¿El barbijo que usás para protegerte de la COVID-19 es efectivo? Tres preguntas para hacerte al respecto

La aparición de nuevas variantes de coronavirus potencialmente más infecciosas ha llevado a muchas personas a preocuparse por la eficacia de sus barbijos, a fin de protegerse a sí mismos, y a otras personas del contagio de COVID-19. Algunos expertos recomiendan aumentar la protección usando 2 máscaras.

Desde que comenzó la pandemia, los barbijos han sido objeto de mucho debate. Hoy en día, la mayoría de los gobiernos y organismos de salud recomiendan usarlos para evitar la transmisión de COVID-19.

Pero no todos los barbijos son iguales, ni son fácilmente asequibles. Al comienzo de la pandemia, la escasez mundial de equipos de protección personal, incluidos los tapabocas, condujo a la utilización masiva de telas reutilizables.

Poco después, se podían ver en cada tienda, lugar de culto, restaurante, transporte público y otras áreas comunes, diferentes formas de protección facial y, junto con ellas, diferentes problemas. Actualmente, todos los días vemos barbijos que no funcionan correctamente, que se deslizan por la cara cuando hablamos, que empañan nuestros anteojos o irritan la piel detrás de las orejas, a lo que se suma la inevitable pregunta de dónde guardarlas cuando nos los quitamos.

Parte del problema ha sido la falta de información oficial sobre cómo ha de ser un buen barbijo. Pero, a finales del año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un documento orientativo, indicando tres aspectos importantes a considerar en la fabricación de máscaras faciales de tela. La guía establece umbrales mínimos de ajuste, filtración y respirabilidad.

Aquí, te explicamos por qué son importantes estos tres elementos y por qué deberías pensar en qué barbijo usás y cómo lo usás.

¿Te queda bien el barbijo que usás?

El ajuste apropiado del barbijo es fundamental para evitar huecos entre la piel y el barbijo de modo que, al respirar, los aerosoles no se escapen a través de los huecos que, por ejemplo, rodean nuestra nariz. Este fenómeno se llama “fuga”. Nuestra investigación ha demostrado que la fuga es uno de los principales problemas que condiciona la eficacia del barbijo.

Con tan distintos rasgos faciales y perfiles, es fácil ver por qué un barbijo que se ajusta perfectamente a la nariz de una persona dejará grandes huecos en otra. Incluso si se presiona bien el alambre que sujeta el barbijo a la altura de la nariz, éste puede desplazarse y que aparezcan huecos al hablar y se formen huecos alrededor de la mejilla y del hueso de la mandíbula.

Por eso una de las cosas más importantes que tenés que chequear es el ajuste del barbijo a tu cara. ¿Se escapa mucho aire por la parte superior o por los lados? Si es así, considerá comprar un tapaboca de un tamaño diferente que se acomode mejor y más cómodamente a tu boca y nariz.

¿Cómo se filtran las partículas?

Las fugas dependen de la capacidad de las máscaras faciales para filtrar los agentes infecciosos en aerosoles y gotas y, al mismo tiempo, permitirle al usuario respirar correctamente.

La capacidad de filtrado se conoce estableciendo el grado en que los aerosoles y gotas penetran a través de los diferentes barbijos. Los barbijos funcionan modulando el flujo de aire a través de la tela y reduciendo el número de partículas que pasan en ambas direcciones.

En la confección de los tapabocas se utilizan muchos materiales diferentes, incluyendo tela, diferentes tipos de polímeros y nanofibras. Los barbijos quirúrgicos están hechos de capas de polipropileno, que es un material plástico.

El testeado de la eficacia para filtrar que tienen diferentes telas mostró que las más efectivas son las que reúnen múltiples capas de poliéster y algodón. De modo que vale la pena que te fijes de qué material está hecho el barbijo que comprarás.

En cambio, no necesitarás preocuparte demasiado por el lavado. Un resultado preliminar de nuestras investigaciones es que, con el uso, las telas más aptas para filtrar mejoran su capacidad de filtrado y conservan su efectividad hasta haber sido lavadas 50 veces.

¿Es cómodo?

La respirabilidad y la comodidad son aspectos fundamentales que animan a las personas a usar sus barbijos correctamente.

Existen informes que sugieren que al usar barbijo los usuarios pueden experimentar dolores de cabeza, picazón facial y dificultad para respirar debido al aumento de la temperatura de la piel y del aire.

Si nuestros barbijos son incómodos, es más probable que no las usemos correctamente, y eso puede contribuir a la propagación de la COVID-19. Así que asegurate de que tu máscara no te haga sentir tan incómodo que tengás que sacártela con frecuencia, socavando así todo el esfuerzo que hacés.

Encontrar el mejor barbijo

¿Cómo nos aseguramos de que el barbijo que estamos usando sea el que mejor evite la transmisión? Hemos estado trabajando con grupos de la industria para abordar este problema y mejorar el diseño, evaluar la filtración de los tejidos y crear conciencia sobre la importancia de los tres elementos clave.

La buena noticia es que nuestros datos preliminares muestran que las máscaras de tela reutilizables y los elementos que usamos para cubrirnos logran una excelente filtración de partículas y que tienen una buena adherencia de modo de reducir el riesgo de fugas en diferentes perfiles faciales. El uso de mascarillas reutilizables también reduce la cantidad de residuos quirúrgicos de los barbijos de un solo uso, un problema creciente.

Basados en la guía de la Organización Mundial de la Salud y en nuestra investigación, podemos decir que siempre y cuando el barbijo se ajuste perfectamente y sea cómodo, con una fuga mínima, es posible sentirse seguro al usarlo, incluso frente al aumento de nuevas variantes del virus.

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Esta nota fue publicada originalmente en inglés por The Conversation el 3/02/2021 y traducida al español por Ines Hercovich para Chequeado.