Licuadora, motosierra y postergación de pagos: cuánto influyó cada estrategia en el superávit fiscal del primer trimestre

El presidente de la Nación, Javier Milei (La Libertad Avanza), se refirió en sus últimos discursos al superávit fiscal alcanzado en el primer trimestre de 2024, y al hacerlo, habló sobre la “motosierra” y la “licuadora”, conceptos que utiliza habitualmente para referirse al ajuste de las cuentas públicas realizado por su Gobierno.

Durante la cadena nacional emitida el lunes último, el Presidente afirmó que el superávit del primer trimestre de 2024 responde “en enorme medida a lo que durante la campaña llamamos motosierra y no, como dicen algunos, a la licuación del gasto público”. En tanto, en su discurso durante la cena de la Fundación Libertad, Milei sostuvo que “la motosierra es un poquitito más grande: de hecho la mayor parte del ajuste es motosierra”.

¿Qué significa aplicar la motosierra y la licuadora al gasto público? ¿En qué medida lo hizo el Gobierno en el primer trimestre de 2024? ¿Qué otras estrategias utilizó la gestión de Javier Milei para reducir los gastos? Te lo contamos en esta nota.

¿Qué significan los términos motosierra y licuadora?

“Aplicar la motosierra” en el gasto público implica la suspensión de determinadas partidas de forma permanente. Esto ocurre, por ejemplo, con la discontinuidad de contratos laborales o de programas sociales, o la eliminación de transferencias a las provincias, como ocurrió con el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID).

Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, señaló a Chequeado que “los ajustes estructurales implican que los gastos caen en términos reales hoy, pero que no se recuperan en el futuro. Con el cambio de Gobierno hemos visto varios ejemplos de este tipo, incluyendo la reducción de la obra pública, la eliminación de transferencias corrientes a las provincias, el achicamiento del tamaño del Estado, la reducción en el número de asignaciones sociales, entre otros”.

En tanto, la licuación del gasto público ocurre cuando se actualiza el valor de los fondos por debajo de la evolución de la inflación del período, de manera de que caigan en términos reales (es decir, que esas mismas partidas alcancen para la adquisición de una menor cantidad de bienes y servicios que en el pasado).

Martín Kalos, director de EPyCA Consultores, señaló en esta nota que “un gasto se licua cuando no se reduce en términos nominales, pero frente a una inflación alta, ese número es menor”.

En relación a esto, Marí indicó: “Una parte importante de los gastos del Estado tienen un comportamiento que sigue el ciclo económico. Aquí aparecen más que nada lo que son los salarios y jubilaciones y pensiones. Cuando la economía se contrae, como fue el caso del primer trimestre del año, el gasto real en estos rubros también lo hace. Pero es esperable que, con la vuelta del ciclo, estos también se recuperen”.

Entonces, ¿cuánto del superávit fiscal fue motosierra y cuánto licuadora?

Un análisis realizado por Chequeado en base a datos de la Oficina Nacional de Presupuesto del Ministerio de Economía de la Nación muestra que en el primer trimestre del año el Gobierno redujo los gastos un 34,6% real, lo que implica un recorte de casi $ 7,4 billones a precios actuales.

De ese total, el 59,8% del ahorro fiscal que le permitió al Gobierno alcanzar el superávit está relacionado con la licuación de partidas, mientras que el 28,3% fue por el recorte de partidas y el 11,9% por el aplazamiento de pagos al sector energético. Un informe de la consultora Ecolatina -fundada por el ex ministro de Economía Roberto Lavagna- confirma estos datos.

Este cálculo representa una aproximación: Rafael Aguilar, economista de la consultora Econviews (que dirige Miguel Kiguel  ex funcionario del Ministerio de Economía durante las Presidencias de Carlos Menem y Fernando De la Rúa), explicó a este medio que en algunas partidas operaron ambos fenómenos.

Por ejemplo, señaló que en el caso de los salarios estatales la diferencia entre licuadora y motosierra “es compleja”, dado que “hubo despidos, pero también cayeron contra la inflación”. En tanto, en las transferencias a las provincias hay recortes de partidas y también caída de impuestos coparticipables.

¿Qué partidas se licuaron?

Del ahorro total generado por el Estado en el primer trimestre, el 38% corresponde a los gastos en jubilaciones y pensiones, que sufrieron una caída del 35% real en estos 3 meses.

En tanto, la reducción de los gastos de funcionamiento del Estado, que mayormente se explican por el pago de salarios, contribuyó con un 10,6% al recorte de gastos, mientras que la caída real en las partidas de programas sociales aportó el 4,9%.

El resto de las partidas corresponden a las transferencias a las universidades (2,2% del total del recorte); otros gastos corrientes (3,2%) y asignaciones familiares (0,8%).

¿En qué programas hubo motosierra?

En el primer trimestre de 2024 los gastos de capital (inversiones en obra pública) sufrieron una caída real del 86,8%. Esta reducción de $ 1,6 billones a precios actuales representó el 22% del total del ahorro generado por el Estado.

Las transferencias corrientes a las provincias, por su parte, se redujeron un 76,6% real y representaron un 6,3% del total del recorte del período.

La postergación de pagos también impactó en el superávit

Un 11,9% del ahorro total del primer trimestre corresponde a la caída en los subsidios económicos, principalmente de energía y transporte.

No obstante, esta reducción se explica en mayor medida por una postergación en los pagos a las generadoras de energía eléctrica y gas natural y no por una reducción en los subsidios (que comenzó a operar mayormente a partir  de abril, como se explica en esta nota).

Es decir que el Gobierno deberá eventualmente afrontar esos pagos y, en consecuencia, aumentará los gastos vinculados a los subsidios.

Aguilar estimó que la deuda acumulada por el Estado con Cammesa (la empresa encargada de la distribución de la energía eléctrica mayorista) ronda los US$ 1.200 millones. Y señaló que si estas partidas se hubieran pagado en tiempo y forma el superávit financiero hubiera pasado de $ 1,3 billones a $ 130 mil millones.

Al respecto, el ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, propuso a empresas productoras de gas y generadoras de energía eléctrica cancelar los pagos de diciembre de 2023 y enero de 2024 mediante la entrega de bonos de deuda.

El Gobierno informó la propuesta a través de un comunicado en el que señaló además que al iniciar la gestión “se hizo cargo con fondos del ejercicio 2024 de las transacciones impagas de octubre y noviembre de 2023, correspondientes en su totalidad a la administración de Alberto Fernández” (Frente de Todos).