Claves para entender la situación del embarazo adolescente en la Argentina

De los más de 685 mil niños y niñas que nacieron en 2018, un 13% tuvieron una madre menor de 19 años, de acuerdo con los últimos datos disponibles del Ministerio de Salud de la Nación. Si bien el porcentaje de niños nacidos de madres adolescentes se encuentra en su indicador más bajo de los últimos 20 años -en periodos llegó al 16%- el embarazo adolescente todavía preocupa a los especialistas.

Aunque se registran bajas, más de 2 mil niñas menores de 15 años tuvieron hijos en 2018. “En el caso de las menores de 15, los embarazos se relacionan con el abuso y la coerción, además de la falta de educación y el acceso a los anticonceptivos”, explicó en esta nota Miriam Salvo, médica especialista en Ginecología y Obstetricia e integrante de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil.

La tasa de fecundidad adolescente es otro indicador útil para medir esta problemática. Se refiere a la cantidad de nacimientos de madres de entre 10 y 19 años sobre el total de jóvenes de esa edad. De acuerdo con los últimos datos disponibles, en el país 25,4 adolescentes cada 1000 tuvieron un hijo en 2018.

Este dato, sin embargo, oculta desigualdades en las provincias. De acuerdo con un análisis realizado por UNICEF Argentina, en base a datos de 2016, “la fecundidad de las adolescentes de Formosa, Chaco y Misiones es 4 veces la de las adolescentes de Ciudad de Buenos Aires, pero también duplica a la fecundidad adolescente de otras provincias como Chubut y Tierra del Fuego”.

En el panorama regional, la Argentina tiene indicadores de fecundidad adolescente más altos que Brasil, Chile y Uruguay, según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés).

Embarazos no planificados

Entre las causas de la baja en los últimos indicadores de embarazo adolescente,  especialistas señalaron en esta nota el lanzamiento del Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA) desde 2017, un mayor acceso a la Educación Sexual Integral (ESI), el uso de los anticonceptivos de larga duración, como los implantes subdérmicos, y un mejor acceso a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), entre otros factores.

Es que un gran porcentaje de los embarazos adolescentes no son planificados. El 68% de las mujeres madres menores de 19 años en todo el país afirmaron que ese embarazo no fue buscado, de acuerdo con datos recabados entre 2010 y 2014 por el Sistema Informático Perinatal (SIP), que depende del Ministerio de Salud de la Nación. Entre todas las mujeres mayores de 20 años, la proporción de embarazos no intencionales en todo el país desciende hasta el 56,5%.

En algunas provincias este indicador es aún más elevado. En Tierra del Fuego, Formosa, Santiago del Estero, Salta y Jujuy, entre otras, los embarazos no planificados de menores de 19 años superan el 70% y en La Rioja llega al 79%.

Impacto del embarazo adolescente

El embarazo adolescente tiene consecuencias en la salud de la mujer y de su hijo. “Comparadas con mujeres de 20 a 24 años, las niñas madres menores de 15 años corren 4 veces más riesgo de muerte en el embarazo”, según señala un informe de la ONG Amnistía Internacional.

En cuanto a los niños, el análisis de UNICEF destaca que “la mortalidad infantil resulta más frecuente en los hijos e hijas de madres adolescentes que en el resto, exceptuando la que corresponde a las mujeres de 45 años y más”.

Además, estos embarazos tienen impacto sobre la trayectoria escolar y, por lo tanto, en la inserción en el mercado laboral de esas mujeres. En base a diferentes estudios, el Banco Mundial concluye que hay “una correlación significativa entre la maternidad temprana, menor rendimiento educativo y peores resultados en el mercado laboral para las mujeres”.

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