Promesa de Alberto Fernández en 2019: “Vamos a ocuparnos de que el hambre se termine”

En el segundo debate presidencial realizado el 13 de octubre de 2019, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, prometió: “Vamos a ocuparnos de que el hambre se termine”. ¿Qué dicen los datos sobre esta promesa?

Como en 2020 y en 2021, la promesa de Fernández continúa “incumplida”. La indigencia y la inseguridad alimentaria grave (aquella situación en la que las personas “suelen quedarse sin alimentos y, en los peores casos, pasan un día (o varios) sin comer”, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación -FAO, por sus siglas en inglés-) aumentaron con respecto a 2019, antes de la asunción del Frente de Todos y último año de la gestión de Mauricio Macri (Cambiemos).

La indigencia aumentó respecto de 2019

De acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en el primer semestre de 2022 la indigencia alcanzó al 8,8% de la población, lo que afecta aproximadamente a 4 millones de personas que no lograron los ingresos necesarios para costear la canasta básica alimentaria (que mide las necesidades mínimas alimentarias para un mes y en octubre de 2022 se ubicó en $ 20.099 por persona).

Esto implica un incremento de 1,1 puntos porcentuales con respecto a igual período de 2019, cuando la Presidencia era ejercida por Cambiemos.

Durante los primeros meses de la gestión de Fernández, en el primer semestre de 2020 -en el comienzo de la pandemia de coronavirus- la indigencia aumentó a 10,5%, mientras que en igual período de 2019 había sido de 7,7%. En tanto, en el primer semestre de 2021 -cuando ya se habían levantado la mayoría de las restricciones-, el indicador se incrementó a 10,7%.

Inseguridad alimentaria a la suba

Según datos de la FAO, entre 2019 y 2021 -último dato disponible- casi 6 millones de personas experimentaron inseguridad alimentaria grave en la Argentina, más del doble que el número registrado para el período 2014-2016 (2,5 millones).

En tanto, el Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) indicó que entre 2019 y 2022 se registró un leve incremento de la inseguridad alimentaria (definida como la reducción involuntaria de la comida o percepción de hambre por motivos económicos).

Según el último informe publicado por este centro de investigación, la inseguridad alimentaria severa se mantuvo en el 9,4% de la población, mientras que la inseguridad alimentaria moderada aumentó del 13,1% al 13,9%.

En otro trabajo, el ODSA indicó que el porcentaje de niños de entre 0 y 17 años que padeció inseguridad alimentaria pasó de 30,5% en 2019 al 33% en 2021.

Juan Bonfiglio, investigador del ODSA-UCA, dijo a Chequeado: “Se observa que no estamos mejor que en 2019: la inseguridad alimentaria se incrementa en 2020 en contexto de pandemia, y después experimenta un leve descenso pero que no llega a recuperar los niveles de 2019, que no eran buenos”.

El especialista señaló que, además de los efectos de la pandemia y las restricciones de circulación, “un elemento central que explica esta dinámica tiene que ver con el incremento constante y sostenido de los precios de los alimentos, en niveles más altos que el alza de la inflación en general”.

Tarjeta Alimentar, una política para paliar la situación

Al asumir la Presidencia, Fernández puso en marcha una serie de medidas en el marco del Plan Argentina contra el Hambre con el objetivo de fortalecer el Programa Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional.

El programa más destacado de este plan es la Tarjeta Alimentar, que consiste en la entrega de entre $ 12.500 y $ 25.000 a familias con hijos menores de 14 años que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH), hijos discapacitados de cualquier edad y embarazadas a partir del tercer mes de gestación.

Los primeros plásticos se entregaron el 19 de diciembre de 2019 y tuvieron como destinatarios a madres y padres con hijos o hijas de hasta 6 años de edad que reciben la AUH; embarazadas a partir de los 3 meses que cobran la Asignación por Embarazo; y personas con discapacidad que reciben la AUH.

En noviembre último, el Gobierno nacional anunció un aumento del beneficio para diciembre de este año. Sin esta suba, la Tarjeta Alimentar había perdido interanualmente un 23% su poder de compra (es decir, los montos se habían incrementado por debajo de la inflación). Con el alza del 40% que se percibirá a partir de diciembre de 2022, el incremento real (sobre diciembre de 2021) será del 4,3%.

Al respecto, Bonfiglio indicó que, sin el impacto de este tipo de programa, “los niveles de inseguridad alimentaria serían mucho más altos, cercanos al 20% de la población con indigencia según la forma de medir que utilizamos en el Observatorio”.

No obstante, si bien el Gobierno nacional adoptó algunas medidas con el objetivo de terminar con el hambre, la promesa de Fernández se encuentra “incumplida”, puesto que la indigencia informada por el INDEC, al igual que los índices de inseguridad alimentaria que miden la FAO y la UCA, no sólo no mejoraron sino que empeoraron con respecto a 2019.

INCUMPLIDA: la promesa tenía un plazo establecido que no se cumplió o los resultados muestran que la situación avanzó en la dirección contraria a lo previsto.