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Esta nota tiene más de un año

A 50 años de la llegada a la Luna, datos y anécdotas de la hazaña

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • La hora exacta del alunizaje del Apollo 11.
  • Por qué el pequeño paso no fue tan pequeño.
  • Detalles sobre las primeras fotos en la Luna.

Este 20 de julio se cumplen 50 años desde que la humanidad apoyó por primera vez sus pies sobre una superficie extraterrestre. Con ese gesto, el ser humano dejó una marca prácticamente indeleble: como la Luna no tiene atmósfera, aire, agua, viento ni lluvias que desgasten la superficie, las huellas impresas por los primeros astronautas que caminaron sobre nuestro satélite natural quedarán ahí, como testimonio de la hazaña. En efecto: la erosión lunar (ver acá y acá), principalmente producida por el impacto de micrometeoritos y la radiación solar, es muchísimo más lenta y gradual que la que conocemos en la Tierra.

¿Cuando alunizaron?

Hay que decir que, en realidad, el comandante Neil Armstrong pisó la superficie del satélite terrestre el 21 de julio de 1969, a las 2:56 UTC (hora internacional), unas seis horas y media después del alunizaje del módulo lunar Eagle en un mar lunar. Claro que, como lo que se toma como referencia es el horario local de los Estados Unidos, donde todavía eran las 22:56 del 20 de julio, esa fue la fecha elegida para la conmemoración.

No tan pequeño paso

El “pequeño paso” en realidad no fue tan pequeño como habían pensado y calculado los ingenieros de la NASA.

En efecto, la planicie lunar donde descendió la misión había sido elegida como punto de llegada después de meses de investigaciones, exploraciones, mapeos, discusiones y análisis debido a la ausencia de obstáculos, como grandes rocas o desniveles pronunciados que pudieran dificultar el objetivo de la misión. Pero, como no se conocía la consistencia exacta del suelo, tampoco se sabía con precisión cómo quedaría colocado el módulo lunar.

De hecho, en la transmisión se puede escuchar claramente que Armstrong señala con algo de sorpresa que las patas del Eagle se habían hundido apenas entre 1 y 2 pulgadas (aproximadamente entre 3 y 5 centímetros) en la superficie lunar, a la que describe como una arena muy fina, casi un polvo. Como consecuencia, el hombre elegido para pisar nuestro satélite por primera vez en la historia tuvo que dar un paso un poco más largo de lo previsto para abandonar la escalerita y estampar de una vez y para siempre su famosa huella.

Tal como señaló el comandante de la misión, la superficie lunar está cubierta por una abundante capa de polvo muy fino que desde entonces se conocería como “regolito lunar”: una “alfombra” de restos formados por materiales poco compactos de fragmentos rocosos y suelo, producto del bombardeo de meteoritos y micrometeoritos, la radiación solar y la gran amplitud térmica. Este regolito, sumamente pegajoso y abrasivo, fue además el responsable del mal olor que sintieron los astronautas al regresar a la nave y quitarse los cascos… pero esa es otra historia.

Sólo después de mencionar el fino polvo que cubría la superficie lunar, Armstrong anunció que daría “un pequeño paso para un hombre y un gran salto para la humanidad”. La expresión aparentemente espontánea del comandante de la misión Apollo 11 había sido largamente meditada y elaborada: al menos así lo aseguró Reg Turnill, quien fuera corresponsal de la BBC para asuntos aeroespaciales en aquellos tiempos.

El segundo hombre

Mientras tanto, Edwin “Buzz” Aldrin también esperaba su turno para entrar en la historia, algo que logró rápidamente: no sólo por ser el segundo ser humano que pisó la Luna, sino también porque fue el astronauta-modelo que quedó inmortalizado en la enorme mayoría de las imágenes tomadas por Armstrong.

En efecto: como los astronautas del Apollo 11 contaban con una sola cámara Hasselblad especialmente desarrollada para esta misión, fue el propio comandante quien tomó casi todas las fotos. De hecho, los participantes de la misión habían tomado cursos de fotografía y debieron aprender a usar la cámara con los guantes y un armazón que protegía la película fotográfica de las radiaciones. Es por eso que casi no existen imágenes reales del primer hombre que pisó realmente la Luna: sólo algunas capturas de la transmisión televisiva, tomadas con la cámara que el mismo Armstrong accionó antes de que terminara de descender del módulo.

El mejor amigo

En cuanto a Michael Collins, hay que decir que el tercer miembro de la misión Apollo 11 se resignaba a alcanzar el premio al mejor amigo de la humanidad, ya que se quedó orbitando la Luna y sacando hermosas fotos desde el módulo de mando mientras sus compañeros de viaje se llevaban los laureles… y, como ya veremos, algunas otras cosas: entre ellas, la módica suma de 21 kilos de rocas lunares.

Claro que no se las llevaron a modo de souvenir para sus familias ni para utilizar como pisapapeles, sino para su estudio científico una vez que llegaran a la Tierra. De hecho, esas muestras permitieron realizar numerosos análisis que ayudaron a entender el proceso de formación de la Luna, su geología y sus características.

 

Si te gustó esta nota y querés saber más sobre la llegada del hombre a la luna, mirá esta otra nota:

“Sí, el hombre llegó a la Luna. Un chequeo a las teorías conspirativas”

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Comentarios

  • Roberto Nuñez30 de abril de 2020 a las 9:08 amCrónica 29/4/20 Japón se prepara para poder protegerse de los ET

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