Cómo cuentan los votos en blanco de la Ciudad
La Constitución de la Ciudad establece que el jefe de Gobierno necesita para ser electo en primera vuelta la mayoría absoluta de los votos emitidos (más del 50%), “con exclusión de los votos en blanco y nulos”. De esta manera, si hay 10 votos, y una fuerza obtiene cinco; la segunda, tres; y la tercera, dos, el resultado sería de 50%, contra 30% y 20% respectivamente, con un balotaje entre los dos primeros; al contrario, si la primera fuerza saca cinco (o incluso cuatro) votos, la segunda tres, y los últimos votos son en blanco, gana la primera fuerza porque obtiene más de la mitad. En este sentido, votar en blanco por sobre elegir a otra fuerza favorece al que va ganando, porque le aumenta el porcentaje obtenido. Lo mismo sucede para el reparto de las bancas legislativas.
En el balotaje la elección se define aunque sea por un voto y (obviamente) no existe la posibilidad de votar por otro candidato. Por esto, lo que pasa con el voto en blanco es que hace que quien obtuvo menos votos en la primera vuelta deja de contar con la posibilidad de sumar ese electorado para superar al primero. La opción contraria es elegir uno de los dos candidatos disponibles, e implica que una opción es preferente por sobre la otra.
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