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¿La Argentina se desendeudó o no durante el kirchnerismo?

En medio de las negociaciones entre el Estado argentino y los fondos buitre, luego del fallo del juez norteamericano Thomas Griesa que ordena pagar el 100% del valor de sus bonos más los intereses, el programa Periodismo para Todos (PPT), que conduce el periodista Jorge Lanata, emitió un informe cuya principal conclusión fue que el endeudamiento del país había aumentado durante la última década. Para sostenerlo, enfatizó que la deuda pública argentina en números absolutos pasó de US$ 178 mil millones en 2003 a US$ 250 mil millones en 2014.

Estos datos contradicen el discurso del oficialismo, que sostiene que la Argentina se desendeudó en los más de diez años de kirchnerismo en el poder. A diferencia del informe de PPT, el Gobierno toma el porcentaje de la Deuda en el PBI para sostener su argumento: era de 139,5% en 2003 y en 2013 (último dato oficial disponible), de 45,6 por ciento.

Tras la polémica que generan estas cifras, surge la pregunta: ¿la Argentina se desendeudó o no durante este período? Estos son los resultados que arroja nuestra investigación:

¿El dato del total de deuda demuestra el endeudamiento o desendeudamiento de un país?

Lanata, durante su programa, mostró un gráfico que contiene la evolución del stock de deuda pública (la deuda total en términos absolutos) desde 1973 en adelante. Se puede ver que este indicador creció desde la asunción de Isabel Martínez de Perón, pasando por la dictadura militar, hasta 2004 (momento previo a que el gobierno de Néstor Kirchner efectuara el primer canje), decreció entre ese año y el siguiente, y luego no dejó de aumentar hasta 2013.

¿La Argentina se desendeudó o no durante el kirchnerismo?

Las estadísticas que se mostraron en PPT son similares (aunque no coinciden totalmente) a las que publica el Ministerio de Economía de la Nación en sus informes anuales de deuda pública (ver datos). El dato de 2013 que se puede ver, sin embargo, difiere del último informe publicado por la Oficina Nacional de Crédito Público, donde se informa que la deuda pública al 30/09/2013 ascendía a US$ 201 mil millones de dólares y no a los 250 mil millones de dólares indicados en el gráfico.

Es que el número de 2013 de la imagen incluye -por lo menos- el reciente pago con bonos a Repsol, el arreglo con el Club de París y los US$ 15 mil millones que se deberían pagar si la Argentina acata el fallo Griesa y los demás holdouts inician demandas similares. Otras fuentes, como las consultoras privadas Econométrica y Finsoport, estiman la deuda pública total en US$ 223 mil millones y US$ 232 mil millones, respectivamente.

De todas maneras, existe consenso entre los economistas de diversas vertientes en que, al hablar de endeudamiento o desendeudamiento de un país, “el indicador usado internacionalmente es Deuda/PBI, y generalmente siempre se toma la deuda bruta que incluye la deuda intrasector público”, señaló a Chequeado Jorge Remes Lenicov, ex ministro de Economía de la Nación durante la presidencia de Eduardo Duhalde. Esto se debe a que el mismo hace alusión al peso de la deuda sobre una economía nacional y la capacidad de pago que se tiene para cancelar ese pasivo.

Ariel Setton, economista de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y miembro del Plan Fénix, coincidió: “El (des) endeudamiento de un país no debe medirse como stock de deuda. El stock es un indicador absoluto que nada dice, si no se compara de manera relativa. El indicador relativo más utilizado para el stock es el de Deuda/PBI aunque también se mide Deuda externa en poder de privados/PBI”.

Sobre la conveniencia de utilizar esta relación para medir el concepto de “endeudamiento” de una Nación también coinciden economistas como Eduardo Levy Yeyati (CIPPEC), Miguel Bein (Estudio Bein & Asociados) y Federico Sturzenneger (ex presidente del Banco Ciudad y diputado del PRO), entre otros.

Si utilizamos el ratio Deuda/PBI, ¿qué pasó desde principios de la década en adelante?

La relación entre deuda y PBI era de 37,6% en 1998 (último año de crecimiento de la convertibilidad), 53,7% en 2001, 73,3% en 2005 (año en el que se produjo el primer canje), 45,3% en 2010 (año del segundo canje) y de 45,6% a septiembre de 2013 (último dato oficial). Las estimaciones privadas sobre 2014 varían desde un 47% a un 63 por ciento, dependiendo de la fuente (ver datos).

* Dato hasta el 30-09-2013.
** Calculado por Econométrica. El ratio Deuda/PBI es en base al PBI base 2004.
*** Calculado por Finsoport. El ratio Deuda/PBI es en base al PBI base 1993.

La Argentina, en conclusión, desde 2004 “experimentó un desendeudamiento que es evidente y notorio”, expresó Ramiro Castiñeira, economista de la UBA y miembro de Econométrica, que se explica por “las renegociaciones de deuda de 2005 y 2010, la estatización de las AFJP y el pago de la deuda con reservas, aun cuando se emitan títulos por US$ 15.000 millones para acatar el fallo del juez Griesa”.

Martín Tetaz, economista y profesor de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP), realizó un cálculo propio utilizando “el PBI en dólares de Paridad de Poder de Compra, para evitar la ilusión del desendeudamiento artificial por sobrevaluación de la moneda (atraso cambiario)”. Además, le descontó a la deuda pública total las acreencias del Tesoro contra provincias y sistema financiero, y “los cerca de US$ 22.000 millones que ‘ahorró’ el Estado por hacer ‘trampa’ en el ajuste por CER de los bonos (el CER se calcula a partir de la inflación del INDEC)”.

La “Argentina -concluye el post de Tetaz con datos hasta 2012- bajó ligeramente el peso de su deuda en el PBI, aunque todavía no recuperó los niveles de ‘holgura’ que tenía en 1998”.

Remes Lenicov agregó que, además del ratio Deuda/PBI, “también es importante la relación entre stock y reservas para saber la capacidad de pago del país”. El indicador Deuda en moneda extranjera/Reservas Internacionales también registró una disminución entre 2004 y 2010, para luego comenzar a aumentar significativamente a partir de 2012 en consonancia con la caída de las reservas del Banco Central (ver datos).

¿Cuáles son los principales cambios que hubo si comparamos la deuda pública argentina de principios de la década con la actual?

Como explica Levy Yeyati, no tiene sentido tomar los años 2001 y 2002 como punto inicial de comparación debido a la “sobre apreciación real del tipo de cambio”, y tampoco los años 2003 y 2004 porque la reducción de la deuda fue debido al default, “un mecanismo no asimilable al desendeudamiento”. Por lo tanto, lo más razonable es tomar el indicador de la deuda a partir de 2005, luego del canje.

Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) compara la deuda pública argentina entre ese año y 2012. Al actualizar el dato de 2013 con el último informe publicado por el Ministerio de Economía de la Nación a septiembre del año pasado los resultados son:


* Dato hasta el 30-09-2013.
** Deuda Pública Externa: reconoce como acreedores a residentes en el exterior, organismos internacionales, organismos oficiales y privados.

Hubo tres cambios: se redujo la relación Deuda/PBI, aumentó la participación de la deuda con el propio sector público, y aumentó la deuda en pesos (que es la que está con el sector público)”, resumió Remes Lenicov.

Setton, por su parte, analizó el período 2003-2014 en dos etapas: entre 2003 y 2007, “el pago de deuda se realizaba al existir superávit financiero por parte del Estado nacional. Eso implicaba que la deuda en su conjunto se reducía, debía a los excedentes del sector público”.

Desde 2008 -diferenció el economista-, junto con la reestatización de las AFJP (las cuales eran importantes poseedoras de títulos públicos), la política fue distinta: se buscó el cambio de acreedor. En ese sentido, se canjeó el pago de títulos de deuda en manos de terceros, por nuevas deudas contraídas con el Banco Central. O sea, se paga y se deja de deber a privados locales y extranjeros, para pasar a deberle al Banco Central. En su conjunto, se logró reducir el peso de la deuda externa que pueda imponer condiciones en su renegociación, por montos relativamente más manejables”.

Miguel Bein, en una entrevista publicada en La Nación, reconoció que el gobierno nacional había logrado “el desendeudamiento más grande de la historia” y señaló: “Lo único que es relevante es el desendeudamiento con el mercado de capitales, no el desendeudamiento interno. La deuda donde hay un riesgo de default, de desestabilización es la deuda que flota en el mercado. La deuda pública interna que el Estado tiene con la ANSES, con el Banco Central, se puede refinanciar”.

El indicador que menciona Bein de deuda pública sólo con privados (es decir, excluyendo aquella deuda del Estado con el Estado y la deuda con organismos multilaterales y bilaterales) pasó de representar el 49,3% en 2005 a 12,2% en septiembre de 2013 (ver datos).

Un informe de la consultora Econométrica calcula para junio de este año que esta relación se ubica en el 11,6% si se considera sólo la deuda performing (la que se paga regularmente), y de 14,6% si se agregan los 15 mil millones que se debería pagar a los bonistas por el fallo Griesa (10 mil ley Nueva York + 5 mil ley europea).

Si se toma, por último, la deuda con privados pero sólo en moneda extranjera, ésta también disminuyó desde 2002, pasando de 96% a 9,4% en septiembre de 2013 (ver datos). Econométrica calcula este indicador a junio de 2014 en un 12,1% del PBI contando el fallo del juez neoyorquino.

IARAF menciona estos vencimientos en dólares (los de los acreedores privados) como los más complejos de cancelar, ya que son “los que marcarían la verdadera necesidad de divisas para poder afrontarlos”. Y, por otra parte, “considera que los vencimientos con los propios organismos estatales (como el BCRA) se refinanciarían en su totalidad, mientras que los de organismos multilaterales si bien se pagan en su totalidad, lo usual es que luego se obtengan préstamos por montos similares a los que vencían”.

 

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Comentarios

  • Nicolas2 de septiembre de 2019 a las 8:42 pmLamentablemente estan todos equivocados. Creer que tienen razon es otra historia totalmente diferente. La verdad me importa poco y nada todo su razonamiento mediocre. La verdad de la milanesa es que estoy harto de ser un pelotud. Si soy un pelotud. Por que? Porque desde el 2003 que estoy esperando un desalojo. Mientras tanto veo las fotos por google maps y los 3 locales los estan usufructuando mientras me siguen llegando las facturas de la municipalidad a mi nombre. Soy un reverendisimo pelotud. Pero les aseguro una cosa a todos los que estan leyendo esto. Si asume devuelta Kristinita voy a ir a todas sus marchas hasta que la tenga enfrente mio. El tiempo que sea necesario. Cuando la tenga bien cerca me va a importar poco y nada ir preso por el resto de mi vida. Pero me voy a asegurar que a nadie mas le vuelva a pasar lo mismo que me paso a mi. 16 años esperando un desalojo. Esta no es una amenaza. Es una sentencia. Me lleve el tiempo que me lleve eventualmente va a pasar. Me voy a asegurar de eso.
  • Aljade10 de septiembre de 2019 a las 6:11 pmLos K dejaron 1500 millones de dolares por año
  • Néstor29 de septiembre de 2019 a las 8:38 pmPorque argentina tiene que depender del dólar??? Porque si tiene su propia moneda? Porque.si tiene su propia casa de moneda. Donde se fabrican billetes de y para Argentina. !?? Porque no solo nos manejamos por nuestros propios medios. Y tenemos que depender de otros países???? Porque no se sierra el sepo para que no dependemos de los de afuera.y que los de afuera dependan de nosotros.??? Porque no nos manejamos nosotros solos como los demás se manejan solos también.?? Que pasa.????
  • Cristpal7 de octubre de 2019 a las 2:37 amNéstor, xq en realidad Argentina no tiene soberanía económica desde Rivadavia. El frente financiero Club de París: pagaron la penúltima cuota de una deuda de US$ 9.600 millones Este mes se realizaron tres pagos por 559, 850 y 459 millones de dólares. En mayo de 2020, se pagará el saldo restante. La renegociación se había hecho en 2014 durante la gestión de Kicillof al frente de Economía.Argentina, con el mercado de deuda cerrado y tratando de salir del default, encontró en la billetera venezolana un fiel aliado. La estrecha relación incluso fue señalada por el ex candidato a presidente Henrique Capriles cuando "denunció" que Chávez envió u$s3.000 millones para ayudar al pago al FMI en 2007 durante la última campaña electoral. Más allá de los rumores, lo cierto es que Hugo Chávez fue generoso con la administración de Néstor Kirchner. Se calcula –según datos del Ministerio de Economía de esa época– que compró bonos por al menos u$s5.600 millones desde el 2005 hasta el 2008 (su última incursión en forma oficial). Las "operaciones de crédito público", como se la llama a la emisión de bonos hacia Caracas, fueron constantes durante la administración kirchnerista en su primera etapa. Pero la clave es que Chávez era uno de los que financiaban cuando el mercado le daba vuelta la cara a la Argentina. Participó de compras de títulos emblemáticos como el Boden 12 (una ampliación que se hizo luego de ser emitido en 2002 para salir del corralito), el Boden 2015, Bonar 10 y los Bonos del Sur. Según M&S consultores, en 2005 fueron colocados a Venezuela u$s1.563 millones en Boden 2012 y en 2006 otros u$s2.865 millones. O sea, una cuarta parte de los u$s17.525 millones de Boden 2012 que terminó de cancelarse el año pasado habían ido a parar a Caracas. En 2008, en una de las últimas operaciones de deuda con la Argentina, Venezuela compró en forma directa u$s1.000 millones del Boden 15. No fue gratuito para el país: convalidó una tasa de casi 16% en dólares (la misma que pagó Domingo Cavallo durante el Megacanje de 2001). La bicicleta chavista Detrás de la billetera abultada de Chávez había un próspero negocio en Caracas. Era típicamente conocido como "bicicleta financiera". Y consistía en lo siguiente, según el economista Lucas Llach: -El gobierno venezolano compraba los bonos argentinos y luego les pedía a algunos bancos de inversión (elegidos a dedo) que le estructuraran una nota. Una nota es un bono cuyo rendimiento dependía, en este caso, de la canasta de bonos que el gobierno de Chávez compró. -Luego de que esa nota estaba estructurada, el gobierno venezolano se la vendía a los bancos de Venezuela al tipo de cambio oficial por cada dólar más una prima. Aunque los bonos estaban nominados en dólares, la nota se pagaba en bolívares, con lo cual la excusa para hacer esta transacción era absorber bolívares y mantener viva la cotización del dólar paralelo. -Cuando los "bancos elegidos" compraban la nota, lo que hacían era traspasarla a una cuenta de valores en el exterior. Lo que existe en Venezuela es control de cambios, pero no controles sobre los activos financieros, con lo cual nada ilegal estaba sucediendo. -Una vez que la nota estaba en una cuenta en el exterior, el banco elegido vendía la nota al banco de inversión que la estructuró, al tipo de cambio paralelo, ganándose en la operación la diferencia entre el cambio oficial y el paralelo. El banco de inversión sólo es un intermediario del gobierno, y por ello gana su comisión correspondiente por estructurar y gestionar la liquidez del papel.No demoraría mucho el primer cruce de a Cristina de Capriles, quien sí a tenido encuentros con el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri. Por segunda vez, como ya lo hizo en la campaña del año pasado en la que perdió frente a Chavez, el candidato denunció que la Argentina le debía a Venezuela U$S 13.000 millones. Y en su entrevista con la cadena Televén, advirtió también que si ganaba los comicios del domingo revisaría los acuerdos bilaterales y no financiaría proyectos políticos de otros países como lo hizo durante todos estos años la administración de Chávez. “La deuda con la Argentina se calcula en 13 mil millones de dólares”, dijo, “por los convenios petroleros”. “En el país hay demasiados problems como para financiar proyectos políticos en otros países”. Se revisarán “todos los acuerdos firmados en los términos de cuáles o no benefician a Venezuela”. Mientras se producía la visita de Jaua a Buenos Aires, el embajador en Caracas, Carlos Cheppi reconocía la deuda argentina, que atribuía a los compromisos comerciales de corto plazo. “Es la que siempre existe cuando uno compra mercadería o combustible”, apuntó y luego al recordar que los negocios Buenos Aires -Caracas se habían multiplicado bajo los gobiernos Kirchner-Chavez, estimó en “100 millones de dólares a casi 4 mil millones” la suba del intercambio comercial, con balanza favorable a la Argentina. Al rato, luego de su entrevista con Jaua, en el Palacio San Martín, el canciller Timerman negó que la deuda ascendiera a los U$S 13.000 millones, como dijo Capriles. “Eso lo único que demuestra es la capacidad de Capriles para confundir a la gente, nada de lo que dice tiene sentido”, lanzó sobre el candidato presidencial el ministro, al ser consultado por el periodista de la agencia oficial Télam. Timerman y Jaua informaron que en su encuentro revisaron la participación de ambos en la Unasur y el Mercosur”, a la que Venezuela aún se ha integrado por completo sin que Paraguay lo haya aceptado. Por su parte Jaua, que se mostró confiado en el triunfo de Maduro el domingo, anunció ayer que Venezuela colaborará en la reactivación de la refinería de YPF de Ensenada que se incendió el 2 de abril pasado, tras ser afectada por la torrencial tormenta que derivó en la trágica inundación de La Plata y Buenos Aires. Ello afectará la producción total de combustible de la empresa. “El presidente Maduro ha dado instrucciones a (la petrolera estatal venezolana) PDVSA a dar apoyo para reactivar la destilería lo antes posible”, dijo a los periodistas en la puerta del Palacio San Martín.
  • Cristpal7 de octubre de 2019 a las 2:48 amLa Presidenta Cristina Kirchner regresa hoy del que definió como “una visita de Estado de las más importantes que hemos realizado.” Firmó 15 acuerdos, que van desde la energía atómica a represas hidroeléctricas, pasando por satélites. Pero la enorme mayoría de esos convenios terminan en una importante cantidad de facturas a pagar en el futuro. Son más de US$ 30.000 millones.Las represas, antes llamadas Condor Cliff y La Barrancosa, relicitadas como Néstor Kirchner y Jorge Cepernic (con mayores costos), ahora serán financiadas por los chinos, con créditos de tres bancos. La Presidenta celebró en Beijing (en la sede de la empresa que ganó la licitación) la firma de la Orden de inicio de la obra. Al hacerlo, se perfeccionó el contrato, y la Argentina asume una deuda de US$ 4.714 millones con los financistas de aquel país. Tomar deuda para hacer una obra de relevancia es mejor que hacerlo para pagar sueldos, por cierto. Pero sigue siendo nueva deuda, no? Vamos ahora a las usinas nucleares, adjudicadas en forma directa a empresas chinas pese a que compañías rusas y estadounidenses tenían interés en participar de una licitación. Son dos. La Presidenta las describió vía Twitter, como a ella le gusta: “IV Central Nuclear (uranio natural y agua pesada); Potencia: 70 megavatios. Inversión: US$ 5.800 millones”; “V Central Nuclear. Potencia: 1.000 megavatios. Inversión: US$ 7.000 millones”. En total, 12.800 millones de dólares, con un financiamiento que Cristina Kirchner definió como “concesional”, a una tasa del 3,5% anual, “mientras que un financiamiento a tasa comercial es entre 6,5% y 8,5% anual”, añadió. Cabría recordar que Bolivia coloca deuda al 4%, pero es una suspicacia. Porque, de todas maneras, es más deuda que el país sumará a sus pasivos. ¿O no les piensan pagar a los chinos? ¿Y el desendeudamiento? También están los trenes, que China financia a largo plazo: suman más de US$ 3.000 millones. Y la frutilla del postre, el swap con el Banco Central de China, con el cual Vanoli controló en las últimas semanas (parcialmente) la caída de las reservas del BCRA. Son otros US$ 11.000 millones, si se desembolsa la totalidad. Sumando unos y otros, son facturas a pagar por más de US$ 30.000 millones. Una suma importante que deberán estar analizando, seguramente, los candidatos a Presidente, que deberán ver cómo harán para pagar. Un monto que se lo pregona como inversiones chinas, pero que en verdad son contratos de compra, de financiación que deberán ser abonados dólar sobre dólar. Ayer, Martín Redrado se mostró “preocupado” por la “preferencia que se le da a las empresas Chinas, sobre todo en los procesos de licitación que siempre tienen que ser abiertos, transparentes y buscar mejores precios y calidad”. Y agregó que se “está arrodillando buscando dólares y dando concesiones que no daría en una situación normal”. Es una explicación a lo que pasó, no? Un analista del sector energético coincide: “Les dieron las usinas atómicas, lo único nuevo de este viaje, a cambio del swap”. El mismo técnico hizo un cuestionamiento: “¿Por qué un Gobierno que se está yendo en 10 meses toma compromisos de esta magnitud, a largo plazo?”. Una broma para el final, de un exfuncionario argentino, que dio en Beijing de una conferencia junto a pares de europa y Asia. Hubo 1.500 asistentes, dijo ayer. Más de los 1.000 empresarios que fueron a escuchar a la Presidenta, sorprendiéndola. ¿También estos serían de “La Cámpola”? Podremos algún día desendeudarnos? Cuando cfk estaba por asumir,vi al turco Asís en el programa de Fantino y dijo q Néstor fue poco caballero, ya q le dejó la cuenta a pagar a la sra. Sobran las palabras. Nunca se pagó la deuda. Cierto q se desembolsó sin más con el FMI pero, nos comprometió más con otros estados. En épocas de yuyito a precios nunca vistos, los commodities altísimos, con ingresos en dólares, retenciones al campo records. Comprando trenes inservibles, haciendo obras q nunca comenzaron, edificando casas q nunca se entregaron, rutas, caminos...Qué fue de todas esas inversiones. Es casi imposible realizar un cómputo serio porque no había índices, se comía con 6$(nunca lo logré) había menos pobres que en Alemania y más. Scioli recurre a las jubilaciones para financiarse El gobierno bonaerense se propuso echar mano a los fondos de las cajas previsionales de los profesionales de la provincia. A cambio, ofreció a las entidades un bono por US$ 60 millones.
  • Cristpal7 de octubre de 2019 a las 2:54 amMarcelo Bátiz [email protected] DyN El decenio 2003-2012 que acaba de concluir estuvo signado por dos fenómenos, uno político, el otro económico, mucho más relacionado de lo que se cree, a pesar de que el relato oficial los presente como antagónicos e irreconciliables. Son, respectivamente, el kirchnerismo y la soja. Dos viejos amigos a los que, por lo que se verá, el 2013 que comienza volverá a mostrarlos unidos por la necesidad. Es difícil, por no decir imposible, encontrar en la historia argentina una relación tan estrecha y excluyente entre un movimiento político y un producto de exportación. Los cereales y la carne de los tiempos del “granero del mundo” (además de ser en rigor más de un producto) abarcaron décadas con diferentes expresiones partidarias. El trigo vendido a la URSS en la última dictadura tampoco fue tan determinante, tanto en divisas como en el tiempo transcurrido. Una conjunción de circunstancias, como la caída del gobierno de la Alianza, la mejora de los términos del intercambio para los países emergentes, los avances tecnológicos en la agricultura y la incorporación de China al mercado del comercio mundial, fueron los que determinaron que el boom sojero pasara a ser una exclusividad del kirchnerismo. Y si se revisan algunas cifras, se podría ser más preciso aún: la sojadependencia pasa a ser absoluta con el inicio de la gestión presidencial de Cristina Fernández. Paradojas de un discurso industrialista como pocos. De acuerdo con el cruce de las informaciones del Indec y de la Cámara de la Industria Aceitera, la liquidación por exportaciones del complejo oleaginoso fue en 2003 de 9.450 millones de dólares, el 60,8 por ciento del saldo favorable de la balanza comercial. Si el porcentaje es impactante, mucho más impresiona saber que, en realidad, fue el más modesto de la década que empezaba. La sojadependencia recién asomaba y ni el naciente kirchnerismo se daba cuenta de su importancia, al punto tal de anotar en su plataforma electoral de ese año que “una vez alcanzado el equilibrio fiscal y en la medida de las posibilidades presupuestarias se comenzará un proceso de eliminación de las retenciones a las exportaciones”. El resultado final de esa década fue un superávit comercial acumulado de 128.451 millones de dólares, impulsado fundamentalmente por el complejo oleaginoso, que en el mismo período liquidó exportaciones por 170.560 millones de dólares. Es decir que sin la soja y sus derivados, la década kirchnerista hubiera terminado con un déficit en la balanza comercial de 42.109 millones de dólares. 170.560 millones de dólares exportó el complejo oleaginoso argentino durante la década kirchnerista. 8.530 millones de dólares sería el déficit comercial anual de la gestión de Cristina sin el “yuyo maldito” FONDO SOJERO Y RUTAS EN SANTA FE Se llevan la renta y quedan las muertes El diputado nacional Fabián Peralta (GEN - Santa Fe) insistió en plantear lo injusto de la distribución del Fondo Sojero. Analizó los datos obtenidos de las páginas oficiales y detalló que “Santa Fe aporta un promedio del 21, 8 % de la producción total de soja del país, es decir, 5.400 millones y ha recibido sólo 632 millones. “La Nación -dice- debería contemplar esta situación y destinar parte de ese dinero a obras que no sólo son importantes para Santa Fe, sino para la Nación a la hora de pensarla en términos de conexiones estratégicas”. En otro estudio que el diputado del GEN presentó días atrás, señaló que en nuestra provincia muere una persona por día en rutas y el 63% de esos decesos se producen en rutas nacionales. “Esas cifras guardan estrecha relación con un dato objetivo, que es el hecho de que tanto en la Ruta 11, como en la 33 y en la 34 el porcentaje de camiones que circulan son entre el 40% y el 50% del tránsito total y no de casualidad la 33 recibe el nombre de ruta cerealera”. Peralta indicó que “de las autovías o autopistas de la 11, 33 y 34 se habla hace rato y lo único que tenemos es que con suerte en 2014 comenzaran los trabajos en la 33. Lo que estamos planteando es claro: desde la implementación del Fondo Sojero Santa Fe aportó más de 18.000 millones y seguimos esperando obras que perfectamente se podrían haber hecho, sólo, con una parte de esa cifra”. El litoral.
  • Cristpal7 de octubre de 2019 a las 2:55 am22/08/2014 Carne: en la última década, el país perdió u$s10 mil millones Un estudio de la UCA asegura que dejó de ingresar ese monto a la Argentina debido a la política cárnica kirchnerista. Frigoríficos, ruralistas y carnicerías criticaron el freno a las exportaciones adoptado por el Gobierno.
  • Cristpal7 de octubre de 2019 a las 4:51 pmEl 60% de las exportaciones argentinas son productos primarios, pero llevan tecnología de punta La Argentina es líder mundial en exportación de aceite de soja, peras, maní y otros. Especialistas coinciden en que, a contramano de lo que está instalado, la falta de valor agregado posterior no es preocupante, por todo el desarrollo previo. Las oportunidades en carnes y vinos.
  • alejandro27 de octubre de 2019 a las 1:42 pmsegun el grafico en el 2005 que no uvo presidente vajo la deuda externa o quisas yo no se leer los graficos
  • Daniel Martinez29 de octubre de 2019 a las 3:03 pmExcelentes los comentarios queda claro que el informe de Lanata es engañoso, y en toda la discusión hay gente que no entiende que el concepto deuda, no existe solo de manera unilateral es decir dinero que se debe; sino que es un concepto que existe en dos dimensiones; dinero que se debe en relación al dinero que se produce; es decir deuda y PBI, por una muy simple razón, deuda se relaciona con préstamo, si yo debo, le debo a alguien que me presta; dicha persona o entidad, habilita cierta cantidad de dinero en relación a mis ingresos demostrables, en este caso según mi PBI, por tal el concepto "deuda" esta íntimamente relacionado con el concepto préstamo y a la vez con el concepto PBI.

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