Ataque de Rusia a Ucrania: qué es la OTAN, qué son los acuerdos de Minsk y otros datos

La República de Ucrania y la Federación Rusa han ingresado en una nueva etapa de su conflictiva relación, marcada en última instancia por la invasión rusa y por el anuncio del presidente de dicho país, Vladimir Putin, de iniciar una “operación militar especial” en territorio ucraniano.

En una coyuntura marcada por el tránsito de la tensión a la agresión, el vicerrector de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) y especialista en temas internacionales, Gabriel Tokatlian, planteó que el conflicto puede retrotraerse a 2 ejes contenidos en el inicio y cierre de la década de 1990: “En febrero de 1990 hay una promesa concreta del secretario de Estado de EE.UU., James Baker, a [Mijaíl] Gorbachov, de que no iba a haber en ningún momento una expansión de la OTAN [N. de la R.: Organización del Tratado del Atlántico Norte] hacia el este”.

“Todo cambia en el ‘99, cuando empieza una expansión masiva de la OTAN. Diez países ingresan a la alianza, lo cual coincide con el primer período presidencial de Putin, quien observa esto como que ahora sí están en los límites de Rusia, algo que se vuelve un problema de seguridad para Rusia”, comentó Tokatlian en diálogo con el programa radial “De Acá en Más” que se emite por FM Urbana Play.

¿Qué es la OTAN?

Fundada en 1949, la OTAN se presenta como una alianza política y militar que a partir de la voluntad colectiva de sus 30 países miembros dispone de los recursos para, en caso de que los esfuerzos diplomáticos no prosperen, emprender acciones de gestión de crisis, activando, así, el artículo 5° del Tratado de Washington. Este artículo dispone que, cuando uno o varios países miembros son atacados, debe entenderse como un ataque dirigido a todas las naciones. Por eso, el resto de las naciones de la OTAN deben asistir a los países atacados.

Iniciada de manera formal a partir de la firma del Documento Marco de la Asociación para la Paz, la relación entre la OTAN y Ucrania comienza en 1994. Tras una primera aplicación para ingresar a la alianza en 2008, la misma fue desterrada por el ex presidente Viktor Yanukóvich (2010-2014).

No obstante, tras las multitudinarias protestas contenidas en la denominada “Revolución de Maidán” y la llegada de un nuevo gobierno, la Constitución de Ucrania fue enmendada en 2019, consagrando las normas sobre el curso estratégico del país para ser miembro de la Unión Europea, así como de la OTAN.

“Ucrania quiere incorporarse a la OTAN porque tiene mandato constitucional desde 2019 para hacerlo, porque ve a Rusia como una amenaza, porque la ve como un Estado invasor que ocupó territorio ucraniano desde 2014 y Ucrania no puede sostenerse o defenderse por sí misma”, comentó a Chequeado Ignacio Hutin, miembro del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) y especialista en temas de Europa Oriental.

Con Macedonia del Norte como el estado más reciente en incorporarse, Ucrania actualmente forma parte del Plan de Acción de Membresía (MAP, por sus siglas en inglés), un programa de la OTAN orientado a los preparativos para un potencial ingreso que, en el mientras tanto, proveé de asesoramiento político y técnico.

Esta disposición, en adición al aumento de la presencia militar de la OTAN en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia como respuesta a la anexión rusa de la Península de Crimea, profundizó la tensión y percepciones de Rusia sobre la extensión de la alianza en las adyacencias a su territorio.

“El dilema de seguridad post colapso del bloque soviético es uno de los dilemas que enfrenta no solo a Ucrania y a Rusia sino a Rusia con Occidente, porque las políticas de seguridad y defensa de Europa se estructuraron en los ‘90, cuando Rusia no podía imponer ningún tipo de condición”, afirmó Hutin, también autor del libro Ucrania. Crónica desde el frente.

Y agregó: “La Rusia de hoy es muy distinta. Putin habló de las líneas rojas que Occidente no debía pasar y ahora que esto ocurrió plantea que no queda otra alternativa que atacar de forma preventiva porque sino Occidente va a seguir armando a Ucrania, para luego atacar al Donbass [N. de la R.: región del sudeste de Ucrania] y a Rusia”.

De la “Revolución de la dignidad” a los acuerdos de Minsk

Tras lo que la población ucraniana denominó en 2014 como la “Revolución de la dignidad”, evento que marcó el rechazo al histórico acoplamiento Kiev-Moscú, tuvo lugar la salida del por entonces presidente Yanukóvich, hecho que graficó un nuevo punto de inflexión en el conflicto entre Rusia y Ucrania.

La anexión por parte de Rusia de la península de Crimea y de la ciudad de Sebastopol, así como las diversas lecturas sobre la salida de Yanukóvich, generaron un conflicto abierto en la región del Donbass, con la autoproclamación de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk, apoyadas ahora por Putin.

“En 2014 hubo lo que los territorios de Donetsk y Lugansk consideraron un golpe de Estado. Cayó Yanukóvich, que venía de esa región y era más cercano a Rusia. Para el occidente ucraniano, en cambio, fue una revolución”, afirmó Hutin a Chequeado.

Frente a lo que fueron los eventos de ese año, las partes involucradas acordaron desde lo formal un cese al fuego a partir de la firma de los acuerdos de Minsk (capital de Bielorrusia, donde se firmó este acuerdo). El primero de ellos, Minsk I, fue refrendado en 2014.

Anclado en 12 puntos, el primero de los acuerdos dispuso medidas como un alto al fuego, el intercambio de prisioneros y el retiro de armas pesadas de la línea del frente de combate. Pero al no tratar el estatus de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, quedó prontamente estancado.

Así, el mismo fue actualizado en 2015 bajo el nombre Minsk II, el cual incorporaba un estatus especial a estos territorios que quedarían bajo dominio ucraniano pero con un grado de autonomía.

El reconocimiento de los últimos días por parte del presidente ruso de Donetsk y Lugansk como repúblicas independientes rompe entonces lo planteado bajo los acuerdos de Minsk. “El acuerdo al menos era una hoja de ruta, un camino a seguir y hoy por hoy eso no existe de ninguna forma”, consideró Hutin.

Sanciones e interrogantes

Tras esto, los Estados Unidos, la Unión Europea y Alemania, entre otros, anunciaron una serie de sanciones económicas sobre la Federación Rusa, priorizando el eje económico frente a las disposiciones militares. En tanto, la OTAN reafirmó su compromiso con el Artículo 5 del Tratado de Washington, planteando que el mismo es “inquebrantable”.

Por su parte, China es -de momento- el único miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que no ha expresado su postura, algo que Hutin entiende como un gesto.

“Las sanciones pueden profundizar el vínculo Moscú-Beijing. Putin no hubiera tomado nunca esta decisión si no creyera que tiene una red de contención y seguridad que es China (...) Si las sanciones afectan muy duramente a Rusia, y también a Occidente porque las sanciones van a rebotar, lo único que va a hacer Rusia es comenzar a negociar cada vez más con China”, analizó Hutin.