Alberto Fernández prometió en 2019: “Volver a generar consumo para que la economía vuelva a funcionar”

En el primer debate presidencial de 2019, al referirse a la gestión de Mauricio Macri (Cambiemos), el entonces candidato del Frente de Todos y actual presidente de la Nación, Alberto Fernández, señaló: “Creyó que para combatir la inflación lo que tenía que hacer era atacar el consumo”. Y evaluó que “la Argentina es un país que consume el 70% de lo que produce. Cuando uno afecta el consumo, afecta directamente a la producción. Cuando afecta a la producción, afecta al desempleo. Y cuando afecta al desempleo, genera pobreza”. En ese contexto, el entonces candidato prometió “volver a generar consumo”.

A 3 años de esa afirmación, ¿en qué estado se encuentra esta promesa? 

A diferencia de los 2 años anteriores (ver 2020 y 2021), la frase de Fernández resulta “cumplida”: datos oficiales y alternativos muestran que el consumo privado (incluye el gasto de consumo final de los hogares, considerando también los servicios y bienes durables (se pueden utilizar repetidas veces, como muebles) este año se ubica por encima de los niveles registrados a fines de 2019, último año de la gestión de Cambiemos. 

En los 2 períodos mencionados, este indicador se encontraba por debajo, por eso en ese momento la promesa fue calificada como incumplida.

El consumo está por encima de 2019

Según el INDEC, en el segundo trimestre de 2022 (último dato disponible) el consumo privado avanzó un 1,1% en relación con igual período de 2019, y un 26% comparado con el cuarto trimestre de ese mismo año, el último de la gestión de Macri como presidente. 

Si se compara el primer trimestre de 2022 con el mismo período de 2019, además, este indicador sube un 3,8%, un alza mayor a la que registra en el último trimestre para el que existen datos disponibles. 

En el acumulado del primer semestre de este año, el consumo privado trepa un 2,4% con respecto a igual período de 2019. Mientras que, en relación al mismo período de 2021, registra un alza del 10,8%.

Asimismo, el consumo privado tuvo una recuperación del 10,7% en el segundo trimestre de este año, en relación a igual período de un año antes, mientras que si la comparación se realiza con el lapso abril-junio de 2020 (cuando se registró la mayor caída de la actividad desde 2006 a raíz de las restricciones a la circulación definidas por el Gobierno nacional por la llegada del coronavirus al país) se advierte un avance del 32,3%. 

¿Por qué repuntó el consumo?

Las cifras positivas de consumo de los hogares están relacionadas, según la consultora Ecolatina, fundada por el ex ministro de Economía y ex candidato presidencial Roberto Lavagna, con la “continuidad de un consumo rezagado” luego de las restricciones sanitarias por el COVID-19, en especial en los servicios de recreación y esparcimiento. “Sólo restaurantes ponderan en torno al 8% en la totalidad del consumo”, enfatiza en este informe. 

Además, agrega: “La fuerte aceleración inflacionaria a lo largo del primer semestre pudo tener un impacto positivo sobre la demanda de determinados bienes de consumo (principalmente durables, pero también esenciales) y de servicios, en la que los consumidores optaron por ‘ahorrar consumiendo’ en un escenario de fuerte tasa de interés real negativa durante la mayor parte del semestre (N. de la R.: lo que no genera grandes incentivos para generar plazos fijos) y restricciones al ahorro en dólares”.

Agostina Mynorec, economista de Ecolatina, sumó a Chequeado que, “desde fines de 2019, hubo varios períodos bien diferenciados: con la pandemia, el consumo privado estuvo más golpeado que la actividad económica debido a la fuerte incertidumbre, que hizo que se incrementara el ahorro precautorio de las familias. Por eso, el PBI cayó 9% en 2020 y el consumo privado, casi 14%”.

“En 2021 -en cambio- fue cuando comenzó la recuperación pero el consumo privado fue mejorando más lentamente que la actividad económica en general. Y, recién este año, se invirtió esa dinámica: según nuestra proyección, el consumo privado terminará 4 puntos por encima del Producto Bruto Interno (PBI) [N. de la R.: en el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central de octubre se estima un avance cercano al 4,8%]”.

En cuanto a la comparación con el primer semestre de 2022, la economista planteó: “Según nuestras estimaciones, el consumo privado seguirá hasta diciembre con una tendencia similar, pese a que la aceleración de la inflación a mediados de año -a partir de los recambios en el equipo económico- provocó que algunos indicadores puntuales de consumo resultaran más golpeados, como es el caso de productos masivos”. 

En este sentido, las ventas en comercios minoristas registraron un descenso del 3,4% interanual en octubre, con lo que se produjo el cuarto mes consecutivo a la baja, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). La medición de CAME es sobre un sector puntual, pero es importante reiterar que la categoría “Consumo privado” es un indicador más amplio que también incluye servicios, bienes durables y otros. 

En esa línea, Salvador Femenía, vocero de la CAME, dijo a este medio que “los últimos 4 meses fueron negativos para los comercios minoristas, después de haber atravesado una recuperación importante del consumo a partir del levantamiento en septiembre de 2021 de las restricciones a la actividad comercial impuestas en el marco de la pandemia”.

Por lo tanto, la promesa realizada por Fernández durante el debate presidencial en relación a “volver a generar consumo” se encuentra “cumplida”. Se llega a esta conclusión si se consideran los datos al segundo trimestre de 2022, que muestran que el consumo privado se ubicó por encima de los niveles registrados en el mismo período de 2019, cuando Macri era presidente. Ocurre lo mismo si la comparación se realiza con las cifras del primer semestre. 

En 2019 y 2020, los 2 primeros años de la gestión del Frente de Todos, este indicador se encontraba por debajo, por eso en ese momento la promesa fue calificada como “incumplida”.

CUMPLIDA: el compromiso de campaña se llevó a cabo en el plazo previsto.