Son falsas las afirmaciones de una pediatra sobre el uso del barbijo en la escuela y los asintomáticos que no contagian

Circula por Facebook el video de una pediatra que cuestiona los protocolos sanitarios establecidos para las clases presenciales. Rechaza el uso del tapabocas en las aulas por considerar que produce falta de oxígeno y fallas metabólicas, y sugiere que la única medida sanitaria en los establecimientos escolares debería consistir en “no permitir que ingrese un niño o un maestro enfermo”, al sostener que “los asintomáticos no contagian”.

Todas las afirmaciones son falsas: el uso del tapabocas en niños y adultos es seguro y no hay pruebas de que produzca falta de oxígeno ni fallas metabólicas, según expertos consultados por Chequeado. Además, los pacientes asintomáticos -quienes no manifiestan ninguno de los síntomas asociados al COVID-19 pero tienen la enfermedad- sí pueden transmitir el virus, como se explicó en esta nota.

El video fue compartido más de 94 mil veces en Facebook (ver acá, acá y acá) y logró más de 1 millón de reproducciones, según la herramienta de monitoreo CrowdTangle. En las imágenes se ve a la médica pediatra Liliana Szabó argumentar en contra de los protocolos sanitarios establecidos por el Gobierno nacional para la vuelta de las clases presenciales. A continuación, verificamos las afirmaciones que realiza en su discurso.

El barbijo no genera falta de oxígeno ni fomenta enfermedades

En su presentación, la médica asegura: “Tenemos dos problemas con el uso del tapabocas: la hipoxemia, es decir, el bajo oxígeno en sangre, y la mayor incidencia de enfermedades respiratorias”.

Sobre la hipoxemia, sostiene que “baja el oxígeno en sangre a los pocos minutos de tener puesto un tapabocas que tape también la nariz, y esto ocurre aunque la persona no sienta una incomodidad”. Y agrega: “Se van a producir un montón de situaciones metabólicas anómalas y muerte celular”.

La afirmación es falsa. El coordinador de la sección Infecciones Pulmonares de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, Alejandro Chirino, señaló a Chequeado que “existen estudios que muestran que usar máscaras faciales aún por tiempo prolongado no reduce los niveles de oxígeno ni aumenta los de dióxido de carbono”. Por lo tanto, dijo que “como el uso del barbijo no genera hipoxemia, no existe razón para pensar que pueda ocasionar algún problema metabólico”.

El especialista mencionó un estudio publicado en la revista de la Asociación Médica Americana en el que se concluyó que “el uso de mascarillas quirúrgicas entre niños no se asoció con cambios en la función respiratoria, incluso en niños de 24 meses o menos. Estos hallazgos pueden ayudar a promover el uso de mascarillas quirúrgicas entre los niños, especialmente en vista de la reapertura de escuelas”.

José Manuel Viudes, clínico neumonólogo (Universidad de Buenos Aires), indicó por su parte que “no hay ningún trabajo científico que haya demostrado que el uso de barbijo produzca muerte celular”. Y agregó: “Sólo se produce muerte celular en dos situaciones: por déficit de irrigación, es decir, que no llega oxígeno porque la arteria se tapó; o por muerte o paro respiratorio: el corazón deja de latir y por ende, el pulmón deja de trabajar”.

El uso de tapabocas no genera infecciones

En el video viral, Szabó también asegura que el barbijo “favorece las infecciones orales y respiratorias: estamos inhalando y exhalando saliva y gérmenes en un pedazo de tela. La humedad acumulada genera colonias de hongos y bacterias y el chico empieza a inhalar y exhalar sus virus una y otra vez”.

Al respecto, Chirino indicó que “no hay evidencias de que esto ocurra”. En tanto, Leda Guzzi, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), indicó en esta nota que “el tapabocas se contamina rápidamente con flora habitual de la vía aérea y la cavidad oral, pero eso forma parte de nuestra flora. Aunque se humedezca, de ninguna manera se van a generar hongos y bacterias diferentes de los que tenemos en nuestra boca y nariz”.

“Puede haber mayor concentración de hongos y gérmenes en algunas bocas, pero en todo caso es tu flora, es lo mismo que tragás habitualmente”, sostuvo, y agregó: “Si al tapabocas no lo lavás y lo dejás tirado por ahí, capaz se hacen hongos. Por eso necesita al menos un recambio cada 24 horas por uno limpio. Se pueden lavar con cualquier jabón”.

Uso de barbijos en niños

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugirió que el uso de mascarillas “no debe ser obligatorio para los niños de hasta 5 años, dada su incapacidad de utilizar adecuadamente una mascarilla con una asistencia mínima”. En la Argentina, no se recomienda su uso para menores de 2 años.

En tanto, para niños de entre 6 y 11 años, el organismo internacional recomendó analizar factores del contexto para decidir el uso del barbijo, e incluyó a los establecimientos escolares como uno de los sitios donde es necesaria su utilización.

Al respecto, Viudes señaló que “estamos por entrar en una segunda ola y queremos mantener la escolaridad el mayor tiempo posible. Eso lo podríamos lograr si los padres, maestros y toda la comunidad educativa ponen mucho énfasis en el cumplimiento de las normas”. En ese sentido, agregó: “Deberíamos hacer mucho énfasis en el uso del barbijo. Entrenar a los niños en la casa y hacer entrenamientos en el colegio para promover un uso estandarizado y que sea cómodo”.

Los asintomáticos sí contagian

Finalmente, Szabó propuso para el retorno de las clases presenciales que no se permita “que ingrese ningún niño o docente enfermo a la escuela: así se van a evitar todo tipo de contagios ya que sabemos perfectamente que los asintomáticos no contagian”.

Esto también es falso. El 10 de junio último, el director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Ghebreyesus, señaló: “Venimos diciendo desde principios de febrero que las personas asintomáticas pueden transmitir la COVID-19, pero que necesitamos seguir investigando para determinar el grado de transmisión”.

En tanto, un estudio realizado por la Universidad de California (Estados Unidos) y publicado en la revista científica Aerosol Science and Technology, señala que hay indicios de que, aunque las personas asintomáticas carezcan de síntomas, mantener una conversación con ellas podría producir suficientes partículas en el aire como para transmitir la infección.

En diciembre último, un trabajo publicado en la revista Nature mostró los resultados de un testeo a más de 10 millones de personas en China, entre las que sólo se encontraron 300 personas que presentaron un PCR positivo y que no mostraban síntomas. A partir de ello, se realizó la prueba a 1.174 contactos estrechos y todos dieron negativo.

Si bien esto se interpretó como una prueba de que los asintomáticos no contagian, algunos de los autores del estudio aclararon que no es así, puesto que el trabajo se realizó cuando la epidemia había sido controlada y eso pudo permitir que la carga viral de los asintomáticos fuera baja. Por este motivo, Fujian Song, uno de los científicos que intervino en el trabajo, advirtió al sitio español de verificación Maldita que “resulta problemático extrapolar los resultados del estudio a los países en los que los brotes de COVID-19 no han sido controlados con éxito”.

Más desinformaciones de un grupo conocido

Szabó es miembro del grupo denominado “Epidemiólogos Argentinos Metadisciplinarios”, y es una de las firmantes de una carta dirigida por ese grupo al presidente Alberto Fernández, en la que se cuestionaba a los infectólogos que asesoran al Gobierno nacional y a las medidas sanitarias establecidas en el país.

Como se explica en esta nota, junto con “Médicos por la Verdad”, los “Epidemiólogos Argentinos” se oponen al uso de barbijos y al “aislamiento de los sanos”, y apoyan la “inmunidad de rebaño”. También cuestionan la especificidad de las pruebas PCR, critican el uso de las vacunas disponibles para el coronavirus y promueven el dióxido de cloro como un tratamiento posible para la enfermedad, aunque la ingesta de este producto implica un peligro para la salud (incluso, puede causar la muerte) y no está demostrado que ayude a combatirla.

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Este chequeo es parte de la iniciativa Third Party Fact-checker de Facebook en la Argentina. En los casos de fotos y videos trabajamos con imágenes trucadas o sacadas de contexto y siempre analizamos en conjunto las imágenes junto con el texto con el que fueron presentadas.