Un pequeño paso estadístico, un salto institucional
Después de un largo periodo de silencio, el INDEC vuelve a reportar cifras oficiales de pobreza en la Argentina. De acuerdo con los datos del informe publicado hoy, el 32,2% de los argentinos es pobre. ¿Hemos aprendido algo? Lamentablemente poco. Esta cifra es muy similar a la de los informes de la Universidad Católica Argentina (UCA) y contenida en el rango de guarismos alternativos que varios analistas manejaban.
Así y todo se trata de un enorme paso adelante: la verdadera noticia no es el 32,2% sino el mero hecho de que un organismo oficial está dispuesto a respaldar esa cifra, conceptual y metodológicamente.
En una conferencia reciente, Jorge Todesca, director del INDEC, dijo que las cifras difundidas a lo largo del año deben ser entendidas como un primer paso hacia la reconstitución plena de un sistema estadístico nacional confiable. Los números de pobreza son el paso inicial de una larga caminata que conduce al diseño y evaluación de políticas destinadas a mejorar el bienestar de los que menos tienen.
Ningún médico intenta resumir en un solo número la multiplicidad de estudios que conforman el chequeo que debería realizarse periódicamente un adulto, que incluye análisis de sangre, electrocardiogramas, radiografías, entre muchos otros estudios. En el mismo sentido, el 32,2% debe ser entendido como una cifra agregada de una realidad mucho más compleja, al punto tal que la cifra de pobreza del Noroeste (40,1%) es mucho mayor que la de la Patagonia (24,7%). La pobreza es un fenómeno decididamente complejo y debe ser estudiado desde una perspectiva múltiple, en forma afín a la que la medicina lo hace con las personas.
En este sentido, la publicación de una cifra oficial de pobreza es un paso firme en la dirección del complejo derrotero de la caracterización de esta problemática. Sus múltiples dimensiones claramente deben incluir a los ingresos pero también deben abarcar el acceso a una educación de calidad, a servicios de salud eficientes y a una cantidad de factores que hacen al bienestar más allá del ingreso y que sirven para diseñar y monitorear el impacto específico de medidas alternativas para el alivio de la pobreza.
Parafraseando al astronauta Neil Armstrong, la publicación de una cifra oficial de pobreza es un pequeño paso estadístico y un gran paso institucional. A fines de apreciar la magnitud de esta afirmación, es solo cuestión de recordar que la ausencia de datos confiables llevó en 2015 al ex jefe de Gabinete de Ministros Aníbal Fernández a sostener que en términos de pobreza la situación de la Argentina era comparable a la de Alemania.
*Profesor de la Universidad de San Andrés, investigador principal del Conicet.
Fecha de publicación original: 28/09/2016
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