Día del Trabajador: en la Argentina el empleo informal gana terreno y caen los salarios
- En el cuarto trimestre de 2022, la desocupación cayó al 6,3%, la cifra más baja desde el año 2004.
- Sin embargo, la creación de nuevos puestos de trabajo estuvo concentrada en el empleo informal: 8 de cada 10 personas que se sumaron al mercado laboral desde la pandemia lo hicieron en esas condiciones.
- En el último año los salarios disminuyeron un 2,2%, pero la caída fue más pronunciada en el caso de los informales, que perdieron casi 20 puntos de poder adquisitivo.
El 1° de mayo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional del Trabajador, en memoria de las protestas y posterior represión de un grupo de trabajadores de Chicago (Estados Unidos) que reclamaba por una jornada laboral de 8 horas.
En esta nota te contamos cómo evolucionaron en los últimos años las principales variables del mercado laboral argentino, que dan cuenta de un aumento en el número de trabajadores, pero sostenido en base al incremento de la informalidad, un sector cada vez más importante de la economía que, además, en los últimos años vio caer sus niveles de ingreso.
Más trabajo y caída del desempleo
De acuerdo con el último informe de mercado laboral publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en el cuarto trimestre de 2022 la tasa de desocupación fue del 6,3%.
Como se explica en esta nota, se trata de la cifra más baja registrada desde el año 2004, teniendo en cuenta los datos del INDEC y de la consultora Orlando Ferreres & Asociados (para aquellos años en los que el organismo estuvo intervenido).
Los datos oficiales muestran que entre 2016 y 2019 (gestión de Mauricio Macri -Cambiemos-) la tasa de desocupación osciló en torno al 10%, con un piso del 7,2% en el cuarto trimestre de 2017 y un pico de 10,6% en el segundo trimestre de 2019.
En tanto, durante la pandemia (ya durante la gestión de Alberto Fernández -Frente de Todos-) la falta de empleo afectó al 13,1% de la población económicamente activa (el mayor registro desde 2005), y luego mostró un sostenido descenso hasta los niveles actuales.
Aumento de la informalidad
Sin embargo, esta recuperación se sostuvo mayoritariamente sobre la base de un incremento del empleo informal (es decir, de personas que no tienen reconocidos todos sus derechos como trabajadores), y no gracias a la creación de puestos formales en el sector privado.
De acuerdo con datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) analizados por Jorge Paz, investigador del Conicet en el Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (IELDE), entre el tercer trimestre de 2016 e igual período de 2022 (última publicación de los microdatos de la EPH) se incorporaron al mercado laboral 2,2 millones de personas.
De ese total de nuevos empleos, sólo el 10,8% (250 mil) son asalariados formales (es decir, que realizan aportes al sistema de seguridad social y tienen beneficios como obra social, vacaciones pagas e indemnización por despido, entre otros). En tanto, el 46,9% (1 millón) son cuentapropistas no profesionales (personas que realizan tareas de baja calificación), el 40,8% son asalariados no registrados (942 mil) y el 1,5% patrones pequeños (es decir, dueños de emprendimientos de menores dimensiones).
Según estos datos, entre 2016 y 2018 el universo de asalariados registrados se mantuvo en torno al 50%, pero a partir de la crisis cambiaria de 2018 comenzó a caer, mientras aumentaba proporcionalmente el peso de los asalariados no registrados en el total de empleos.
Durante la pandemia, el porcentaje de trabajadores registrados sobre el total aumentó y llegó a casi el 60%, pero no por un incremento de este tipo de puestos de trabajo (que se mantuvieron a raíz de la prohibición de despidos y del programa ATP) sino por una drástica caída de los puestos informales, los más afectados por las restricciones a la circulación.
En tanto, en la recuperación posterior a la pandemia casi 8 de cada 10 nuevos empleos fueron puestos asalariados no registrados y cuentapropistas no profesionales. Dicho de otro modo: ambas categorías explican casi el 80% de los 3,2 millones de puestos de trabajo generados entre el tercer trimestre de 2020 e igual período de 2022.
Nuria Susmel, especialista en mercado laboral de la Fundación FIEL, indicó a Chequeado que “si se mira cómo ha evolucionado el empleo en las distintas formas de contratación, donde está creciendo es en el monotributo o la informalidad”.
Consultado por este medio acerca de las diferencias entre el empleo formal y el informal, Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, indicó: “Desde la perspectiva de los trabajadores, los marcos de protección son muy distintos, ya sea por la legislación laboral, los convenios colectivos de trabajo y la organización sindical. En el caso de los no registrados y cuentapropistas, esto no existe”.
Además, agregó que “los no registrados y cuentapropistas son los que están más expuestos a las variaciones del ciclo económico, y esto se vio muy claro en la pandemia: mientras que hubo una batería de medidas para proteger al empleo registrado en el sector privado que fue relativamente exitosa, en los otros casos los niveles de empleo se desplomaron”.
Aumento del universo de monotributistas
Otra forma de medir la evolución del empleo es a través de los datos del Ministerio de Trabajo de la Nación, realizados en base a la información del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). En este caso, el informe contiene datos únicamente del empleo registrado, dividido según la modalidad ocupacional principal de cada trabajador.
Así, aparecen los asalariados privados (personas en relación de dependencia que trabajan en empresas privadas), los asalariados públicos (personas en relación de dependencia que se desempeñan en el Estado), personal de casas particulares (empleadas domésticas), autónomos (trabajadores independientes de altos ingresos) y las diferentes categorías de Monotributo.
En este universo se puede ver cómo el peso de los asalariados privados sobre el total cae en forma continua desde el año 2012, en paralelo a un incremento del número de monotributistas y asalariados públicos.
Medido en proporción a la población (puestos de trabajo cada 100 habitantes), el empleo registrado aumentó un 5,3% entre diciembre de 2019 (al finalizar la gestión de Mauricio Macri como presidente) e igual mes de 2022.
Sin embargo, al hacer zoom en cada una de las categorías puede notarse que el número de asalariados privados aumentó 1,6% y el de asalariados públicos, un 2,5%; mientras que el monotributo social se incrementó en ese período un 64%.
En términos absolutos, el 52,2% de los nuevos empleos registrados generados en la actual gestión del Frente de Todos corresponden a monotributistas, mientras que el restante se divide en asalariados privados (29%) y públicos (18,8%).
Los salarios, en caída
De acuerdo con los datos del Índice de Variación Salarial (IVS) del INDEC, en 2022 los salarios cayeron 2,2% en términos reales (es decir, descontando el efecto de la inflación). Dentro de ese universo, el salario público aumentó 2,3%, mientras que los ingresos de los trabajadores privados cayeron 0,5% y los de los informales sufrieron una baja del 15,1%.
Pero si se analiza la serie más larga, la situación empeora: entre diciembre de 2019 e igual mes de 2022 los salarios cayeron 2,9%, con una disminución del 19,2% de los ingresos informales (que, como se señala más arriba, explicaron casi el 80% de la creación de empleos tras la pandemia) y un incremento del 0,8% de los formales.
En tanto, durante la gestión de Macri los salarios formales cayeron 20%, mientras que los informales sufrieron una reducción del 23,6% entre 2016 (el primer año que se comenzó a realizar esta medición) y 2019.
Fecha de publicación original: 01/05/2023
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