#Spots Scioli: “La AUH se necesitaba para que todos los chicos vayan a la escuela”
“Argentina necesitaba de la Asignación Universal por Hijo (AUH) para que todos los chicos vayan a la escuela”, dice uno de los spots del candidato presidencial del Frente para la Victoria (FpV), Daniel Scioli. En el mismo, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires propone una continuidad de la política social impulsada por el Gobierno nacional desde 2009.
La AUH impactó en la asistencia escolar de los niños y adolescentes, tanto con un aumento de las tasas como con retención de los jóvenes en el sistema educativo, aunque aún quedan chicos cubiertos que no asisten. Además, los especialistas consultados sostienen que hay chicos que no tienen cobertura y podrían tenerla.
Según un estudio de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social y la Universidad Nacional de Tres de Febrero, coordinado por los expertos Bernardo Kliksberg e Irene Novacovsky, en 2013/2014 la tasa de asistencia escolar entre niños y niñas de tres a cinco años era de diez puntos mayor en los receptores de la asignación que en el grupo de menores que vivían en los hogares más empobrecidos, y dos más que en el total urbano (ver datos).
Un impacto más bajo de la asignación universal se vio en el nivel primario, ya que la cobertura en este nivel era casi universal antes de la puesta en marcha de este programa, establecido por decreto en 2009. Así lo demuestran las estadísticas del Censo de 2010.
En cuanto a los adolescentes de 13 a 17 años, es decir los jóvenes que asisten al secundario en los plazos establecidos por el sistema, el nivel de asistencia escolar alcanzó al 91% en 2013 para el promedio urbano, según los datos de esta investigación, y fue inferior entre los adolescentes de los sectores más empobrecidos (88,6%). Sin embargo, en el caso de los receptores del beneficio que se encuentran dentro de esa edad, la tasa fue mayor: un 92% estaba escolarizado.
Sin embargo, aún quedan cuentas pendientes en el rango de 15 a 17 años, donde la tasa de asistencia de los jóvenes receptores de AUH es del 87%; y en el grupo de los 3 a 5 años, donde alcanza al 70 por ciento.
“La AUH demostró ser un estímulo para aumentar la asistencia escolar de los más pequeños, en edades no obligatorias como los cuatro años, y entre los adolescentes para mejorar sus rendimientos educativos y que terminen el secundario”, precisó a Chequeado Horacio Chitarroni, integrante del equipo que elaboró este informe de la AUH.
La Encuesta Nacional de Protección y Seguridad Social (Enapross) de 2011, realizada por el Ministerio de Trabajo de la Nación, también muestra diferencias en la asistencia escolar en el rango de 12 a 17 años entre los cubiertos por la AUH (94,4%) frente al 82,5% de los no cubiertos por ningun tipo de transferencia (ver datos).
Un trabajo del economista y profesor de la Universidad de Maryland Sebastián Galiani señala que los análisis de los programas de transferencia condicionada en América Latina muestran una mayor probabilidad de estar escolarizado y completar más grados en los chicos pobres cubiertos por estos programas, como la AUH. Así sucedió en Honduras y México, por ejemplo.
Sin embargo, no sólo es importante aumentar el nivel de escolaridad de los chicos que reciben la AUH. “Es correcto el planteo que se hace en torno a una mayor asistencia entre los cubiertos por la asignación, pero el foco también debería estar en los chicos que, aún estando incluidos en la normativa, no se los alcanza y en los que chicos que están excluidos”, señaló Sebastián Waisgrais, especialista en Monitoreo y Evaluación de Unicef Argentina.
Algunas de las razones por las cuales los niños y adolescentes que estarían en condiciones de percibir una transferencia no lo hacen tienen que ver con problemas en los trámites en general y cuestiones específicas como la falta de documentación, propia o de sus padres. Por otro lado, entre los excluídos de la normativa, se encuentran los hijos de monotributistas y menores de bajos ingresos que no asisten a la escuela como requiere la AUH. Con las cifras de Kliksberg y Novacovsky, los niños y adolescentes en estas situaciones alcanzarían a un universo de casi un millón (ver datos).
En cuanto a las trayectorias educativas, los jóvenes de 18 a 24 años que pertenecen a hogares que recibieron la AUH mientras eran menores lograron mejorar, si se toman en cuenta a aquellos que asisten y no terminaron el secundario y se suma a los que lo finalizaron. El número en este grupo alcanza al 67%, mientras que en el total urbano es del 69 por ciento.
“Si analizamos el impacto entre el grupo de tratamiento y el grupo de control, podemos afirmar que la asignación logró reducir en 7,8 puntos la proporción de jóvenes que no asisten ni terminaron el secundario”, concluye el informe de la OISS y de la Untref.
Esta nota contó con la colaboración de Ariel Riera (@AM_Riera).
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