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Esta nota tiene más de un año

No, no se utilizaron células de fetos humanos para la producción de vacunas contra la COVID-19

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Circula en Telegram un video en donde la doctora María José Martínez Albarracín afirma que "se utilizaron células de corazones de fetos humanos extraídas estando vivos".
  • Sin embargo, esto es falso ya que las vacunas no están elaboradas con células de fetos, sino que en el proceso de producción se utilizan  líneas celulares  que son copias obtenidas en el laboratorio de una célula original.
  • Martínez Albarracín formó parte del grupo “Médicos por la Verdad”, responsable de múltiples desinformaciones sobre la pandemia verificadas por Chequeado anteriormente.

Circula en Telegram un video en donde una persona le pregunta a quien presentan como la doctora (María José) Martínez Albarracín –quien fue responsable de múltiples desinformaciones que se dan cuenta en esta nota de Chequeado– si es verdad que para la elaboración de vacunas contra la COVID-19 “se han utilizado células de corazones de fetos humanos extraídas estando vivos”, a lo que Martínez Albarracín responde afirmativamente. 

Sin embargo, esto es falso. Las vacunas no están elaboradas con células de tejidos de fetos humanos.

El video cuenta con más de 26,5 mil reproducciones en Telegram, según los datos aportados por la propia aplicación de mensajería.

Las vacunas no tienen células de fetos humanos

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) destaca explícitamente que las vacunas contra la COVID-19 no contienen células de fetos humanos. Allí se explica que en el proceso de producción de algunas vacunas se han usado líneas celulares derivadas de células recuperadas de tejido fetal obtenido de abortos realizados en Suecia e Inglaterra hace más de 40 años. Estos abortos fueron voluntarios, respetaron la legislación de estos países y no se realizaron con la intención de generar líneas celulares para fabricar vacunas.

En la misma línea, como informa la revista Science, desde la década de 1970 se utilizaron líneas celulares derivadas de células de fetos de embarazos interrumpidos voluntariamente en la fabricación de vacunas, incluidas las vacunas actuales contra la rubéola, la varicela, la hepatitis A y el herpes zóster.

Sin embargo, no se utilizan actualmente fetos abortados como sostiene el video viral. Como explicó en esta nota a Chequeado la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, “una línea celular surge a partir de una única célula humana obtenida en algún momento”, y que “luego se utilizan copias de esa célula”, por lo tanto “es falso que se necesitan fetos abortados para producir una vacuna, ya que se produce con una copia de esa célula original”.

Además, según precisó Vizzotti, las células originales “se obtuvieron en la década del 60 durante un brote de rubéola y se trató de un aborto causado por un síndrome de rubéola congénito secundario a una infección por el virus de la rubéola” (para acceder a investigaciones sobre el tema ver acá).

Por último, Guadalupe Nogués, doctora en Ciencias Biológicas por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y experta en la discusión pública sobre vacunas, publicó en su cuenta de Twitter 3 “hilos” que confirman lo señalado por Vizzotti y explican este mito. “Una línea celular humana se originó con células humanas en algún momento, pero las células de una línea celular que se usan hoy en un laboratorio son hijas de otras que estuvieron en un laboratorio. O sea que no se usan ‘fetos’ para hacer estas vacunas, sino líneas celulares que sí provinieron una vez de un feto”, señaló Nogués.

¿Quién es Martínez Albarracín?

Como explica esta nota, María José Martínez Albarracín formó parte del grupo “Médicos por la verdad” que en forma sistemática difundieron desinformaciones durante la pandemia. Sin embargo,  el 15 de febrero de 2021 anunció en su cuenta de Facebook que abandonaba ese grupo “por pura higiene mental”. Aclaró en ese momento que abandonaba las plataformas en las que estaba porque se encontraba muy cansada, aunque seguía defendiendo la honorabilidad de “Médicos por la Verdad” y sus fundadores. Ahora lo sigue haciendo, pero a título individual. 

Esta licenciada en Medicina está jubilada, no forma parte de  ningún colegio médico y aunque se presenta como profesora  de Procesos de Diagnósticos Clínicos, lo es pero de enseñanza secundaria y no universitaria Desvinculada ya de la organización, continúa propagando desinformación sobre la pandemia en redes sociales y actos.

Martínez Albarracín vive en la Región de Murcia (España). El sitio de fact-checking español Maldita contactó al Colegio de Médicos de esa provincia para obtener datos sobre esta persona y  remitió a un comunicado “sobre las declaraciones carentes de evidencia científica sobre la pandemia vertidas por una persona que se presenta como médica”, cuya identidad no develan, pero sí aclaran que no está colegiada en Murcia ni aparece en el registro de colegiados de España. 

El Colegio de Médicos de Murcia destacó que estas declaraciones “contienen afirmaciones carentes de evidencia científica sobre la pandemia y que pueden generar temor y alarma social” y “dañan el honor de las instituciones públicas, con la consecuente alteración del equilibrio público”. También  anunció que comunicado a la Fiscalía estas declaraciones “a fin de proteger los intereses legítimos de los ciudadanos y por si existieran responsabilidades de índole penal, dada que la conducta de esta persona pudiera ser constitutiva de delitos como desorden público, delito de odio, delito de injurias y/o calumnias contra instituciones públicas y delito contra la salud pública”.

 

Este chequeo es parte de la iniciativa Third Party Fact-checker de Facebook en la Argentina. En los casos de fotos y videos trabajamos con imágenes trucadas o sacadas de contexto y siempre analizamos en conjunto las imágenes junto con el texto con el que fueron presentadas.

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