La historia detrás de los audios virales de Carina, que no es médica ni trabaja en el Malbrán
- No es médica del Instituto Malbrán ni microbióloga del Instituto de Microbiología de Rosario sino bioquímica del Laboratorio del Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de la Municipalidad de Rosario.
- Tampoco es la autora de ninguno de los 2 audios que provocaron pánico con falsas proyecciones y recomendaciones sobre cómo prevenirse del nuevo coronavirus.
- En una entrevista con Chequeado, cuenta cómo el perfil bajo que cuidó durante años terminó de un día para el otro sin que ella hubiera hecho nada.
No es médica del Instituto Malbrán ni microbióloga del Instituto de Microbiología de Rosario (que, por cierto, no existe). Tampoco es la autora de ninguno de los 2 audios que provocaron pánico con falsas proyecciones y recomendaciones sobre cómo prevenirse del nuevo coronavirus al viralizarse por WhatsApp. Carina Martinich es una víctima de la “infodemia”, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió como la práctica de difundir contenidos falsos o maliciosas sobre la pandemia y llamó a combatir porque aumenta el miedo y la angustia de la gente.
En una entrevista por Zoom con Chequeado, con quien dice acepta hablar por temor a que aparezca un tercer audio falso que se le atribuya, cuenta cómo el perfil bajo que cuidó durante años terminó de un día para el otro sin que ella hubiera hecho nada. Nada de nada.
“No soy yo. No es mi voz. Están haciendo circular algo que no es verdad. Los 2 audios meten pánico. Han tomado mi nombre y lo han asociado con mentiras. Tampoco sé cómo hacemos para defendernos. La Justicia está ocupándose de los casos de la gente que viola la cuarentena. ¿Cómo se hace para que se levante un WhatsApp?”, pregunta, angustiada, del otro lado de la cámara.
Carina acepta mostrar su DNI, antes de continuar la charla, para acreditar que es la verdadera Carina Martinich. Está en su casa, en Rosario, donde vive con su marido y sus hijos adolescentes. Habla despacio y es clara, aunque por momentos evidencia que está contrariada.
Es bioquímica, especialista en bacteriología. Tiene 48 años y trabaja desde hace 20 en la Municipalidad de esa ciudad santafesina, específicamente en el Laboratorio del Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (CEMAR). Usa WhatsApp y hasta que todo esto pasó “tenía cuentas en Twitter e Instagram (Facebook no lo usa más), con re pocos seguidores para seguir NatGeo y cuentas de series y viajeros”.
Todo empezó, según parece, con un malentendido de su tía, una pediatra jubilada de 80 años. El jueves 19 de marzo último, antes de que el presidente, Alberto Fernández, anunciara el aislamiento social preventivo y obligatorio, su tía, que vive en Resistencia, Chaco, le mandó un mensaje que al inicio no entendió: “Ya reenvié tu audio”. Carina le preguntó de qué audio hablaba y ella, segura, le respondió: “El audio que me mandaste, que empezaba con ‘Hola tía, ¿cómo estamos?’”. Carina negó haberle mandado algún audio. Le pidió que se lo reenviara y, tras oírlo, le dijo: “Esta no soy yo tía, no es mi voz, ¿no te diste cuenta?”. Ya era tarde. Lo había compartido en grupos de médicos y de amigos con el nombre de su sobrina, Carina Martinich, y con el pedido de que lo difundieran.
“El sábado me empezaron a caer mensajes de todos mis contactos preguntándome si era verdad lo que decía acerca de que 70 o 75% de la población se contagiaría en la provincia. A todos y cada uno le expliqué que no era yo. Recibí mensajes de todo Santa Fe, de Misiones, Santiago del Estero y Córdoba, entre otras provincias, y me entraron como 30 invitaciones de Instagram -relata-. Advertí que el audio se había viralizado y llamé a mis primos con un pedido claro ‘Ayuden a la tía a desmentir todo esto’”.
Como la cosa no se calmaba, unos días después decidió hablar con un periodista al que conoce desde hace años, Ciro Seisas, que contó lo sucedido con la tía de Carina en Rosario 3, aunque ella no aceptó hacer una nota porque “yo soy cero sociable y no quería exponerme”. “Después de la aclaración yo me quedé tranquila, porque acá se lee mucho ese medio digital y ahí se contaba qué había pasado, pero cuando apareció el segundo audio, el que me presentaba como médica del Malbrán, me dí cuenta que tenía que hacer algo más porque si no, esto no para nunca”, agregó.
Carina trabaja en uno de los 10 laboratorios del país que desde la semana última hacen estudios de la enfermedad COVID-19. Quizás por eso, y por el “éxito” que había tenido el primero, eligieron su nombre para el segundo audio viral. “La primera vez fue un error, algo sin mala intención de mi tía, pero el segundo fue con dolo. ¿Quién se dedica a hacer estas cosas?”, se preguntó. Y, aunque se la vinculó con mensajes alarmistas, dice que hay que tener cuidado y cuidarse durante la emergencia sanitaria, pero que ella no tiene miedo.
“Yo tengo que salir a trabajar todos los días y tomo todo los recaudos. Por mi trabajo en el laboratorio siempre fui de lavarme mucho las manos, desinfectarme al llegar a casa y rociar todo de alcohol. A mis viejos, como son grandes, no los veo desde que se dispuso la cuarentena, para cuidarlos. Y mi hijo mayor viajó a Italia con la escuela e hizo sus 14 días de aislamiento al regresar y por suerte él y los otros 118 chicos están perfectos”, cuenta. Su vida transcurría la pandemia con relativa paz, hasta que su nombre recorrió el país por WhatsApp.
¿Cómo hacemos para que la historia de Carina no sea la mañana la nuestra y nos convirtamos en nuevas víctimas de la desinformación y la “infodemia”? Por lo pronto, hay que reemplazar el “comparto por las dudas” por el “por las dudas, no comparto”.
Fecha de publicación original: 29/03/2020
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