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De la agresión al abandono: las narrativas contradictorias de Rusia sobre el papel de Occidente en la guerra de Ucrania

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Una investigación colaborativa entre organizaciones de fact-checkers de Europa y América Latina identificó campañas de desinformación transnacionales con narrativas aparentemente contradictorias sobre el papel de Occidente en la guerra entre Ucrania y Rusia.
  • Mientras algunas desinformaciones afirman que la OTAN y países occidentales atacan directamente a Rusia, otras aseguran que estos mismos países están retirando su apoyo a Ucrania.
  • Según expertos, esta contradicción es una estrategia deliberada del Kremlin (gobierno ruso) para “mantener a sus oponentes desequilibrados” y crear incertidumbre sobre la realidad del conflicto.

En el contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania, un equipo de fact-checkers a nivel mundial investigó las desinformaciones que circulan sobre este tema, y detectó que al menos desde 2014 se viralizaron en distintos países e idiomas ciertas desinformaciones que acusan a Occidente de atacar a Rusia. Se trata de campañas transfronterizas que se difunden a través de actores cercanos o vinculados al Kremlin (como se le llama al gobierno ruso).

Esta investigación colaborativa -de la que participó Chequeado– detectó que estas desinformaciones se repiten en desde Europa del Este hasta América Latina: acusaciones sin pruebas, falseamiento de la realidad o difusión de imágenes como si fuesen de Ucrania o de la actualidad cuando son de hace meses o años. Estas son algunas de las tácticas empleadas para alcanzar sus objetivos, desplegando una gran variedad de actores que van desde el propio presidente, Vladímir Putin, pasando por medios afines o controlados por Rusia, así como influencers en redes sociales.

La narrativa que señala que la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) o los países que la componen están atacando a Rusia de forma directa es, según el Servicio Europeo de Acción Exterior, la “más común”. Esta estrategia lleva, al menos, una década activa, según explica Roman Osadchuk, investigador asociado para Eurasia en el Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council.

El presidente Vladimir Putin es el principal promotor de la retórica de que la invasión de Ucrania es una guerra defensiva para “proteger la soberanía de Rusia”. La ha utilizado para justificar la movilización militar y los referendos, acusando a Occidente y a la OTAN de ser los verdaderos responsables del conflicto. En su discurso a la nación en la Nochevieja de 2022, acusó a Occidente de “mentir sobre la paz mientras se prepara para la agresión” y de “utilizar cínicamente a Ucrania como medio para debilitar y dividir a Rusia”.

Narrativas contradictorias como estrategia

Mientras circulan desinformaciones sobre supuestos ataques directos de países occidentales a Rusia, simultáneamente se difunden contenidos que indican lo contrario: que los países están cansados de apoyar económicamente a los refugiados o que están retirando su ayuda militar.

Un ejemplo claro ocurrió en septiembre cuando circuló la desinformación sobre Suecia supuestamente pagando 30 mil euros a cada inmigrante ucraniano que abandonara el país. StopFake verificó que esta información era falsa y sacada de contexto.

En otros casos, las desinformaciones apuntan al cese del apoyo militar a Ucrania. Por ejemplo, en Georgia circuló falsamente que Francia había dejado de ayudar a Ucrania para apoyar a Armenia, mientras que en Venezuela se difundió que Estados Unidos había retirado su apoyo.

El impacto medible de la desinformación

Las encuestas demuestran que estas narrativas contradictorias están teniendo un efecto significativo en la opinión pública tanto dentro como fuera de Rusia. Un estudio del Centro de Monitoreo, Análisis y Estrategia reveló que el 40% de los alemanes cree, al menos parcialmente, que la guerra fue una reacción a provocaciones de la OTAN.

Dentro de Rusia, según una encuesta del Levada Center en 2024, dos tercios de los encuestados responsabilizan a Estados Unidos y la OTAN de lo que está sucediendo en Ucrania, un porcentaje que ha aumentado desde el inicio de la invasión.

La investigadora del Real Instituto Elcano, Mira Milosevich-Juaristi, explica que uno de los mensajes principales de la desinformación dirigida por el Kremlin es que Rusia está amenazada por un Occidente hegemónico y decadente que aspira a excluirla del orden internacional.

Casos concretos de desinformación transnacional

Entre los casos más significativos que circularon en distintos países, destaca la desinformación sobre las declaraciones del presidente chino Xi Jinping. Entre marzo y mayo de 2024, en Georgia, Colombia y México se viralizó falsamente que había prometido usar recursos militares para proteger a Rusia si la OTAN iniciaba un conflicto.

Otra desinformación que forma parte de la narrativa contrapuesta es el vídeo que circuló en países como Argentina, Bolivia o Chile, de un avión despegando con afirmaciones como “el Gobierno boliviano anuncia el envío de más de 3.000 militares al país aliado de Rusia”. 

Como explicó Chequeado, el Gobierno de Bolivia no envió tropas militares para participar del conflicto bélico y las imágenes originales correspondían a un desfile militar por el aniversario de la Fuerza Armada Boliviana en octubre de 2013.

Otro caso de desinformación ocurrió tras el primer uso de misiles estadounidenses de largo alcance por parte de Ucrania en noviembre de 2024. Se viralizó un video de la televisión estatal rusa supuestamente amenazando a ciudades europeas con un ataque nuclear. Sin embargo, el video era de julio de 2024 y correspondía a otro contexto.

Las imágenes descontextualizadas son una táctica recurrente. Por ejemplo, un video de soldados en un subte que circuló afirmando que eran tropas de la OTAN en Kiev resultó ser una grabación de 2015 en Estocolmo. También circularon fotos de ataúdes de soldados británicos fallecidos en Afganistán presentadas como bajas en Ucrania.

La desinformación sobre soldados extranjeros persiste a lo largo del tiempo, al menos desde 2018, cuando circuló que se habían encontrado tres soldados muertos de la OTAN en el Donbás, hasta campañas recientes que buscan disuadir a combatientes internacionales de unirse a las Fuerzas Armadas de Ucrania.

Metodología y alcance de la investigación

Esta investigación se llevó a cabo siguiendo una metodología que incluye una escala de valores de riesgo para identificar campañas de desinformación, considerando los canales de difusión, países alcanzados, plataformas utilizadas y narrativas identificadas.

El proyecto, financiado por la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés), se basa en un sistema centralizado desarrollado por Maldita.es que actúa como repositorio de contenidos desinformantes detectados en distintos países.

Las organizaciones participantes utilizan chatbots y monitoreo de internet para identificar contenidos sospechosos. Cuando una desinformación se detecta en un país, se alerta al resto de participantes para verificar su circulación en otros territorios.

 

Esta nota es producto de un trabajo conjunto de las siguientes organizaciones: StopFake (Ucrania), Delfi (Lituania), Media Development Foundation (Georgia), Chequeado (Argentina), La Silla Vacía (Colombia), Animal Político (México) y EsPaja (Venezuela), liderada por Maldita.es (España).

Fecha de publicación original: 30/11/2024

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Recursos utilizados

  • Parte de este texto fue escrito por Chequeado con asistencia de herramientas de inteligencia artificial (IA) y supervisión de nuestros editores.

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