Para La Nación la clase media sube…, pero baja
En la edición del pasado lunes 4 de octubre, La Nación dedicó la portada de su sección Economía & Negocios a evaluar la evolución de la clase media en la Argentina en los últimos años.
La nota principal, basada en un estudio de dos economistas de la Universidad de San Andrés, narra que la clase media creció desde 2002 hasta 2006. Llamativamente, el título elegido es “El tamaño de la clase media aún es más chico que en 1994”.
Pese a que en el primer texto se señala un crecimiento, en un segundo texto se afirma que, mientras la clase media crece en la región, en la Argentina se reduce. En este caso, la conclusión se basa en un estudio que mostraría que mientras la clase media disminuyó en el país entre 2003 y 2006, en otros países de la región creció.
Este segundo estudio fue elaborado por investigadores del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) y del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD). Titulado “¿Abajo y afuera o arriba y adentro? En busca de la elusiva clase media latinoamericana” (en inglés), su objeto no fue medir la evolución de la clase media en la Argentina y la región, sino comparar diversas metodologías de medición, sus ventajas y debilidades. Esto, porque no existe un consenso entre los académicos sobre la mejor forma de medir la clase media.
La Nación toma el estudio que compara y critica las diversas formas de medición y elige sólo una de las metodologías–cuestionada por los propios investigadores-, que presenta como fundamento para proclamar que la clase media decrece en la Argentina.
El problema es que el método utilizado no es pertinente para fundamentar tal tendencia. Desarrollado por el economista del Banco Mundial Martin Ravallion, considera como clase media a toda persona que gane entre 2 y 13 dólares diarios. El método puede entonces ser apropiado para realizar comparaciones internacionales homogéneas, pero no para extraer conclusiones temporales sobre la evolución de la clase media en un país como la Argentina.
Como muestra de la inconsistencia del método, aplicada a la Argentina aquella definición de “clase media” daría como resultado que en el país habría más ricos que pobres:
La proporción de pobres resulta, incluso, más baja que la que calcula el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), estimada en un 12% de la población. Y bastaría con ganar algo más de 1500 pesos mensuales para pertenecer a la clase alta.
María Ana Lugo, economista consultora del Banco Mundial, explicó a Chequeado.com: “Para las comparaciones internacionales se aceptó el criterio de pobreza como ganar menos de dos dólares diarios (en paridad de poder adquisitivo). Para países de ingresos bajos, como los del sur de Asia o el África subsahariana, puede ser útil, pero en América Latina los dos dólares hablan más bien de indigencia que pobreza. De hecho, en el sector de América Latina del Banco Mundial, se suele preferir para comparar países de la región la línea de la pobreza ‘moderada’, que está en cuatro dólares por día”.
En síntesis, la nota de La Nación no aclara que el estudio que toma como base de sus afirmaciones acerca del retroceso de la clase media en el país es, en realidad, sólo uno de los varios métodos comparados y cuestionados por los propios investigadores, en un trabajo que tiene por objeto determinar cuáles son las formas más acertadas de medir la evolución del sector medio en América Latina.
ENGAÑOSO
En una misma producción afirma en una nota que ese sector social creció y, en otra, que se redujo, pero con datos no pertinentes, que vician las supuestas conclusiones.
En la edición del pasado lunes 4 de octubre, La Nación dedicó la portada de su sección Economía & Negocios a evaluar la evolución de la clase media en la Argentina en los últimos años.
La nota principal, basada en un estudio de dos economistas de la Universidad de San Andrés, narra que la clase media creció desde 2002 hasta 2006. Llamativamente, el título elegido es “El tamaño de la clase media aún es más chico que en 1994”.
Pese a que en el primer texto se señala un crecimiento, en un segundo texto se afirma que, mientras la clase media crece en la región, en la Argentina se reduce. En este caso, la conclusión se basa en un estudio que mostraría que mientras la clase media disminuyó en el país entre 2003 y 2006, en otros países de la región creció.
Este segundo estudio fue elaborado por investigadores del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) y del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD). Titulado “¿Abajo y afuera o arriba y adentro? En busca de la elusiva clase media latinoamericana” (en inglés), su objeto no fue medir la evolución de la clase media en la Argentina y la región, sino comparar diversas metodologías de medición, sus ventajas y debilidades. Esto, porque no existe un consenso entre los académicos sobre la mejor forma de medir la clase media.
La Nación toma el estudio que compara y critica las diversas formas de medición y elige sólo una de las metodologías–cuestionada por los propios investigadores-, que presenta como fundamento para proclamar que la clase media decrece en la Argentina.
El problema es que el método utilizado no es pertinente para fundamentar tal tendencia. Desarrollado por el economista del Banco Mundial Martin Ravallion, considera como clase media a toda persona que gane entre 2 y 13 dólares diarios. El método puede entonces ser apropiado para realizar comparaciones internacionales homogéneas, pero no para extraer conclusiones temporales sobre la evolución de la clase media en un país como la Argentina.
Como muestra de la inconsistencia del método, aplicada a la Argentina aquella definición de “clase media” daría como resultado que en el país habría más ricos que pobres:
Ricos |
31,6% |
Clase Media |
56,9 |
Pobres |
11,5% |
La proporción de pobres resulta, incluso, más baja que la que calcula el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), estimada en un 12% de la población. Y bastaría con ganar algo más de 1500 pesos mensuales para pertenecer a la clase alta.
María Ana Lugo, economista consultora del Banco Mundial vinculada a la investigación mencionada, explicó a Chequeado.com: “Para las comparaciones internacionales se aceptó el criterio de pobreza como ganar menos de dos dólares diarios (en paridad de poder adquisitivo). Para países de ingresos bajos, como los del sur de Asia o el África subsahariana, puede ser útil, pero en América Latina los dos dólares hablan más bien de indigencia que pobreza. De hecho, en el sector de América Latina del Banco Mundial, se suele preferir para comparar países de la región la línea de la pobreza ‘moderada’, que está en cuatro dólares por día”.
En síntesis, la nota de La Nación no aclara que el estudio que toma como base de sus afirmaciones acerca del retroceso de la clase media en el país es, en realidad, sólo uno de los varios métodos comparados y cuestionados por los propios investigadores, en un trabajo que tiene por objeto determinar cuáles son las formas más acertadas de medir la evolución del sector medio en América Latina.
Fecha de publicación original: 07/10/2010
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