Casi la mitad de los habitantes del Gran Buenos Aires usó sus ahorros o se endeudó por la pandemia
- Un informe del INDEC reveló que el 44,7% de los hogares del Gran Buenos Aires (GBA) tuvo que recurrir a sus ahorros o vender pertenencias y el 41,5% se endeudó para poder afrontar sus gastos.
- El estudio señala que el 6,7% de los encuestados perdió su empleo durante la pandemia del coronavirus y que, entre quienes mantuvieron el trabajo, el 37% resignó ingresos.
- El 72,6% de las personas recibió algún tipo de ayuda estatal, y el 21,2% lo hizo por primera vez durante la cuarentena.
A raíz de la cuarentena implementada por el avance del coronavirus, el 44,7% de los hogares del Gran Buenos Aires (GBA) debió recurrir a ahorros para enfrentar sus gastos, mientras que el 41,5% se endeudó y el 33,8% redujo el consumo de al menos un alimento.
Los datos se desprenden del segundo informe sobre el impacto de la COVID-19 en los hogares del GBA, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) en base a encuestas realizadas entre agosto y octubre de 2020.
El estudio señala que el 6,7% de los encuestados aseguró que tenía un empleo y lo perdió durante la pandemia del coronavirus, mientras que el 1,6% consiguió trabajo en ese período. En tanto, un 4,4% cambió de puesto de trabajo pero se mantuvo ocupado y el resto de las personas consultadas no varió de situación: el 59,7% continuó empleado y el 27,7% no tenía trabajo antes de la cuarentena y tampoco consiguió más tarde.
Entre quienes estaban ocupados en el inicio de la pandemia, el 37% reconoció haber sufrido una reducción en sus ingresos. Esta situación golpeó particularmente fuerte a los trabajadores independientes: el 63,6% de quienes mantuvieron su trabajo debió resignar dinero. Entre los asalariados, en tanto, sólo perdieron ingresos el 16,2% de quienes poseían un empleo registrado y el 32,8% de los trabajadores informales.
Uso de ahorros y endeudamiento
Según el estudio, el 44,7% de los hogares del GBA usó ahorros o vendió pertenencias para hacer frente al impacto económico de la pandemia. Esta medida fue tomada en mayor medida por quienes sufrieron una reducción en sus ingresos o tuvieron problemas laborales (el 55% de ese universo), pero también fue adoptada por el 30,5% de quienes no manifestaron cambios económicos a raíz de la cuarentena.
En tanto, el 41,5% de los hogares encuestados recurrió al endeudamiento para afrontar sus gastos, cifra que ascendió al 53,8% en el caso de aquellas familias que manifestaron haber sufrido reducción de ingresos. En este universo hay diferencias geográficas importantes: mientras que en la Ciudad de Buenos Aires tomaron deudas el 27,9% de los hogares, en el Conurbano esa cifra ascendió al 46,1%.
Por otro lado, un 33,8% de los encuestados dijo haber reducido el consumo de alimentos por razones económicas. En este caso, el problema afectó casi exclusivamente a quienes manifestaron problemas económicos: el 45,3% de los hogares en esta situación debió reducir sus consumos, mientras que quienes no sufrieron las consecuencias de la crisis solo lo hicieron en un 17,8%.
Finalmente, el 29,2% de los relevados dijeron haber apelado a la obtención de nuevos ingresos o adelantos, una categoría que según el INDEC abarca a “hogares cuyo jefe o jefa no trabajaba antes de la COVID-19, pero sí lo hacía al momento del relevamiento; o bien hogares en los que alguno de los miembros realizaba actividades adicionales para generar nuevos ingresos, recibía aportes de ingresos de familiares o amigos de manera más frecuente a partir de la pandemia”.
Ayuda estatal
Según el estudio, el 72,6% de los hogares entrevistados declaró que al menos uno de sus miembros recibió algún tipo de ayuda estatal durante la pandemia: el 21,2% lo hizo por primera vez; el 26,8% ya recibía ayuda y sumó beneficios sociales creados durante la cuarentena; y el 24,7% sólo continuó con los beneficios habituales.
La encuesta incluye dentro de las prestaciones estatales que se implementaron durante la cuarentena al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y el programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), entre otros. En tanto, entre las prestaciones previas a la pandemia se incluyen la jubilación o pensión; Asignación Universal por Hijo (AUH); Asignación Universal por Embarazo (AUE); tarjeta Alimentar u otra tarjeta para la compra de alimentos; seguro de desempleo; y otro programa o plan social de transferencia de ingresos, pensiones no contributivas o becas escolares del Gobierno (Progresar).
La cobertura muestra grandes diferencias según la situación laboral de los jefes y jefas de hogar. En el caso de los hogares cuyos responsables declararon no tener empleo, el 41,8% recibió alguna de las prestaciones implementadas a partir de la pandemia: 33,9% estaba cubierto por otras transferencias previas y sólo un 7,9% no tenía coberturas anteriores.
En tanto, entre los hogares cuyos jefes y jefas tenían empleo, el 51,2% declaró que recibió transferencias nuevas: 23,1% ya estaba cubierto por otras prestaciones y otro 28,1% las recibió por primera vez.
En este universo, no obstante, también hay grandes diferencias entre las categorías laborales. Entre quienes dijeron tener un empleo no registrado, las medidas implementadas a partir de la pandemia llegaron al 68,3% de los hogares. En el caso de los trabajadores independientes, cubrieron al 52,2%, mientras que entre los trabajadores registrados el porcentaje desciende al 47%.
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