Alberto Fernández: “Ha aumentado en los últimos años la cantidad de jóvenes que ni estudian ni trabajan”

En una entrevista con la TV Pública, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, contestó preguntas de distintos jóvenes de todo el país. Ante la consulta de un adolescente sobre las posibilidades laborales de los jóvenes post-pandemia, el Jefe de Estado sostuvo que “en la Argentina ha aumentado en los últimos años la cantidad de jóvenes que ni estudian ni trabajan”. Pero esto es falso.

En los últimos años, según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, tanto la cantidad como la proporción de jóvenes que no estudian ni trabajan se mantuvo constante e incluso entre 2016 y 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri (Juntos por el Cambio), bajó levemente. Un boletín estadístico del Ministerio de Educación de la Nación muestra que desde 2008 a 2018, año en el que fue publicado el documento, no aumentó la proporción de jóvenes conocidos como “ni-ni” (“ni estudia ni trabaja”).

Chequeado consultó al equipo del Presidente sobre la fuente de los datos que utilizó en la entrevista televisiva, de acuerdo con el método de chequeo, pero hasta el momento de la publicación de esta nota no obtuvo respuesta.

Cómo se mide y cuál fue la evolución

Hay diversas metodologías para medir la evolución de los jóvenes que no estudian ni trabajan. Por un lado, varía el rango de edad de una persona que se considera como “joven”, pero además debe analizarse, por ejemplo, cómo contabilizar a las personas que se encargan del cuidado del hogar -en su mayoría mujeres- o qué hacer con quienes no trabajan, pero que están activamente buscando empleo.

Sin embargo, ningún estudio muestra que haya aumentado la proporción de estos jóvenes en los últimos años y, al analizar las estadísticas medidas por el INDEC en 31 aglomerados urbanos, no se confirma un crecimiento de los jóvenes que ni estudian ni trabajan, contrariamente a lo señalado por Fernández.

Si bien el Presidente se refirió a la “cantidad” de jóvenes, los especialistas consultados recomendaron analizar la variación del porcentaje que representan quienes no estudian ni trabajan del total de jóvenes del país. Como se explicó en esta nota, con el correr de los años la cantidad de población y trabajadores aumenta, por lo que, en vez de cantidades absolutas, conviene analizar las tasas o porcentajes para ver su variación.

De cualquier manera, la cantidad de jóvenes en términos absolutos que no estudia ni trabaja bajó también: pasó de 911 mil en el segundo trimestre de 2016 a 832 mil en el mismo trimestre de 2019, durante la gestión de Macri.

La evolución que se ve en el gráfico va desde el segundo trimestre de 2016, primer dato luego de la intervención del INDEC, hasta el cuarto trimestre de 2019, último disponible. Allí se muestra el porcentaje de jóvenes de entre 15 y 24 años que no asiste a un establecimiento educativo y que, además, se encuentra desocupado (no tiene empleo pero busca uno) o inactivo (no tiene empleo ni busca tenerlo), la misma definición que utilizó el Ministerio de Educación de la Nación en el boletín estadístico ya mencionado.

Como se ve en el gráfico, al contrario de lo marcado por el Presidente, el porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan no aumentó en los últimos años.

Otro tema a considerar es que el INDEC, fuente de estos datos, fue intervenido desde 2007, a finales del mandato de Néstor Kirchner, hasta el 2015, al finalizar la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, como se explicó en esta nota. Por eso mismo, el instituto actualmente recomienda tomar los datos de ese período con recaudos.

Pero aún tomando los datos del INDEC intervenido, como hacen estudios oficiales o alternativos sobre el tema (ver acá, acá y acá), tampoco se observa un crecimiento en los jóvenes “ni-ni”.

Aumentaron los varones ‘ni-ni’, pero disminuyeron las mujeres en mayor proporción

José Florito, coordinador del Programa de Protección Social del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), sostuvo que no hubo un aumento significativo de jóvenes que no estudian ni trabajan en los últimos años, “aunque sí se constata un incremento en la proporción de varones que componen este grupo de jóvenes”.

Viendo el gráfico donde se analiza por género, la proporción de mujeres que pertenecen a este grupo fue disminuyendo, mientras que se incrementó el porcentaje de varones “ni-ni”. Las mujeres que no estudian ni trabajan bajaron 3 puntos porcentuales entre 2016 y 2019, mientras que los varones crecieron casi un punto y medio en el mismo período.

El acrónimo “ni-ni” se utiliza para definir a este grupo de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Sin embargo, este término puede ser usado de forma despectiva, ya que se suele estereotipar a estos jóvenes como si estuviesen “ajenos a todo interés por responsabilidades en el mundo laboral y educativo”, como señala este informe del Cippec. La realidad es que, si se observa por qué esto ocurre, las causas son variadas.

Como ya se ve en el gráfico anterior, es importante destacarque hay una alta tasa de feminización en los “ni-ni”. ¿Por qué se da esta diferencia entre géneros? Florito explicó a Chequeado que “hay muchas mujeres jóvenes que se encargan del cuidado en el hogar, ya sea por una situación de embarazo adolescente no intencional como también por el cuidado de parientes que no son hijos, como un hermano menor”. Muchas veces el trabajo en el hogar puede requerir horarios similares o hasta aún superiores a los habituales de un empleo, por más que no reciban una remuneración por ello.

“Esto es algo que se suele dar más comúnmente en hogares de bajos ingresos”, agregó el especialista. Según el Ministerio de Educación de la Nación, en 2018 más de la mitad de los jóvenes que no estudian ni trabajan se ubicaban en el 20% de hogares con menores ingresos.

Una de las razones por las cuáles disminuyó en los últimos años la proporción de mujeres que no estudian ni trabajan se debe a la reducción de los embarazos adolescentes. Un estudio de la Fundación Centro de Estudios para el Cambio Estructural (CECE), realizado por la economista Julia Frenkel, muestra que la tasa de fecundidad cada mil adolescentes de 15 a 19 años pasó del 65,1 en 2014 al 53,1 en 2017.

“Es de esperar que el mayor acceso a los anticonceptivos de larga duración y el fortalecimiento de la Educación Sexual Integral (ESI) y de las asesorías en salud integral para los adolescentes contribuyan a sostener y profundizar la reducción de la tasa de fecundidad adolescente”, aclara el estudio.

Otro factor que puede influir en el aumento de los “ni-ni” es el contexto económico del país. Florito explicó que, “en los últimos años de secundaria, los adolescentes varones pueden abandonar la escuela para insertarse en puestos de trabajo informales muy inestables, conocidos como ‘changas’. Cuando la situación económica empeora y se pierden estos trabajos, es difícil para los jóvenes volver a insertarse en un establecimiento educativo”. “Esto puede explicar en parte porque aumentó la proporción de varones entre 16 y 24 años que no estudian ni trabajan”, sostuvo el especialista.

La frase que impulsa este chequeo fue buscada de manera automática, y luego seleccionada por periodistas, a través de “Chequeabot”, el nuevo sistema de automatización en el que trabaja Chequeado.

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