Es falso que la proteína Spike que generan las vacunas contra el coronavirus de ARN mensajero sea tóxica
- Circula una cita de un médico sudafricano que sostiene que esta proteína es una toxina con el objetivo de matar a miles de millones de personas. Sin embargo, esto es falso.
- La proteína Spike es fundamental en el funcionamiento de las vacunas de ARN mensajero, como Pfizer o Moderna.
- En Estados Unidos, donde mayormente se aplican ambas vacunas, la tasa de mortalidad es menor entre los vacunados que entre los no vacunados. Y la mayoría de efectos adversos registrados han sido leves.
Circula en Facebook una publicación con una cita del médico sudafricano Shankara Chetty sobre las vacunas contra la COVID-19 que indica, entre otros puntos, que “la nombrada proteína spike (de espiga) es uno de los venenos más sofisticados jamás producidos por el hombre; y el objetivo de esta toxina es matar a miles de millones de personas sin que nadie se dé cuenta”. Sin embargo, esto es falso.
La proteína Spike o espiga (que le da la forma de “corona” al coronavirus) permite que el virus SARS-CoV-2 ingrese a las células humanas y es el blanco principal de las vacunas y los tratamientos antivirales.
Además, es fundamental en el funcionamiento de las vacunas de ARN mensajero (ARNm) contra la COVID-19. Hasta el momento, se desarrollaron 2 vacunas que utilizan ARNm para generar respuesta inmunitaria contra la enfermedad: la de Moderna y la de Pfizer/BioNTech.
Tal como explica Chequeado en esta nota, las vacunas de ARNm dan instrucciones a nuestras células para que de manera temporal produzcan una porción inocua de la proteína Spike del coronavirus, según explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.
Una vez que nuestro organismo creó esa porción de proteína, la célula descompone las instrucciones para deshacerse de ellas. El sistema inmunitario reconoce que la proteína es un cuerpo extraño y comienza a generar una respuesta inmunitaria y producir anticuerpos para protegerse contra la infección.
Los primeros ensayos clínicos de las vacunas Pfizer y Moderna contra la COVID19 comenzaron en mayo de 2020, y la campaña masiva de vacunación dio inicio en Inglaterra y Estados Unidos en diciembre de ese año.
Según los datos de la web Our World in Data, al 6 de diciembre de 2021 se habían suministrado, solo en Estados Unidos, más de 270 millones de dosis de la vacuna Pfizer y más de 180 millones de dosis de Moderna.
Así, contrariamente a las “millones de muertes” anunciadas por el médico desinformante, la tasa de mortalidad en Estados Unidos por COVID-19 es menor entre los vacunados que entre los no vacunados.
Además, tanto en EE.UU. como en la Argentina se han aplicado millones de dosis de estas vacunas y la mayoría de los efectos secundarios reportados fueron leves, tales como dolor o hinchazón en el sitio de inyección, dolor de cabeza, escalofríos o fiebre; los cuales son consistentes con lo reportado en los ensayos clínicos.
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Este chequeo es parte de la iniciativa Third Party Fact-checker de Facebook en la Argentina. En los casos de fotos y videos trabajamos con imágenes trucadas o sacadas de contexto y siempre analizamos en conjunto las imágenes junto con el texto con el que fueron presentadas.
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