En 2019, Alberto Fernández prometió: “Volver a potenciar el Mercosur”
- Cuando era candidato del Frente de Todos, el actual presidente de la Nación planteó como objetivo prioritario de su gestión el fortalecimiento del bloque regional.
- Sin embargo, de acuerdo con el monitoreo de un instituto del BID sobre el bloque regional y un informe técnico del Mercosur, no se verifican acciones concretas impulsadas por el gobierno del Frente de Todos. Los expertos consultados también señalan que las posturas del país impiden avances.
- De todos modos, aún resta un año de mandato para ver cambios en este tipo de políticas.
En 2019, cuando era candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández dijo durante el primer debate transmitido por la TV Pública que “el Mercosur [Mercado Común del Sur] es un espacio regional que desde hace mucho tiempo está abandonado” y que su “primera obligación”, en caso de ganar las elecciones, era volver a unir a América Latina “y volver a potenciar el Mercosur”.
A 3 años de esa afirmación, según pudo comprobar Chequeado tras analizar 2 informes técnicos -uno de un instituto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otro del propio Mercosur- y consultar a expertos y a la Cancillería, la promesa está “en proceso, demorada”. Es decir, se avanzó poco o nada en las medidas necesarias para cumplir con el compromiso, pero aún podría lograrse en el resto del mandato.
Según las fuentes consultadas, la gestión del Frente de Todos no solamente impide la apertura del bloque regional al comercio con terceros países y grupos de naciones del mundo sino que también, por sus medidas económicas, dificulta el comercio entre los países socios, que es justamente el propósito fundacional del Mercosur: la creación de “un mercado común”. De todos modos, aún resta un año de mandato para ver cambios en este tipo de políticas.
El Arancel Común y la situación del comercio exterior
Como se explicó acá, en los últimos años la agenda del Mercosur giró en torno a 2 discusiones de vieja data: bajar el Arancel Externo Común (AEC) -el impuesto que paga cada mercancía al ingresar al Mercosur por cualquiera de sus Estados parte- y flexibilizar las negociaciones para permitir acuerdos bilaterales con terceros países o grupos de países. El Gobierno argentino no promueve la baja arancelaria y muestra una postura conservadora respecto del comercio del Mercosur con el mundo.
“Brasil, con el afán de mejorar la competitividad de su economía, y Uruguay, en la búsqueda de mejores condiciones de acceso para sus productos en los mercados de sus principales clientes, fueron los que promovieron estas cuestiones. La Argentina, sin embargo, estaba más preocupada por la defensa de su mercado nacional en el contexto de crisis global”, dice el Informe Mercosur Nº 25, publicado en septiembre último, del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) del BID.
Por otra parte, de acuerdo con el Informe Técnico de Comercio Exterior 2021, que elabora el Mercosur y que fue publicado en mayo último, la participación de las exportaciones de la Argentina hacia los países del Mercosur fue cayendo progresivamente desde 2012 (cuando era del 25%) hasta 2021 (18%), sin que se revierta la tendencia en los primeros 2 años de Fernández. En cambio, la porción de las exportaciones argentinas extrazona fue creciendo, del 75% al 82%.
Además, las importaciones de la Argentina desde países del Mercosur tuvieron una tendencia decreciente, del 28% de 2012 al 26% de 2021, cuando se produjo una caída con respecto al 27% de 2020, primer año de gestión de Fernández. En contraposición, las importaciones de la Argentina extrazona crecieron del 72% al 74% (un punto porcentual más que en 2020).
“No hubo ningún avance impulsado por la Argentina sino más bien retrocesos. El país persiste en imponer trabas al comercio exterior, como el nuevo Sistema de Importaciones de la República Argentina, más las que ya rigen”, explicó a Chequeado Marcelo Elizondo, presidente de la Cámara de Comercio Internacional. Y agregó: “Querés importar de algún país del Mercosur y es cada vez más difícil porque la Argentina impone restricciones para hacerlo desde cualquier país, sin darle un trato diferencial a este mercado”.
Por otra parte, el ex director ejecutivo de la Fundación Exportar entre 2002 y 2010 sostuvo que “las relaciones políticas con Brasil y Uruguay están muy mal”, porque “Uruguay quiere acordar tratados de libre comercio (TLC) individualmente y la Argentina no quiere” y Brasil, a su vez, “quiere impulsar TLC para el bloque en su conjunto y la Argentina no adhiere”.
El impacto de los distintos tipos de dólares
Como se explicó en esta nota, las trabas al comercio intra Mercosur por parte de la Argentina se remontan a la asunción de Fernández como presidente de la Nación, cuando elevó una tasa que se paga en frontera para importar productos, llamada Tasa de Estadística, del 2,5% al 3%, gracias a la sanción de la Ley de Solidaridad Social impulsada por el entonces ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán. Esta tasa también impacta en países de este mercado común.
Por otra parte, según los especialistas consultados por Chequeado, la brecha cambiaria -entre el dólar oficial y los alternativos– también es un desaliento para las exportaciones, porque hace que el exportador perciba un dólar oficial muy por debajo del mercado. Y, por lo tanto, es negativa para el Mercosur.
El gobierno del Frente de Todos, asimismo, añadió impuestos a los pagos con tarjeta de crédito en dólares que, por ejemplo, también se usan para comprar productos en el Mercosur (ver acá y acá). Se trata del Impuesto para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS), más el 45% a cuenta del impuesto a las Ganancias (dólar turista), más el 25% en el caso de compras mensuales superiores a US$ 300 (dólar Qatar).
Todo esto, para los expertos, son medidas del gobierno de Fernández que van en una dirección exactamente opuesta a la de potenciar el Mercosur, como prometió el presidente.
Romina Gayá, economista especializada en Comercio Internacional por la Universidad del Salvador y la Universidad de Toulouse (Francia), dijo a Chequeado que con las acciones de la Argentina “sucedió todo lo contrario a fortalecer el Mercosur, principalmente por todas las restricciones a las importaciones”, que “van en contra del espíritu del Mercosur, que es liberalizar el comercio entre los socios”.
La experta señaló que “gran parte del discurso [de Fernández] de fortalecer el Mercosur en realidad es para oponerse a la iniciativa de Uruguay de negociar acuerdos con terceros países de manera independiente”. Y sostuvo: “El presidente Luis Lacalle Pou dijo que la Argentina es un lastre para Uruguay, y la realidad es que, por un lado, no lo dejan negociar con terceros países y, por el otro, también le imponen barreras al comercio intrazona”.
El 30 de noviembre último, además, se conoció un comunicado conjunto de la Argentina, Brasil y Paraguay en relación con la intención de Uruguay de sumarse por su propia cuenta al Acuerdo Transpacífico con Nueva Zelanda y Australia. En él advierten que “se reservan el derecho a adoptar las eventuales medidas que juzguen necesarias para defender sus intereses en los ámbitos jurídico y comercial”.
Chequeado se contactó con el área de Prensa de Cancillería, que desde octubre de 2021 está a cargo de Santiago Cafiero, y con la Secretaría de Comercio, que desde agosto último conduce Matías Tombolini, para consultarlos sobre las acciones que impulsó en este último año la Argentina en pos de potenciar el Mercosur.
La Secretaría de Comercio no respondió pero sí lo hizo Cancillería, desde donde destacaron que “la Argentina, desde 2020, tiene un rol activo en el fortalecimiento del proceso de integración Mercosur, destacando ante los socios la necesidad de profundizar la agenda interna y establecer una estrategia para las negociaciones externas”. Agregaron, además, que “este hecho se vio reforzado desde que asumió Santiago Cafiero como canciller de la Argentina, quien logró alcanzar consensos con sus pares, como dispone el Tratado de Asunción fundacional del bloque comercial”.
En un documento que enviaron a este medio destacan 17 acciones decididas por el Mercosur. “Hay algunas interesantes, como la incorporación del Protocolo de Comercio Electrónico, pero resta ver su aplicabilidad. Después hay mucha puesta en marcha de negociaciones y conversaciones, foros y rondas, que no modifican sustancialmente; hay novedades no económicas, como ponerse de acuerdo en temas de ciudadanía (en realidad es la consolidación de derechos existentes); pero son todas cuestiones instrumentales, no esenciales. Además, y esta es la clave, son decisiones del Mercosur que se imponen a la Argentina, que las termina apoyando porque si no se toman por consenso no se deciden. La Argentina no las impulsa. Las termina aceptando”, analizó Elizondo.
Gayá, a su vez, destacó que “las negociaciones que se iniciaron son súper light” y que “lo más importante, el acuerdo Mercosur-Unión Europea (UE), sigue sin firmarse”. “Si bien hay cuestionamientos del agro europeo, el Gobierno argentino no tiene ninguna intención de firmarlo. Creo que tampoco hubo progresos significativos en otras negociaciones que podrían implicar un gran aumento del comercio, como Corea o Canadá”, evaluó.
Por todo lo expuesto, la afirmación de Fernández está “en proceso, demorada”. La gestión del Frente de Todos no sólo impide la apertura del bloque regional al comercio con terceros países y grupos de naciones sino también, por sus medidas económicas, dificulta el comercio entre los países socios, que es justamente el propósito fundacional del Mercosur: la creación de “un mercado común”. De todos modos, aún resta un año de mandato para ver cambios en este tipo de políticas.
EN PROCESO, DEMORADA: se avanzó poco o nada en las medidas necesarias para cumplir con el compromiso, pero todavía podría lograrse en el resto del período de mandato.
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