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¿Quiénes paran?

El paro decretado para este jueves 10 de abril por varios gremios en reclamo de que las paritarias no tengan un techo y para que se actualice el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, entre otras razones, vuelve a abrir el debate sobre el rol de los sindicatos y su representatividad. Quiénes son y cómo evolucionaron.

–    Quiénes paran

Los sindicatos que adhirieron al paro son los que están liderados por Hugo Moyano (CGT Azopardo), Luis Barrionuevo (CGT Azul y Blanca) y Pablo Micheli (CTA), entre otros líderes gremiales.

Existen pocas pocos datos sobre la cantidad de afiliados de cada gremio, sin embargo una estimación hecha por Sebastián Etchemendy, especialista en temas sindicales de la Universidad Torcuato Di Tella y asesor del Ministerio de Trabajo de la Nación, ubica en primer lugar al sindicato de Comercio, con un millón de afiliados, seguido por la Construcción, con 440 mil. Ninguno de esos dos gremios adhiere al paro. En el tercer lugar, sin embargo, se ubican los trabajadores rurales (UATRE) con 340 mil que sí participan de la medida de fuerza, al igual que caminoneros, que se ubica en el décimo lugar con 160 mil afiliados.

– Cuántos trabajadores sindicalizados

Los trabajadores sindicalizados son hoy alrededor del 39% de los empleados registrados del sector privado, según estima un informe del Ministerio de Trabajo de la Nación. Esto excluye, por supuesto, al 34% de los asalariados que hoy no están registrados.

Es una proporción relativamente alta en comparación con otros países de la región, como Chile y Uruguay, donde la proporción es de 17 y 28% respectivamente, de acuerdo con los datos recopilados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En México la tasa sólo alcanza al 14 por ciento.

Sobre su evolución histórica, Adriana Marshall, investigadora Superior del CONICET con sede en el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES) y especialista en temas laborales, señala que lamentablemente en la Argentina no es posible “comparar las distintas cifras sobre tasas de afiliación sindical en el tiempo, porque provienen de distintos tipos de fuentes, que emplean criterios diferentes”. Sin embargo, detalló que “históricamente, el volumen de afiliados ha tendido a variar junto con el empleo asalariado y, nuevamente, con la reactivación económica y del empleo desde 2003, creció la cantidad de afiliados sindicales, sin que esto haya implicado necesariamente crecimiento en la tasa de sindicalización”.

– A cuántos trabajadores cubren

Más allá de los sindicalizados, las negociaciones colectivas afectan a todos los trabajadores de un sector, de manera independiente del hecho de que estén afiliados o no. Hoy estas negociaciones cubren a alrededor de cinco millones de asalariados del sector privado, según las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Trabajo de la Nación (ver aquí).

La cantidad de convenciones colectivas crecieron de manera exponencial durante los últimos años, y especialmente a partir de 2004 con la sanción de la Ley de Ordenamiento Laboral, por la cual se favorecen las negociaciones por rama y no por empresa (ver – “Capitanich: ‘Las convenciones colectivas de trabajo eran 200 en el año 2002 y ahora son aproximadamente 1500”).

La importancia de las negociaciones colectivas está reconocida por la OIT, que las considera parte de la agenda de Trabajo Decente, puesto que “es un instrumento de justicia social, y una de las formas más importantes que adopta el diálogo social”.

– Razones del tamaño de los sindicatos

Existen diversas explicaciones sobre por qué los sindicatos tienen un tamaño relativamente grande en el país. Marshall enumera algunas: “La estructura sindical centralizada a nivel de actividades, la extendida red de representación sindical en los lugares de trabajo, la amplia oferta de servicios sindicales para los afiliados, el hecho de que la gestión del sistema de prestaciones de salud (las obras sociales) se encuentre en manos de los sindicatos y la difundida práctica de imponer, vía convenios colectivos, aportes sindicales regulares a los trabajadores no afiliados (aporte que, en general, incentiva la sindicalización) convergieron en la Argentina en promover la sindicalización, proceso también favorecido, por supuesto, por el estrecho y perdurable vínculo entre sindicatos y peronismo”.

Algunos de estos elementos no están presentes en otros países, donde hay una mayor fragmentación (por ejemplo, con representación a nivel de empresa en lugar de por actividad), o donde se exigen mayores requisitos en cuanto al número de afiliados para poder constituir un sindicato.

La investigadora del Centro Gino Germani (UBA) Vanesa Coscia, al recorrer la historia sindical después de la crisis de 2001, concluye que “luego del año 2003, se reubicaban gradualmente los sindicatos en el centro de la escena económica y política. Con condiciones económicas favorables, aumento de la inflación y un gobierno afín a la tradición sindical peronista como el de Néstor Kirchner”.

En la misma línea, un trabajo publicado por el Ministerio de Trabajo de la Nación donde se repasan diferentes teorías sobre la evolución de los sindicatos, señala que una corriente postula que “los trabajadores tendían a afiliarse cuando se percibían procesos inflacionarios y el rol de los sindicatos era determinante para establecer el nivel de salarios. Así, en períodos de salarios altos y precios estables, la tendencia a la afiliación disminuía”.

– Años de representación

Los dirigentes gremiales argentinos tienen en general largos períodos al frente de sus sindicatos. Un relevamiento hecho por Chequeado de los 26 principales muestra que éstos llevan en promedio 20 años dirigiéndolos (ver – “Democratización sindical: qué proponen las centrales opositoras”).

 

Fecha de publicación original: 10/04/2014

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