidad de buenas condiciones de conectividad y equipamiento para sostener el contacto que, como se ha señalado, afecta mayormente a los sectores más desfavorecidos”.