“El viento de cola se ha terminado”
En su columna dominical de La Nación, Joaquín Morales Solá afirma que “el viento de cola se ha terminado”, aludiendo a las condiciones económicas internacionales que usualmente se mencionan como favorables para la gestión de la política económica local. Paradójicamente un periodista en general de visión crítica sobre el gobierno coincide con éste en responsabilizar a las condiciones internacionales de un posible deterioro en la actividad económica nacional. Los datos no parecen sostener tal razonamiento.
Tres factores son preeminentes a la hora de evaluar esas condiciones: el precio relativo de las materias primas agrícolas que la Argentina exporta , la evolución de la economía brasileña y el diferencial de tasa de interés que en condiciones normales facilitaría la financiación internacional. Ninguno de ellos se ha deteriorado como para justificar la aseveración del cronista.
Los precios internacionales de la soja por ejemplo, siguen estando entre los más altos de la serie histórica y, pese a la sequía sufrida, se espera que los valores de exportación de este año estén en línea con los de períodos recientes o que incluso haya un incremento.
Precio de los granos (promedio anual en dólares)
Fuente: UNCTAD Stats.
Las cuestiones que influyen en lo que se analiza como un paulatino deterioro de la balanza comercial no tienen entonces que ver con que el viento de cola esté amainando, sino con cuestiones de gestión interna de las políticas cambiaria, de competitividad industrial, y en gran medida con las falencias registradas en cuanto a la producción y consumo de combustibles, que alimentan una mayor demanda de importaciones.
A esto se suma una baja sostenida en las tasas de interés internacionales que en condiciones normales permitirían al país financiarse a tasas relativamente bajas, lejos de los casi dos dígitos a los que se ha emitido deuda en los últimos años.
Tasa Libor (London Inter Bank Offered Rate, es una tasa de interés de referencia mundial)
Fuente: Bloomberg.
Una economía brasileña en expansión moderada permitió también un intercambio fluido de ciertos productos industriales, especialmente automotores, y las expectativas sobre la economía brasileña no dejan traslucir cambios dramáticos en la dirección del viento.
Índice de confianza en la industria en Brasil (Febrero 2012)
Fuente: Fundación Getulio Vargas.
A ellos se suma una creciente participación en las exportaciones de productos minerales cuyos precios tampoco parecen haber sufrido bajas importantes en tiempos recientes.
Nota: muchas gracias a Daniel Larriqueta por sugerir el chequeo.
Fecha de publicación original: 28/02/2012
Comentarios
estamos viendo el principio de los límites del populismo, que necesitaría que la soja suba 100 dólares por año.
Cada vez más vamos a ver a Cristina enojada.
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