Binner: “No podemos aceptar la pobreza (…) que acompaña al 40% de nuestros niños”

Luego del lanzamiento de su candidatura presidencial, el socialista Hermes Binner twitteó: “No podemos aceptar la pobreza, la exclusión, el presente sin futuro que acompaña al 40% de nuestros niños pobres de nuestro país”.

La proporción de menores de edad que se encuentra por debajo de la línea de la pobreza, cuando esta se mide sólo por el nivel de ingresos, depende del monto que se defina como el mínimo necesario para poder comprar una canasta básica de bienes y servicios.

Los datos utilizados por el precandidato son los del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que en su último relevamiento concluyó que “la pobreza por ingresos afectaba en 2013 al 38,8% de la infancia, pero en el marco de un proceso de retroceso tras la recuperación sucedida entre 2010 y 2011, cuando la pobreza se redujo y cayó por debajo del 35%”.

Otras mediciones, como la de la consultora Equis de Artemio López, más cercana al Gobierno, estimaban que en 2012 la pobreza alcanzaba al 21,5% del total de jóvenes de hasta 17 años. No hay datos más actuales publicados.

La variedad de resultados de las distintas mediciones es la misma que ocurre con la pobreza entre la población general, que es del 18% según las estimaciones del Centro CIFRA de la CTA oficialista, pero asciende al 27,5% para la UCA.

A partir de la intervención en 2006/2007, los datos del INDEC sufrieron alteraciones por la manipulación de las estadísticas de la inflación, uno de los componentes del cálculo de pobreza. El organismo oficial dejó de difundir datos de pobreza desde el primer semestre de 2013.

Además de la medición por los ingresos de la familia, existen cálculos basados en otros indicadores relacionados con la pobreza. Uno de ellos es el de la CEPAL, que midió en toda la región la cantidad de niños privados, al menos de manera moderada, de uno de los siguientes derechos: saneamiento, acceso a agua potable, calidad de la vivienda, integración al sistema escolar, acceso a medios de información o buena alimentación. La situación era calificada como extrema pobreza si tenía “al menos una privación es grave”.

Con esta metodología se determinó que en el país el 24,3% de los menores de 18 viven en la pobreza, y 7,6 en la extrema pobreza. Se trata de proporciones menores al promedio latinoamericano, en donde la pobreza infantil alcanza el 40,5% de los chicos, alrededor de 70,5 millones de personas. Detrás del promedio hay grandes disparidades que van desde el 15,7% de Chile a más de 70% de algunos países centroamericanos (El Salvador, Gutemala y Nicaragua) y Bolivia.

Más pobreza entre los niños

“La infantilización de la pobreza (…) da cuenta de la sobrerrepresentación de la infancia y adolescencia en la pobreza respecto de otros grupos etarios y de la mayor probabilidad de que los integrantes de este grupo vivan en hogares pobres, que se agudiza cuanto menores son los niños”, explica la CEPAL en el mismo informe.

Pablo Gluzmann, doctor en Economía e investigador del Centro de Estudios Laborales y Sociales (CEDLAS) de la Universidad Nacional de la Plata, explicó que esto se debe a que la tasa de natalidad en los sectores con menores ingresos tiende a ser más alta que en la de los sectores con mayores ingresos.