Sí, el hombre llegó a la Luna. Un chequeo a las teorías conspirativas
- El 20 de julio de 2019 se cumplieron 50 años de la llegada del hombre a la Luna, un hito histórico que llevaron a cabo los astronautas Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins a bordo del Apolo XI.
- Casi en simultáneo con los avances en la exploración del espacio, comenzaron a circular teorías conspirativas que aseguraban que todo había sido un montaje de la NASA.
- Sin embargo, los argumentos que utilizan para desacreditar la llegada son falsos. En esta nota te contamos por qué “flameaba” la bandera y por qué no se ven estrellas, entre otros mitos que circulan.
Casi en simultáneo con los avances en la exploración del espacio, nació y se expandió lo que se conoce como “Moon Hoax”, una gran teoría conspirativa que sostiene que el hombre no llegó a la Luna. Sin embargo, los argumentos que utilizan para desacreditar la llegada son falsos.
Las razones esgrimidas por los seguidores del “Moon Hoax” son numerosas, elegimos algunas de las más repetidas para desmitificar la idea de la conspiración.
1. La bandera estadounidense flamea. ¿Cómo, si no hay aire en la Luna?
Es uno de los argumentos más frecuentes y, al mismo tiempo, uno de los más fácilmente rebatibles. En principio, hay que tener en cuenta que no se trataba de una bandera igual a las que utilizamos en la Tierra, sino que la insignia colgaba de un mástil telescópico horizontal agarrado al asta principal, como una “L” invertida, es decir que había un palo que sostenía la parte horizontal de la bandera. Se había diseñado de esa manera, y además estaba confeccionada en un material sintético especial, justamente para que quedara extendida, porque debido a la ausencia de aire no podría flamear. Y si algo no querían los Estados Unidos, era una imagen de su bandera alicaída.
Diego Córdova, periodista especializado en la exploración espacial y autor del libro Huellas en la Luna, señaló a Chequeado: “En el momento de clavar el mástil en suelo lunar las vibraciones se transmitieron a la bandera, que permaneció oscilando: por eso en un primer momento la bandera parece ondear. Además, el mástil telescópico se trabó y Edwin Aldrin no lo pudo extender del todo, por lo que la bandera quedó con algunos pliegues que hacen que parezca flamear. Un efecto no buscado en un primer momento, pero que gustó tanto que luego todos los astronautas de las misiones posteriores lo replicaron”.
2. ¿Por qué no se ven las estrellas?
Este es otro de los argumentos conspirativos, también sencillo de explicar. En las fotos tomadas por los astronautas sobre la Luna se ve el cielo oscuro porque la luz reflejada por la superficie lunar, los astronautas y el módulo lunar es tan intensa que las estrellas resultan muy tenues para ser registradas en una fotografía. Si el diafragma y la velocidad de obturación de la cámara se configuraran para registrar las estrellas, todo lo que está en la Luna aparecería sobreexpuesto o, como se dice frecuentemente, “quemado”.
En efecto, la superficie del traje blanco del astronauta refleja la luz del Sol más que cualquier otro objeto fotografiado: es por eso que cualquier otro objeto de fondo, como el horizonte, aparece más oscuro, ya que la cámara Hasselblad, con la que contaban los astronautas, captó la luminosidad del traje.
3. Las sombras son extrañas, parecería que hay otra fuente de luz
Según quienes niegan la llegada, las sombras que aparecen en algunas fotografías no son totalmente negras. Al descender del módulo lunar, Buzz Aldrin (el segundo astronauta que pisó la Luna) se encuentra a la sombra del Sol y, sin embargo, se lo ve iluminado. Por último, las sombras deberían ser paralelas, pero en las imágenes se ven divergentes: las direcciones de las sombras parecen indicar la presencia de más de una fuente de luz.
“En principio, hay que tener en cuenta que el Sol no es la única fuente de iluminación directa sobre la superficie de la Luna: también inciden la luz solar reflejada por la Tierra, por la propia superficie lunar y por los objetos, como el módulo lunar y los trajes blancos de los astronautas”, señala Mariano Ribas, periodista especializado en Astronomía y coordinador del Área de Divulgación Científica del Planetario de Buenos Aires Galileo Galilei. Esto explica la presencia de diferentes situaciones lumínicas en las fotografías.
Además, el suelo lunar no es llano sino que posee rugosidades que deforman algunas de esas sombras. Por otra parte, las sombras no se ven paralelas simplemente a causa de la perspectiva. Tal como explica el astrónomo Phil Plait en su libro Bad Astronomy: “Estamos viendo sólo la fotografía, no el paisaje real en sí. El hecho de reducir las dimensiones de un objeto causa distorsiones. Cuando el Sol está bajo y produce sombras largas, dos objetos situados a diferentes distancias proyectarán sombras que parecen no ser paralelas, incluso en la Tierra”.
4. En el descenso del módulo lunar se utilizaron propulsores para reducir la velocidad. ¿No se debería haber generado un cráter de impacto sobre la superficie?
Es importante entender, antes que nada, que la baja gravedad de la Luna hizo necesaria poca propulsión para aminorar la velocidad del descenso: el motor del módulo lunar se apagó unos metros antes de tocar el suelo, dejando que el Eagle completara su descenso en caída libre.
Así lo explica Córdova: “El chorro del escape de un cohete se dispersa muy rápido en el vacío. En la Tierra, el aire comprime el chorro en la forma de una columna delgada, que es el motivo de que se vean grandes llamas y humo en la base de un cohete que despega. En el vacío, los gases de la tobera se dispersan, disminuyendo la presión ejercida por el chorro. Además, los motores se apagan unos metros antes de tocar el suelo: por eso no hay cráter”.
5. La radiación de los Cinturones de Van Allen es mortal para el ser humano. ¿Cómo pueden haber sobrevivido los astronautas al viaje?
Los Cinturones de Van Allen son áreas alrededor de la Tierra en donde nuestro campo magnético atrapa las partículas del viento solar. Por supuesto, un hombre sin protección moriría si se expusiera a esa radiación durante un lapso prolongado. Pero las naves espaciales atraviesan los cinturones bastante rápido (tardan aproximadamente una hora), por lo que no hay tiempo para absorber una dosis letal de radiación.
Además, el casco de la nave estaba especialmente diseñado para bloquear la mayoría de las partículas que pueden resultar nocivas para el ser humano. Es por eso que los astronautas que fueron a la Luna no sufrieron consecuencias físicas fatales.
6. Las huellas fotografiadas en la superficie lunar no coinciden con el dibujo de la suela de las botas utilizadas por Neil Armstrong y expuestas junto con el resto del traje espacial en el museo de la NASA
Efectivamente, las huellas que quedaron en la Luna y la suela de las botas no son iguales. Esto se debe a que los astronautas contaban con una protección adicional, una sobre-bota.
Este elemento no se encuentra expuesto por la simple razón de que no regresó a la Tierra sino que quedó en la Luna para disminuir el peso de la nave en su regreso a nuestro planeta.
7. El alunizaje en realidad fue filmado bajo la dirección de Stanley Kubrick en un estudio de grabación. Los videos fueron grabados en cámara lenta para simular la “caminata lunar”
Si bien Kubrick había presentado recientemente su icónica película 2001, Odisea del espacio, no hay ninguna evidencia que lo relacione con el alunizaje.
Paradójicamente, a fines de los años 60, la tecnología espacial era suficiente para llegar a la Luna, pero la tecnología cinematográfica no había alcanzado todavía el nivel necesario para simular esa llegada: simplemente no era posible falsificar todas sus consecuencias y efectos en un estudio de televisión.
Más allá de la velocidad, hay numerosos indicios que demuestran que los astronautas están caminando en una superficie con menor gravedad y sin aire. Por ejemplo, si se observa el polvo levantado se puede apreciar que cada partícula describe una parábola perfecta y vuelve a caer al piso. En la Tierra, por el contrario, el polvo queda suspendido en el aire y forma una nube difusa.
Para trucar estas escenas, la NASA debería haber construido un estudio gigantesco, totalmente aislado y con un vacío absoluto. Y, por supuesto, haber podido mantener el secreto durante los siguientes 50 años. Suena incluso más difícil que llegar a la Luna, ¿no?
8. Cuando el módulo lunar despega, no se ven las llamas del escape bajo el vehículo
Es cierto: cuando la mitad superior del módulo lunar se desprende de las patas y se eleva en búsqueda de su módulo de servicio que lo esperaba en la órbita lunar, no se observan llamas.
Sin embargo, la explicación es sencilla: el combustible que se usó en los módulos lunares era una mezcla de hidrazina (carburante) y tetróxido de dinitrógeno (oxidante o comburente). La hidrazina y el tetróxido de dinitrógeno entran en ignición por mero contacto y producen un gas incoloro, por lo que no se ve llama. Pura química.
9. ¿Por qué no volvimos a la Luna después de 1969?
Antes que nada: ¿Quién dijo que “no volvimos”? En total, fueron 6 las naves pertenecientes al programa Apollo que lograron llegar al objetivo del alunizaje, y hubo nada menos que 12 astronautas estadounidenses que caminaron sobre la Luna. El último alunizaje fue el de la Apollo 17, el 11 de diciembre de 1972.
Claro que, para ese entonces el interés ya había decaído, los Estados Unidos habían demostrado su superioridad técnica y militar, y además se encontraban afrontando otros problemas en la Tierra, por lo que el presupuesto destinado a la exploración lunar se redujo notablemente.
Desde entonces y hasta la actualidad se han enviado numerosas sondas no tripuladas a la Luna, y recientemente se anunció una nueva misión estadounidense, denominada “Artemisa”, cuyo objetivo es llevar por primera vez a una mujer a nuestro satélite.
10. Las pruebas que quedaron
Por último, hay numerosas evidencias actuales del alunizaje: además de traer alrededor de 21 kilos de muestras rocosas con características geológicas diferentes a las rocas terrestres, los astronautas instalaron diferentes equipos que estuvieron funcionando durante años y que todavía se encuentran en la superficie lunar.
Las misiones Apollo 11, 14 y 15 también dejaron allí retroreflectores, que se utilizan desde entonces para medir la distancia a la Luna y que permitieron descubrir que nuestro satélite se aleja de nosotros a un ritmo de casi 4 centímetros anuales.
De hecho, el orbitador de reconocimiento lunar ha tomado recientemente fotografías de los seis diferentes puntos de alunizaje en las que se distinguen claramente las bases de los diferentes módulos lunares y otros elementos dejados allí por los 12 astronautas que pisaron la Luna a lo largo de 6 misiones del programa Apollo.
Además de toda la evidencia, hay que considerar que para haber mantenido esta mentira, como sostiene la conspiración, estarían involucradas nada menos que unas 400 mil personas de manera directa: tal es la cantidad de trabajadores de diferentes áreas, empresas privadas y organismos estatales que interactuaron para que pudiera llevarse a cabo la misión, según calcula la NASA.
Por no mencionar a los soviéticos que deberían haber sido cómplices de semejante engaño: cuesta creer que, en el marco de la Guerra Fría, la URSS no hubiera desenmascarado la supuesta conspiración. Sin embargo, incluso cosmonautas y científicos soviéticos reconocieron el logro de los estadounidenses.
Si te gustó esta nota y querés saber más sobre la llegada del hombre a la luna, mirá esta otra nota:
“A 50 años de la llegada a la Luna, datos y anécdotas de la hazaña”
Fecha de publicación original: 19/07/2019
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