¿Cómo se miden los planes sociales de empleo en los datos de desocupación?

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó este jueves que la desocupación del segundo trimestre de 2022 fue del 6,9%. 

De acuerdo con los datos oficiales, la tasa de empleo fue del 44,6%, mientras que la tasa de actividad (que muestra el porcentaje de población que trabaja o busca empleo) llegó al 47,9%.

En este escenario, ¿qué incidencia tienen los planes sociales de empleo en la medición de la desocupación?

Las estadísticas del mercado laboral

Como se explica en esta nota, las estadísticas del mercado laboral surgen de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que realiza el INDEC en forma trimestral.

En línea con las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en dicha encuesta se le pregunta a las personas si trabajaron al menos una hora en la última semana o, en caso negativo, si se encuentran en búsqueda activa de empleo (en ambos casos se los considera Población Económicamente Activa -PEA-) o no manifiestan intenciones de trabajar (Población Económicamente Inactiva -PEI-).

A partir de estas primeras preguntas, se divide el cuestionario y se definen las principales categorías de empleo informadas por el INDEC: la tasa de actividad (porcentaje de la PEA sobre la población total); la tasa de empleo (porcentaje de población ocupada sobre la población total); y la tasa de desempleo (porcentaje de la población desocupada sobre la PEA).

¿Cómo se cuentan los beneficiarios de los planes sociales?

Especialistas en estadísticas y mercado laboral consultados por Chequeado coincidieron en señalar que no es sencillo medir el impacto de los planes sociales en las estadísticas laborales, dadas las preguntas que se realizan en la encuesta de la EPH.

Programas sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH) o las becas Progresar no se identifican claramente en la encuesta, mientras que el Potenciar Trabajo -que exige una contraprestación laboral- es más fácilmente detectable pero existe una subrepresentación de los beneficiarios en la muestra.

Jorge Paz, investigador del Conicet en el Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (IELDE), explicó a este medio: “Las 2 primeras preguntas de la encuesta relacionadas con el trabajo (si una persona trabajó o buscó activamente trabajo en la última semana) clasifican en una categoría determinada y derivan a formularios diferentes. Si alguien dice que no tiene empleo ni busca, luego no se le pregunta si es beneficiario de un programa social”.

En el mismo sentido, Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA-Autónoma, indicó a Chequeado que la categorización “depende de la respuesta que den en la encuesta”.

El especialista señaló que “la AUH, la Tarjeta Alimentar o las becas Progresar no tienen ningún punto de contacto con la ocupación, dado que no exigen una contraprestación laboral a sus beneficiarios. La puede recibir un trabajador ocupado, subocupado, desocupado o inactivo”.

En cambio, sostuvo que “hay programas que sí exigen algún tipo de prestación ocupacional [N de la R: como el Potenciar Trabajo]. En esos casos el beneficiario puede aparecer como ocupado o subocupado”.

Efectivamente, en la EPH se le consulta al encuestado si posee un plan de empleo luego de que afirme que trabajó en la última semana y que su empleo no es de carácter permanente, entre otras respuestas.

Es decir que, si una persona cuyos hijos reciben la AUH y la Tarjeta Alimentar, indica en la encuesta que no trabaja ni busca trabajo, figurará como inactiva y no como desempleada. En cambio, otra persona con los mismos beneficios sociales pero que posea un empleo no registrado figurará como ocupada. Y quien se encuentra en búsqueda activa de empleo y cuenta con el beneficio será contabilizada como desocupada.

En tanto, si un beneficiario del Potenciar Trabajo responde que sí trabajó, luego en la encuesta se le consulta si su trabajo es en relación de dependencia, si es de carácter permanente o transitorio y (en caso que responda afirmativamente a ésto último) si posee un plan de empleo. Si responde que sí a todos estos casos, figurará como ocupado. 

¿Cuáles son los problemas de la EPH para medir los planes sociales de empleo?

No obstante, Paz indicó que la EPH “no está preparada para captar estas situaciones de forma correcta”, y sostuvo que existen problemas muestrales que hacen que la incidencia de los planes sociales en el mercado laboral no se identifique correctamente en las estadísticas.

En este sentido, de acuerdo con los últimos microdatos de la EPH publicados por el INDEC (correspondientes al primer trimestre de 2022), un 43,3% de la población total se encuentra ocupada y, de ese total, un 1,7% afirmó ser beneficiario de un plan de empleo. Si se realiza una proyección a todo el país (teniendo en cuenta que la EPH sólo cuenta con información de los aglomerados urbanos de más de 500 mil habitantes), se trata de unas 350 mil personas, un número muy inferior a los 1,2 millones de beneficiarios que tiene el Plan Potenciar Trabajo según las últimas cifras del Ministerio de Desarrollo Social.

“La EPH es una encuesta que nació como encuesta de mercado laboral. Es deficiente desde el punto de vista de que no permite estudiar con detalle cuestiones vinculadas con la salud, la educación ni la pobreza en profundidad”, aseguró Paz, al tiempo que opinó que para conocer en detalle el impacto de los planes sobre el mercado laboral “se debería realizar un estudio cualitativo específico”.