Avanza la Boleta Única Electrónica, con defensas y críticas

La Cámara de Diputados aprobó esta semana el proyecto de reforma electoral con 152 votos a favor y 75 en contra, en el que se incluye la implementación de la boleta única electrónica (BUE). El nuevo mecanismo de votación, al que aún le resta la aprobación del Senado, reemplazaría a la boleta múltiple partidaria de papel utilizada hasta las últimas elecciones.

El sistema de boleta electrónica, que ya fue utilizado en elecciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Salta, consistiría en la elección en una máquina que registra sobre una boleta de papel y su chip la información del voto.

Los aspectos positivos según sus defensores incluyen la mayor velocidad del escrutinio, la precisión en el recuento de los votos y la transparencia del sistema. En cambio, sus principales críticas apuntan a la vulnerabilidad del voto, como en el caso del presidente del bloque del Frente Para la Victoria, Héctor Recalde, quien sostiene que con el nuevo sistema “hay más posibilidades de hacer fraude”.

Desde el Gobierno se desestiman estas críticas, como señaló el diputado Pablo Tonelli (Cambiemos), que aseguró: “No hay tal vulnerabilidad. Las experiencias en la Argentina en materia de boleta única electrónica realizadas con este sistema, muestran que tal cosa no existe, que no ha habido adulteraciones (…), nunca ha habido el más mínimo problema. Yo creo que todas estas cosas que se dicen son más fantasías que realidades”.

Sin embargo, las voces críticas, como la de Beatriz Busaniche, presidente de la Fundación Vía Libre, señalan que la boleta electrónica constituye un atraso para el sistema electoral argentino porque “va a contramano de donde está yendo el mundo” y es regresivo, ya que “se pone en riesgo el secreto” del votante.