Preguntas y respuestas sobre la Boleta Única Electrónica, el sistema de votación que se usará en la Ciudad

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires elegirá sus autoridades locales en la misma fecha que las elecciones nacionales. Las primarias serán el 13 de agosto y las generales, el 22 de octubre. Si hay balotaje, será el 19 de noviembre. Así lo anunció esta semana el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta (Juntos por el Cambio). Pero no fue el único anticipo. También adelantó que los porteños votarán a través de lo que se conoce como Boleta Única Electrónica (BUE), un formato distinto al que se utiliza a nivel nacional, donde rige la boleta partidaria.

Cómo funciona este sistema, en qué se emparenta con el voto electrónico, cuáles son sus ventajas y desventajas y cuáles son los próximos pasos a seguir. Te lo contamos en esta nota.

¿Qué es y cómo funciona la Boleta Única Electrónica (BUE)?

La BUE es un sistema que mezcla lo que se conoce como sistema de boleta única con un adicional de tecnología. El Código Electoral porteño lo define como un “sistema de emisión del sufragio mediante el cual el elector realiza la selección mediante un dispositivo electrónico que permite la impresión y el registro digital de dicha selección en una boleta papel, la cual deberá ser introducida en la urna a los fines de la verificación y el conteo de los votos”.

En términos prácticos, consiste en una “pantalla electrónica en la cual el elector podrá visualizar todas las categorías y cargos, realizar su elección y luego imprimir su boleta”, según describe este documento elaborado por el Consejo de la Magistratura porteño sobre el Código Electoral de la Ciudad. El Código prohíbe que la máquina conserve el registro sobre los votos: la información debe quedar impresa en la boleta y almacenada en un chip que contiene la boleta. 

Video de la Defensoría del Pueblo porteña, organismo autárquico de la Ciudad de Buenos Aires.

¿Por qué la BUE sí es una forma de voto electrónico?

El artículo 126 del Código Electoral porteño establece expresamente que no se puede “implementar un sistema electrónico para la emisión del voto que no contemple la utilización de un soporte papel”. Según el documento del Consejo de la Magistratura, “esta es la principal diferencia entre estos sistemas y aquellos en los que, sin perjuicio de emitir o no un comprobante en papel, la totalización y escrutinio siempre es efectuado por la máquina (voto electrónico)”.

Sin embargo, diversos especialistas y organizaciones de la sociedad civil consideran que la BUE es una forma de voto electrónico. En el libro Voto electrónico. Una solución en busca de problemas, los especialistas Beatríz Busaniche -de la Fundación Vía Libre- y Federico Heinz explican: “En un sentido amplio, se considera voto electrónico a la incorporación de recursos informáticos en cualquier parte del proceso electoral, ya sea en el registro de ciudadanos, la confección de mapas de distrito, la logística electoral, el ejercicio del voto en sí mismo, el escrutinio y la transmisión de resultados”.

Pero, al considerar sólo la emisión del voto y el escrutinio, definen al voto electrónico como “todo sistema informatizado para el acto de emitir y contar los votos en la mesa de votación, donde los ciudadanos y las ciudadanas entran en contacto directo con los dispositivos electrónicos”.

Delia Ferreira Rubio, presidenta de la ONG Transparencia Internacional, explica en este trabajo que la BUE es voto electrónico “porque los componentes electrónicos del sistema y no los impresos son los que determinan el resultado de la elección”. Y, entre otros argumentos, señala: “La máquina imprime un texto y graba un contenido en el chip contenido en la boleta. Pero lo que cuenta para el resto del proceso es el contenido del chip y no lo que está impreso. Se supone que ambas informaciones deben coincidir aunque ya hay pruebas realizadas por técnicos informáticos que han demostrado que se podrían reescribir los chips”.

¿Qué resolvió Horacio Rodríguez Larreta?

Al día siguiente de su anuncio en redes sociales, Rodríguez Larreta firmó el decreto en el que convocó a elecciones en la misma fecha que los comicios nacionales y determinó que se realicen “elecciones concurrentes”. Así se denomina a la coexistencia de 2 sistemas electorales distintos en un mismo comicio. 

En el decreto, además, el Jefe de Gobierno estableció que las elecciones “deberán realizarse mediante el instrumento de sufragio previsto en los Capítulos II y III del Título VII del Código Electoral”. El Capítulo II es el que habla de la boleta única, que es el sistema vigente en la Ciudad y no es necesariamente bajo el formato electrónico. El Capítulo III es el que habilita la incorporación de tecnologías en distintas instancias del proceso electoral. 

Luego, el que debe implementar la incorporación de tecnologías es el Instituto de Gestión Electoral, un ente autárquico que funciona bajo la órbita del Poder Ejecutivo porteño y que tiene la misión de administrar las elecciones que se rigen bajo las reglas del Código Electoral de la Ciudad. Su titular debe ser nombrado por el Ejecutivo con acuerdo de las 2 terceras partes de la Legislatura. Su actual titular, Ezio Emiliozzi, fue nombrado en comisión. 

¿Cuáles son las ventajas de la BUE, según el Gobierno porteño?

“La principal ventaja de este sistema con relación al instrumento de sufragio de la boleta única en papel es que reduce la complejidad y duración de los recuentos de votos en las mesas receptoras de voto. Sin perjuicio de ello, la incorporación de tecnología en el procedimiento del escrutinio de mesa debe permitir, en el momento de realizar la calificación y conteo de sufragios, el control visual efectivo y el conteo manual”, señala el informe elaborado por el Consejo de la Magistratura porteño, en referencia a la BUE y sus ventajas.

Al mismo tiempo, se destacan otros aspectos positivos que son también atribuibles a la boleta única papel: las boletas son impresas y distribuidas por el Estado (con la “boleta sábana”, esto está en manos de las agrupaciones), se garantiza la presencia absoluta de todas las agrupaciones en cada mesa de votación y se reducen las posibilidades de robo o falsificación de boletas. 

¿Cuáles son las desventajas de la BUE, según especialistas y organizaciones?

Las principales críticas contra la BUE apuntan a la seguridad informática y a las dificultades de fiscalización (ya que, a diferencia del voto en papel, este no puede ser revisado por cualquier persona sin conocimientos técnicos). En el libro Voto electrónico. Una solución en busca de problemas se recopilan algunas de las falencias: privatización de una parte importante del sistema electoral, ya que el Estado adjudica el sistema a compañías privadas; posibilidad de fallas técnicas de las máquinas el día de la elección; dificultad en la adaptación del sistema para adultos mayores.

También señala que la garantía de que la máquina no guarda información de los votos “plantea dificultades”, dado que si bien el diseño “puede no incluir esta función, esta podría ser adulterada en cualquiera de los puntos que van desde su fabricación hasta el momento de la votación”. Señala, por otra parte, que el sistema es más caro que los demás.

“El tema más controvertido en relación con el voto electrónico es la seguridad informática. Los detractores del voto electrónico señalan que bajo este sistema no se puede garantizar la secrecía del voto ni tampoco su fiscalización. Mientras el voto en formato de papel puede ser controlado por cualquier ciudadano, el control sobre un dispositivo informático requiere de especialización y el funcionamiento del sistema escapa a la mayor parte de los ciudadanos”, señaló en una entrevista Carolina Tchintian, directora del programa de Instituciones Políticas del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).

¿Cuáles son los plazos para que la Ciudad cuente con un sistema de BUE?

Como se mencionó anteriormente, el Gobierno porteño elige el sistema pero quien implementa la aplicación de tecnologías es el Instituto de Gestión Electoral. El artículo 126 del Código porteño establece que los “sistemas electrónicos deben ser aprobados con al menos 50 días de anticipación a la realización de los comicios, junto con la documentación que denote los resultados de las auditorías efectuadas sobre dichos sistemas”.

Es decir que el Instituto tiene tiempo hasta el 24 de junio (50 días antes de los comicios) para auditar el sistema electrónico que utilizará y aprobarlo.