Cuántas y cuáles leyes sancionó el Congreso en 2022 y qué proyectos están pendientes de discusión
- En el actual período legislativo la producción de leyes cayó un 30% con respecto a lo cosechado en 2021, aunque todavía queda tiempo para mejorarla.
- Este año se destacó la aprobación del Presupuesto 2023, después de un año sin presupuesto; el acuerdo con el FMI y la ley de Respuesta Integral al VIH, entre otras leyes.
- Entre las iniciativas pendientes, figuran la ley de alcohol cero al volante, la no renovación del Certificado Único de Discapacidad (CUD) en casos irreversibles y la creación del Registro Nacional de Deudores Alimentarios.
El Congreso sancionó desde el 1 de marzo último, cuando arrancó el período número 140 de sesiones, apenas 36 leyes, de acuerdo con el registro de DeQuéSeTrata, una ONG enfocada en el seguimiento de la actividad parlamentaria. Es decir, tan solo 4 leyes por mes. Esta producción representa una caída del 30% con respecto al período anterior, cuando las cámaras de Diputados y de Senadores sancionaron 52 leyes.
El número es provisorio: aún podría aumentar porque los períodos legislativos empiezan el 1 de marzo y terminan el 30 de noviembre pero pueden extenderse hasta el último día de febrero, si el Poder Ejecutivo convoca a sesiones extraordinarias. Pero, por ahora, este registro de 36 leyes sancionadas está en camino a convertirse en uno de los más bajos desde la restauración democrática de 1983 (cuando no el peor).
Hasta el momento, la menor producción de leyes de los últimos 39 años se anotó en 2019, último año de gobierno de Mauricio Macri (Cambiemos), con 37 aprobadas por ambas cámaras, de acuerdo con el registro de la fundación Directorio Legislativo, una asociación civil que también estudia el trabajo parlamentario.
En esta nota te contamos cuáles son las leyes más destacadas de este año, cuáles de la agenda legislativa quedaron pendientes de debatirse y por qué motivos el Congreso aprueba tan pocas leyes.
¿Qué leyes se sancionaron este año?
La ley más destacada de este año es el Presupuesto 2023, no solamente porque se trata de la “ley de leyes”, como se la conoce en la jerga institucional argentina, sino también porque en 2021, por primera vez en las últimas 4 décadas, el Congreso rechazó el Presupuesto; en ese caso, el correspondiente a 2022, que había elaborado el entonces ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán.
En la historia reciente se registran 2 casos en los que un gobierno tuvo que prorrogar el presupuesto del año anterior: en 2011, cuando el Congreso no trató el presupuesto enviado por la entonces presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner (Frente para la Victoria); y en 2020, cuando el gobierno de Fernández (Frente de Todos) resolvió no poner en consideración el proyecto presentado por su antecesor, Macri.
Por estas circunstancias, la sanción del último Presupuesto cobra relevancia. Pero hay otras leyes que también se destacan de la labor parlamentaria de este año. Entre ellas, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de facilidades extendidas firmado en marzo último (ver acá y acá) para el pago de la deuda de la Argentina con ese organismo.
Además, la aprobación de la Ley de Respuesta Integral al VIH, Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), Hepatitis Virales y Tuberculosis, que actualiza la Ley Nacional del SIDA, vigente desde 1990; la Ley de Incentivo a la Inversión, Construcción y Producción, para el acceso a la vivienda, y el marco regulatorio para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial.
También, la Ley de Alivio Fiscal para Pequeños Contribuyentes y Autónomos, con nuevos límites de facturación máxima por categoría del monotributo vigentes desde julio último, y la Ley de Promoción de Inversiones en la Industria Automotriz.
¿Qué proyectos duermen el sueño de los justos?
Hay proyectos que fueron sancionados solamente por una cámara y en la otra están pendientes de ser debatidos en sesión. Uno de ellos es la ley de alcohol cero al volante, a la que la Cámara de Diputados de la Nación le dio media sanción el mes pasado y que consiste en una modificación a la Ley 24.449 de Tránsito para reducir de 0,5 a 0 gramos de alcohol por litro de sangre (gr/l) la tolerancia para conducir en las rutas nacionales. Es decir, que directamente no se pueda beber nada de alcohol para manejar.
También, una iniciativa que establece la no renovación del Certificado Único de Discapacidad (CUD) en casos irreversibles; la creación del Registro Nacional de Deudores Alimentarios; la exención del pago de Ganancias para médicos que realicen más de 4 guardias; el Plan Nacional de Cardiopatías Congénitas, y la llamada “Ley Johanna”, que establece una serie de procedimientos médico-asistenciales que deberán aplicarse en caso de la pérdida de un bebé entre la semana 22 del embarazo y 7 días después del nacimiento.
Todos estos proyectos ya han sido aprobados en sesión por la Cámara de Diputados y están pendientes de tratamiento en el Senado.
Hay otras iniciativas cuya voluntad de que sean tratadas ha sido expresada por el Poder Ejecutivo pero aún no se registran avances en ninguna cámara. Entre ellas el blanqueo de capitales, en el marco del acuerdo de intercambio de información financiera y tributaria firmado con Estados Unidos, firmado a principios de este mes (este proyecto todavía no ingresó a Diputados).
Además, un proyecto para la prevención y represión del lavado de activos y la financiación al terrorismo, que el Poder Ejecutivo ya envío a Diputados, con la firma del presidente Alberto Fernández, pero aún no registra avances en esa cámara.
¿Por qué el Congreso sanciona tan pocas leyes?
El 21 de diciembre último, el oficialismo y sus aliados intentaron sin éxito realizar una sesión especial en la que estaba previsto tratar la creación de varias universidades nacionales y una moratoria previsional, cuyo proyecto ya tenía la aprobación del Senado.
La oposición decidió no dar quórum por estar en contra del temario. Fue el segundo intentó del oficialismo: 20 días antes había intentado avanzar con el mismo temario y en el recinto se produjo un escándalo de cruces, insultos y hasta gestos obscenos entre diputados (ver acá, acá y acá).
Como ya se explicó en esta nota, la distribución de bancas en el Congreso es fundamental para alcanzar las mayorías requeridas para que las iniciativas puedan avanzar. En la actual composición del Congreso, el oficialismo -actualmente, el Frente de Todos-, que es el que lleva la agenda del Gobierno, perdió la mayoría que tenía en el Senado y no mejoró su posición en Diputados debido a la derrota electoral que sufrió en las elecciones de medio término de 2021 a manos de la oposición -Juntos por el Cambio-.
Por eso, para cumplir sus objetivos, depende de la voluntad de sus eventuales aliados y no siempre consigue el número para iniciar una sesión (quórum). En el Senado, el Frente de Todos tiene 35 legisladores y se necesitan 37 para poder iniciar una sesión. En Diputados, a su vez, tiene 118 legisladores y al quórum se llega con 129 diputados sentados en sus bancas.
Ernesto Calvo, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Maryland, sostuvo en un artículo publicado en la revista de la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP) que “la imagen del Congreso argentino como una escribanía del Poder Ejecutivo y a merced de mayorías arrolladoras es demostrablemente falsa”.
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