Javier Milei: “Nos echaron de las pruebas PISA por sesgar las muestras”

El candidato a presidente de la Nación Javier Milei (La Libertad Avanza) dio una entrevista en el programa “Somos Buenos”, que emite el canal Todo Noticias (TN). Allí, entre varios temas que tocó, habló sobre la educación en la Argentina. “Nos echaron de las pruebas PISA por sesgar las muestras”, señaló al criticar el presente de los y las estudiantes. 

La afirmación es engañosa. A diferencia de lo que sostuvo el candidato libertario, la Argentina forma parte de las pruebas PISA que organiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La última edición ocurrió en septiembre de 2022 y los resultados estarán disponibles en diciembre de 2023. 

Sin embargo, en línea con lo dicho por Milei, los especialistas señalan que en 2015 se sesgaron muestras y, como consecuencia, se excluyeron los resultados de nuestro país en el informe final. Según el informe de la OCDE, esto se decidió porque “hubo una reestructuración de las escuelas secundarias en la Argentina” que afectó “la cobertura de escuelas elegibles en el marco muestral”. 

La Argentina participa de las pruebas PISA desde el año 2000

Desde el año 2000, y cada 3 años, la organización internacional OCDE lleva a cabo el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés), con el objetivo de analizar hasta qué punto los jóvenes de 15 años, que están cerca del final de la educación obligatoria, adquirieron los conocimientos y habilidades necesarios para entrar a la educación superior o al mercado laboral. Los exámenes se dividen en 3 áreas: lectura, matemáticas y ciencias. 

En septiembre de 2022, se llevaron a cabo en nuestro país las últimas pruebas PISA con la participación de más de 15 mil alumnos de 461 escuelas secundarias de todo el país y los resultados estarán disponibles en diciembre de 2023. También deberían haberse realizado en 2021, pero se suspendieron por la pandemia. 

Es decir que los últimos resultados publicados se dieron en diciembre de 2019, correspondientes a las pruebas realizadas en 2018. En aquella oportunidad, la muestra estuvo conformada por 458 escuelas y 14.546 estudiantes. La tasa de participación fue del 95,67% en las escuelas y del 86,27% para los estudiantes que cumplen con los estándares de PISA.

Por lo tanto, la Argentina participa en las PISA desde el año 2000. El único año en el que no participó fue en 2003 por decisión propia. La Ciudad de Buenos Aires, por su parte, forma parte desde el 2012 de manera ininterrumpida. Es decir que PISA presenta resultados para todo el país (incluyendo a los estudiantes porteños) y para la Ciudad por separado.

Qué ocurrió con las pruebas PISA de 2015

La evaluación PISA de 2015 de la Argentina fue excluida del informe final porque –según la OCDE- “hubo una reducción considerable en la proporción de jóvenes de 15 años cubiertos por la prueba, en términos absolutos y relativos”. Y, por lo tanto, los resultados del país no fueron comparables con los de otros países o con los resultados propios de años anteriores. 

La muestra de PISA de cada sistema educativo aspira a ser representativa de los estudiantes de 15 años de ese sistema. Específicamente, PISA sólo incluye a alumnos que tienen entre 15 años y 3 meses y 16 años y 2 meses, matriculados del 7º grado en adelante al comienzo de la administración de la evaluación.

Alejandro Ganimian, doctor en Estudios de Análisis Cuantitativo de Política Educativa de la Universidad de Harvard, explicó a Chequeado en esta nota que la reducción en la tasa de cobertura de los alumnos evaluados en 2015 se debió a la reestructuración prevista en la Ley de Educación Nacional de 2006. Por esta ley, las distintas jurisdicciones optaron entre tener 6 años de primaria y 6 años de secundaria (la Provincia de Buenos Aires y 11 jurisdicciones más), o 7 y 5, respectivamente (la Ciudad Autónoma de Buenos Aires junto a 11 provincias).

Dado que 12 de las 24 jurisdicciones argentinas eligieron la estructura de 6 años de primaria y 6 años de secundaria, todos sus alumnos de 15 años que hubiesen sido elegibles para el marco muestral de PISA bajo la estructura anterior del sistema educativo (porque antes estarían matriculados en 7º grado) ya no lo eran. Este cambio no afectó a la Ciudad de Buenos Aires, que eligió la estructura de 7 años de primaria y 5 de secundaria, junto a otras 11 provincias.

Como explicó Ganimian, esto implicó que los resultados de PISA 2015 de Argentina no fueran incluidos junto al resto de los otros sistemas educativos participantes, sino separadamente en las tablas de los anexos. Los resultados de la Ciudad, sin embargo, sí fueron incluidos en las tablas de resultados principales, por las razones ya mencionadas.

Consultado por Chequeado, Martín De Simone, magíster en Políticas Públicas por la Universidad de Princeton y especialista en Educación del Banco Mundial, señaló: “Las provincias que incluyeron 6 años de primaria fueron las que se excluyeron de la muestra. No se dio de manera aleatoria, por eso es que es un sesgo. Uno podría inferir que precisamente fueron las de menor potencial de desempeño de los estudiantes porque en el 2015 fueron bastante mejores los resultados”. 

Al excluir a una gran parte de los alumnos de 15 años de 12 jurisdicciones que previamente hubiesen sido incluidos (porque hubiesen estado matriculados en 7° grado), los resultados de PISA 2015 dan la incorrecta impresión que el país había mejorado su desempeño. Sin embargo, como lo dice el informe de PISA, los resultados 2015 de la Argentina no son comparables con los de previas administraciones de la prueba en el país.

Fuente: OCDE (2016). PISA 2015

Es por estos motivos que la declaración de Milei es engañosa. Si bien hubo un sesgo en la muestra de 2015 -que implicó que los resultados de PISA de la Argentina de ese año no fueran incluidos junto al resto de los otros sistemas educativos participantes, sino separadamente en las tablas de los anexos- a nuestro país no lo echaron y participó incluso de las últimas evaluaciones, tanto en 2018 como en 2022, donde la muestra volvió a ser comparable. 

Una frase es calificada de esta manera, según el método de este medio, cuando a afirmación puede coincidir parcialmente con ciertos datos, pero -intencionalmente o no- ha sido manipulada para generar un mensaje en particular.