Cigarrillos electrónicos: especialistas advierten que vapear triplica el riesgo de fumar y daña la salud

- Los jóvenes que vapean tienen hasta tres veces más probabilidades de terminar fumando cigarrillos convencionales que quienes nunca han usado un vapeador, según un estudio liderado por investigadores del Reino Unido.
- Los especialistas advierten que el vapeo no es inocuo: expone a jóvenes y adultos a múltiples tóxicos y se asocia con asma, enfermedad pulmonar y problemas cardíacos. Incluso los dispositivos que se declaran libres de nicotina suelen contener la sustancia.
- Por ley, los vapeadores están prohibidos en la Argentina. Sin embargo, los adolescentes acceden fácilmente a través de la web. Investigadores argentinos respaldan la necesidad de mayor control sobre la publicidad y la venta de estos dispositivos.
El consumo de tabaco es la principal causa de enfermedad, discapacidad y muerte en el mundo. Cada año mueren casi 8 millones de personas como consecuencia del tabaquismo y, en la Argentina, unas 45 mil personas, de acuerdo a datos del Ministerio de Salud de la Nación.
Ahora, un estudio publicado en la revista Tobacco Control encontró que los jóvenes que usan cigarrillos electrónicos o vapeadores tienen aproximadamente 3 veces más probabilidades de iniciarse en el tabaquismo que los que no los usan.
Liderado por investigadores del Reino Unido, la investigación -que abarcó el análisis de 384 estudios del uso de vapeadores en menores de 25 años- concluyó que el vapeo se relaciona además del tabaquismo con un mayor consumo de marihuana y alcohol, así como a un mayor riesgo de asma, tos, lesiones y problemas de salud mental.
El médico especialista en neumonología Alejandro Videla, presidente de la Asociación Argentina de Tabacología, explicó a Chequeado que una de las dificultades que encuentra es que “el vapeador tiene poca conciencia del riesgo y no suele plantearse dejar porque le han vendido que es un consumo de bajo riesgo, a diferencia del fumador tradicional, que sí tiene la información de que el cigarrillo le hace daño”.
Vapear triplica el riesgo de fumar, según diversos estudios
Los cigarrillos electrónicos, vapeadores o vapers comenzaron a comercializarse en 2006 como una supuesta alternativa a los cigarrillos comunes. El dispositivo produce un aerosol que se aspira, simulando el acto de fumar. Está compuesto por una batería, un atomizador y un cartucho que contiene líquido con saborizantes y nicotina, explica el Ministerio de Salud.
Uno de los mitos en torno al “vapeo” es que podrían ser útiles como estrategia para dejar de fumar. Sin embargo, esto no se ha demostrado y, por el contrario, aumentan los efectos adversos en la salud de la población, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Al respecto, Videla, profesor de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y jefe del Servicio de Neumonología del Hospital Universitario Austral, explica: “Una de las discusiones más importantes sobre la relación entre el vapeo y fumar cigarrillos convencionales es el huevo o la gallina: si una persona que vapea después fuma porque se expuso a la nicotina, una sustancia con una amplia capacidad de generar adicción y de impactar en el cerebro; o, por otro lado, si el joven que vapea se expone a una cantidad de nicotina que no le genera la necesidad de fumar cigarrillos convencionales”.
“Los resultados de este nuevo estudio, que es una revisión amplia de la literatura médica, muestran que efectivamente quien vapea después tiene tres veces más riesgo de desarrollar la adicción al cigarrillo convencional”, sumó el especialista.
Los investigadores del Reino Unido utilizaron un método llamado umbrella review, en el que analizaron 56 revisiones sistemáticas que, en conjunto, abarcan 384 estudios sobre el uso de vapeadores en menores de 25 años.
Agustín Casarini, investigador del Departamento de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Economía de la Salud del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), explicó a Chequeado que este método se utiliza porque el tema que se está estudiando fue ampliamente abarcado por la literatura, pero se quiere hacer el foco en algún punto particular. “Este tipo de revisiones sirven para sintetizar lo que se sabe de un tema, así como identificar vacíos en el conocimiento científico por falta de estudios o por la baja calidad en las publicaciones que existen hasta el momento”, aclara.
Casi el 9% de los jóvenes vapean: cuáles son los riesgos para la salud
La última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (2018) mostró que el 7% de los adolescentes argentinos usaban cigarrillos electrónicos. El porcentaje fue incluso mayor en una encuesta realizada en 2023 a estudiantes secundarios de escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires por la Fundación Interamericana del Corazón (FIC): el 19,4% eran consumidores de algún producto de tabaco y el 8,9% eran consumidores de cigarrillo electrónico.
“Al vapear se inhala un aerosol que contiene un montón de sustancias tóxicas, como nicotina, formaldehído, propilenglicol, saborizantes y un montón de productos más, ninguno inocuo. Esto expone a toda la superficie del tejido pulmonar, que es altamente captante de sustancias. Entonces, por un lado, se recibe un daño no cuantificado de las sustancias y también se consume una cantidad desconocida de nicotina. Normalmente, un fumador tradicional recibe entre 1 y 2 miligramos de nicotina por cada cigarrillo que enciende. El vapeador está recibiendo cantidades absolutamente imposibles de cuantificar”, sostuvo Videla.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos reconoce que el daño potencial de este aerosol “no se conoce del todo“, entre otras cosas, porque las concentraciones de cada compuesto varían enormemente entre diferentes vapeadores.
Al respecto, la OMS detectó que muchos de los cigarrillos electrónicos que afirman estar libres de nicotina en realidad sí la contienen. Además, algunos de estos dispositivos “están diseñados para permitir el control de la nicotina (que puede alcanzar niveles peligrosamente altos)”, detalla la agencia sanitaria.
El cerebro de una persona que nunca fumó carece de receptores para la nicotina, que se generan tras la exposición a la sustancia y que luego debe sostenerse en el tiempo, advirtió Videla. Y sumó: “El consumo de vapeadores primero se asocia con un aumento de síntomas como dolor de garganta y dificultad respiratoria. Luego está relacionado con asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y mayor riesgo de infarto agudo de miocardio. Es decir, no son en absoluto inocuos y lo único nuevo es que lo que están produciendo son enfermedades de una naturaleza distinta a la que conocíamos antes”.
De hecho, a fines de 2019 se describió una enfermedad respiratoria grave asociada al vapeo, denominada EVALI (Electronic Vaping-Associated Lung Injury) o Injuria Pulmonar Aguda por Cigarrillo Electrónico, informó la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). Se reportaron alrededor de 60 muertes vinculadas a este síndrome, que genera una inflamación severa en los pulmones, y también se han documentado daños en otros órganos, quemaduras por explosión de los dispositivos, intoxicaciones por ingesta accidental de los líquidos, exposición al humo de segunda y tercera mano, entre otros.
La ciencia respalda la necesidad de medidas restrictivas
La legislación argentina prohíbe la importación, distribución, comercialización y la publicidad o cualquier modalidad de promoción en todo el territorio nacional de vapeadores, por la disposición 3226/2011 de ANMAT, por lo que se desconoce el origen y la forma de manufactura de los dispositivos y las soluciones que contienen. Sin embargo, los jóvenes acceden fácilmente, especialmente a través de sitios webs.
Los investigadores británicos sostuvieron que sus hallazgos “respaldan la implementación de medidas políticas para restringir la venta y el marketing de cigarrillos electrónicos dirigidos a jóvenes, así como restricciones en el diseño publicitario diseñado o que pueda resultar atractivo para ellos”.
Por su parte, Cassarini es autor de una reciente investigación argentina que encontró que el impacto de implementar completamente las políticas de control del tabaco recomendadas por la OMS (aumento de impuestos, empaquetado neutro, prohibición de publicidad y ambientes libres de humo) beneficiaría a toda la población.
No obstante, su efecto sería especialmente positivo en los sectores más vulnerables. Por ejemplo, aumentar el precio de los cigarrillos en un 50% y adoptar el empaquetado neutro evitaría el doble de muertes en los quintiles más bajos y generaría un ahorro 14 veces mayor en gastos de bolsillo en comparación con los sectores más ricos, según el especialista.
Su investigación no incluyó al vapeo, dado los desafíos que involucra medir su impacto, entre ellos: se introdujeron hace poco tiempo en el mercado y muchas de las consecuencias se manifiestan tras largo tiempo de exposición; hay una gran heterogeneidad de productos; y el consumo dual entre vapeadores y cigarrillos convencionales complica medir la atribución de cada uno.
“En el caso de los cigarrillos electrónicos es importante fortalecer las restricciones a la distribución, así como aplicar las recomendaciones para el control de tabaquismo, como los ambientes libres de humo (que disminuyen la normalización del consumo y reducen la exposición pasiva de segunda y tercer mano), la prohibición de publicidad, promoción y patrocinio (que limita la influencia de la industria sobre los adolescentes, a quienes suele dirigir campañas de marketing). Estas estrategias también tienen que ser acompañadas por políticas de control al cigarrillo convencional”, concluyó Cassarini.
Comentarios
Valoramos mucho la opinión de nuestra comunidad de lectores y siempre estamos a favor del debate y del intercambio. Por eso es importante para nosotros generar un espacio de respeto y cuidado, por lo que por favor tené en cuenta que no publicaremos comentarios con insultos, agresiones o mensajes de odio, desinformaciones que pudieran resultar peligrosas para otros, información personal, o promoción o venta de productos.
Muchas gracias