El empleo en la Argentina: aumentan los puestos de trabajo, pero hay más informalidad
- Según datos del INDEC, el desempleo en el cuarto trimestre de 2021 cayó al 7%, el nivel más bajo desde 2016.
- Sin embargo, entre 2016 y 2021 el empleo asalariado registrado cayó casi 1,7 puntos porcentuales, mientras que el empleo informal aumentó 1,4 puntos.
- En el empleo registrado, los trabajadores privados perdieron terreno frente a las diferentes modalidades del monotributo.
El 1° de mayo se conmemora el Día Internacional del Trabajador, en memoria de las protestas y posterior represión de un grupo de trabajadores de Chicago (Estados Unidos) que reclamaba por una jornada laboral de 8 horas.
En relación con esta fecha, en esta nota te contamos cómo evolucionaron las principales variables del mercado laboral en la Argentina en los últimos años, que muestra una recuperación del número total de empleos, pero a partir de un incremento de la informalidad y de cuentapropistas en desmedro del trabajo registrado.
Una recuperación despareja
De acuerdo con el último informe del INDEC sobre el mercado laboral, en el cuarto trimestre de 2021 la desocupación cayó al 7%, el nivel más bajo desde 2016, cuando el organismo retomó la publicación de la serie luego del período de intervención durante los 2 mandatos de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).
Los datos oficiales muestran que entre 2016 y 2019 (gestión de Mauricio Macri) la tasa de desocupación osciló en torno al 10%, con un piso del 7,2% en el cuarto trimestre de 2017 y un pico de 10,6% en el segundo trimestre de 2019. En tanto, durante la pandemia -ya durante la gestión de Alberto Fernández- la falta de empleo afectó al 13,1% de la población económicamente activa, y luego mostró un sostenido descenso hasta los niveles actuales.
No obstante, esta recuperación se dio mayormente sobre la base de un incremento de empleos informales (es decir, de personas que no tienen reconocidos todos sus derechos como trabajadores), y no gracias a la creación de puestos formales en el sector privado.
De acuerdo con datos de la EPH analizados por Jorge Paz, investigador del Conicet en el Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (IELDE), entre el tercer trimestre de 2016 e igual período de 2021 (último dato disponible) el empleo asalariado registrado (es decir, personas en relación de dependencia) cayó 1,7 puntos, mientras que aumentó 1,4 puntos el empleo informal, que incluye a asalariados no registrados (es decir, quienes tienen un salario fijo pero no reciben aportes patronales) y a cuentapropistas no profesionales (que, según dijo Paz a este medio, incluye a quienes realizan trabajos informales, pudiendo o no estar inscriptos en algún régimen de Monotributo).
Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, señaló a Chequeado que en el mediano plazo “la caída de la tasa de desocupación se explica fundamentalmente por el crecimiento de asalariados no registrados y cuentapropistas”.
En el mismo sentido, Nuria Susmel, especialista en mercado laboral de la Fundación FIEL, indicó a este medio que, “si se mira cómo ha evolucionado el empleo en las distintas formas de contratación, donde está creciendo es en el monotributo o la informalidad”.
Consultado por las diferencias entre el empleo formal y el informal, Campos indicó: “Desde la perspectiva de los trabajadores, los marcos de protección son muy distintos, ya sea por la legislación laboral, los convenios colectivos de trabajo y la organización sindical. En el caso de los no registrados y cuentapropistas, esto no existe”.
Además, agregó que “los no registrados y cuentapropistas son los que están más expuestos a las variaciones del ciclo económico, y esto se vio muy claro en la pandemia: mientras que hubo una batería de medidas para proteger al empleo registrado en el sector privado que fue relativamente exitosa, en los otros casos los niveles de empleo se desplomaron”.
En cuanto a lo salarial, los datos del INDEC muestran a las claras las diferencias entre el empleo formal y el informal: entre enero de 2017 y enero de 2022 los salarios cayeron 18,5% en términos reales (contemplando el efecto de la inflación). Al desagregar los datos, puede verse que mientras que los asalariados privados perdieron un 15,3%, los informales vieron caer sus ingresos un 26,2%.
En tanto, en el último año los sueldos privados mostraron un incremento real del 3,6%, pero esa recuperación no se evidenció en los informales, que perdieron 6,6%.
Más monotributistas
Otra forma de analizar la evolución del empleo la aporta el Ministerio de Trabajo de la Nación en base a la información del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). En este caso, el informe contiene datos únicamente del empleo registrado, dividido según la modalidad ocupacional principal de cada trabajador.
Así, aparecen los asalariados privados (personas en relación de dependencia que trabajan en empresas privadas), los asalariados públicos (personas en relación de dependencia que se desempeñan en el Estado), personal de casas particulares (empleadas domésticas), autónomos (trabajadores independientes de altos ingresos) y las diferentes categorías de Monotributo.
Dentro de este universo también existen disparidades notorias. De acuerdo con los datos oficiales, entre enero de 2017 y enero de 2022 el número total de trabajadores registrados cayó un 2,1% (considerando el crecimiento de la población).
Si se hace zoom sobre este sector puede verse que la caída afectó especialmente a los puestos de trabajo de asalariados privados (-7,3%), mientras que los monotributistas independientes (11,2%) y los monotributistas sociales (9,9%) -aquellas personas vulnerables que realizan trabajo por cuenta propia sin estar insertos en el circuito formal- aumentaron en número.
En el último año, en tanto, los puestos de trabajo registrados crecieron un 3,2% y alcanzaron los mejores valores desde 2019 (con 27,1 trabajadores cada 100 habitantes). Sin embargo, la recuperación fue despareja. Mientras que el número de asalariados privados aumentó un 2,6%, el monotributo social subió un 23,4% y el monotributo independiente registró un incremento del 5,7%.
De este modo, la composición del trabajo registrado se modificó en los últimos 5 años. En enero de 2017 los poco más de 12 millones de trabajadores se dividían en un 51,3% de asalariados privados, un 25,9% de trabajadores estatales, un 15,6% de monotributistas, un 3,4% de autónomos y un 3,8% de empleadas de casas particulares.
En cambio, en enero de 2022 los trabajadores privados cayeron a menos de la mitad del total (48,6%), mientras que los estatales aumentaron al 26,8% y los monotributistas al 17,7%. Finalmente, los autónomos cayeron al 3,1% y las empleadas de casas particulares se mantuvieron en el 3,8%.
Desde la perspectiva previsional, Susmel señaló que los monotributistas y los trabajadores informales “son personas que aportan muy poco o nada, por lo que hoy no financian el sistema de seguridad social y a futuro va a generar un hueco porque el sistema deberá pagarles la jubilación”.
Al explicar las razones de este fenómeno, la especialista señaló que “esto viene ocurriendo desde 2011, y coincide con el estancamiento de la economía. En este escenario, como es mucho más barato, hay empresas que contratan a monotributistas porque se ahorran las cargas patronales”.
Conceptos básicos del mercado laboral
Asalariados del sector privado: trabajadores registrados que se encuentran en relación de dependencia con empresas del sector privado.
Asalariados del sector público: trabajadores registrados en relación de dependencia con organismos del sector público. En esta categoría, se incluye el total del empleo en el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, del ámbito nacional y provincial. Además, se incluye el empleo dependiente de los municipios, de las universidades nacionales y de las Fuerzas Armadas. Se excluyen las empresas estatales o de participación mixta.
Asalariados con descuento jubilatorio: trabajadores registrados que cobran un salario regularmente y aportan al sistema de seguridad social.
Asalariados sin descuento jubilatorio: trabajadores que cobran un salario regular pero no realizan aportes al sistema de seguridad social.
Asalariadas trabajadoras de casas particulares (servicio doméstico formal): trabajadoras registradas inscriptas en el Régimen Especial de Seguridad Social para Empleados de Casas Particulares.
Cuentapropistas: trabajadores que realizan una actividad independiente -sin relación de dependencia- y pueden o no estar registrados en los regímenes de monotributo o autónomos. La EPH los divide en trabajadores profesionales y no profesionales para diferenciar a quienes realizan trabajos de tipo profesional -médicos y abogados, por ejemplo- de quienes realizan tareas informales -venta ambulante, mantenimiento domiciliario, entre otras-.
Autónomos: se inscribe en este régimen a toda persona física que realiza de forma habitual una actividad económica a título lucrativo, sin un contrato de trabajo vinculado con una tarea por cuenta del empleador y que no se encuadra en el Régimen de Monotributo.
Monotributistas: trabajadores que realizan una actividad laboral de forma independiente, inscriptos en el Régimen de Monotributo. Este se encuentra orientado a pequeños contribuyentes y, por esta razón, los inscriptos en él deben cumplir con ciertos parámetros referidos a ingresos anuales máximos, superficie afectada a la actividad y consumo de energía eléctrica.
Monotributistas sociales: trabajadores de bajos ingresos inscriptos en el Régimen de Monotributo Social, que desarrollan actividades económicas en forma independiente.
Fecha de publicación original: 01/05/2022
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