El rol de los datos en el anuncio de la extensión de la cuarentena
Última actualización: 12/04/2020
El presidente de la Nación, Alberto Fernández, empezó la conferencia de prensa en la que anunció la extensión de la cuarentena obligatoria hasta el 26 de abril dejando claro que está tomando las decisiones escuchando más a los epidemiólogos que a los economistas y a los políticos, algo que parece acertado en medio de una pandemia dinámica y con altísima incertidumbre. “Los epidemiólogos dicen que hoy el único remedio es resguardarse en su casa cada uno”, arrancó.
Unos minutos después, Fernández diría que seguiremos con la “cuarentena en los mismos términos” en las grandes ciudades y con la “cuarentena comunitaria” en el conurbano, y que habrá una “cuarentena administrada” sólo en los pueblos chicos sin casos de la enfermedad COVID-19 ni conexión con otros lugares. Precisó que ello será consensuado en los próximos días entre el jefe de gabinete de Ministros, Santiago Cafiero, y los gobernadores, quienes junto con los intendentes serán los encargados de administrar los protocolos de cumplimiento de esas medidas (y así también, claro, serán los responsables políticos en caso de que la flexibilización de la cuarentena fracase en sus territorios), como se señala en el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 355/20 publicado.
“Nadie sabe cuándo va a terminar este martirio -siguió el jefe de Estado-. Lo único que podemos hacer es lo que estamos haciendo. Es una pelea difícil, es un enemigo invisible. La única forma que tenemos para preservarnos es estar en su casa cada uno. Estamos muy lejos de llegar a la meta”.
Alberto Fernández le habló a la gente como un profesor (es docente en la Facultad de Derecho de la UBA desde hace varias décadas). Mostró datos para explicar por qué la cuarentena obligatoria tuvo y tiene sentido, celebró lo conseguido (“hemos acotado el ritmo de contagio”, afirmó), agradeció a todos “los que se pusieron al hombro este problema” (desde médicos y enfermeros hasta policías, recolectores de residuos o encargados de edificios que cuidan a las personas mayores) y reclamó continuar con el compromiso de cumplir con el distanciamiento social, el único remedio efectivo conocido hoy para pelear contra el virus que provoca la enfermedad COVID-19 que cambió el mundo en poco más de 100 días.
El tercer anuncio del Presidente de una cuarentena obligatoria para todo el país (las otras fueron el 19 y el 29 de marzo) tuvo muchos más datos que los 2 anteriores, pero también tuvo mucha más empatía. Empatía con los familiares de los 82 muertos por COVID-19 que contabiliza hoy la Argentina, empatía con los que están trabajando mucho más, empatía con los discapacitados (anunció que están analizando permitirles salir con un acompañante en límites próximos de sus domicilios) y hasta empatía con los amantes del deporte (aunque ojo, porque no dijo que se podrá salir a correr hasta 5 cuadras el lunes, sino que cada provincia lo analizará e incluirá o no como parte de su propuesta de “cuarentena administrada”, que podrá aprobar o no el Gobierno nacional).
Fernández volvió a referirse a la necesidad de “aplanar la curva” para que nuestro sistema de salud no colapse, como pasó en Italia, y dijo que luego de que el 3 de marzo se detectara el primer caso, cada 3 días se duplicaba el contagio. Y, el 7 de abril, gracias al esfuerzo de 2 cuarentenas, la velocidad de contagio bajó y pasó a duplicarse cada más de 10 días.
“Si seguíamos con la multiplicación original hoy tendríamos 45 mil casos y el 83% de nuestras camas estarían ocupadas”, calculó. “Pero tenemos 1.975 casos y 3,9 de ocupación”, precisó. “Esto es lo que llamábamos achatar la curva. Si seguimos la cuarentena probablemente logremos hacerlo más lento”, se entusiasmó, antes de decir que “hay que empezar esta etapa con alegría, porque este es el resultado de una sociedad que entendió y no de un gobierno”, pero “nadie debe volverse displicente por estos datos, que pueden cambiar muy rápido”.
El Presidente mostró algunos gráficos (no todos suficientemente claros y algunos cuestionables por falta de datos de contexto, como la referencia a la cantidad de población de cada país) para comparar el efecto de las políticas frente a la pandemia adoptadas en la Argentina con las de España, Brasil, Chile, los Estados Unidos e Italia. Incluyó datos de contagiados y muertos, que favorecen a la Argentina excepto en el caso de Chile, que tiene más contagiados informados 6.501, pero una letalidad mucho más baja (0,95) que la local (4,2).
“La cantidad de casos importados sigue siendo claramente mayor que los casos autóctonos”, aseguró Fernández, que dedicó algunos minutos a explicar cómo funciona una aplicación que el Estado nacional obligó a bajarse a más un millón de personas que volvieron del exterior en el último mes y medio para poder hacerles seguimiento.
Contrariamente a lo que habían publicado varios medios, la cuarentena seguirá casi igual en casi todo el país, en especial en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, donde se concentran los viajeros y el mayor número de contagiados. Habrá sí bancos desde el lunes, con nuevas medidas para cuidar el distanciamiento social, y abrirán los talleres de autos y las gomerías, entre otras actividades que estarán exentas según estableció según la Jefatura de Gabinete de Ministros. El resto, en especial los mayores adultos, que son los que más deben cuidarse porque tienen una tasa de mortalidad mucho mayor, deberán seguir en sus casas.
Actualización 12/04/2020: por error esta nota se publicó en la sección “El explicador” y no en el blog, espacio usual para este tipo de contenido. También cambiamos el título para hacer más claro el contenido del texto.
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