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¿Mucho o poco? El dilema del empleo público en la Argentina

En la última década, la Argentina registró un fuerte incremento del empleo público no sólo en el Estado nacional, sino también (y sobre todo) en las provincias. A partir de estos datos, hay quienes argumentan que el crecimiento registrado fue desmedido y, quienes señalan que el aumento del trabajo estatal se relacionó con un incremento de los servicios públicos que benefició a la población.

En ese contexto, existen varios datos que vale la pena mencionar para echar luz sobre el tema.

La investigación “Radiografía del empleo público en la Argentina. Quienes hacen funcionar la maquinaria estatal” elaborada por Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) puso la lupa sobre el perfil del empleado público argentino en base a datos de la Encuesta Anual de Hogares Urbanos (EAHU) del INDEC, que abarca a la población urbana del país. Y encontró que “en los últimos años el Estado restauró su presencia en ámbitos de los cuales se había retirado años atrás”, ya sea aumentando el personal en áreas esenciales (educación, salud y seguridad) o haciéndose cargo de servicios que había tercerizado en concesionarios privados (ferrocarriles).

“El debate sobre el empleo público se asemeja a un diálogo de sordos y a los gritos. Es cierto que el Estado creció, pero no solamente en cuanto al tamaño sino también a las funciones y los servicios que brinda”, destacó a Chequeado Gonzalo Diéguez, director del Programa de Gestión Pública de Cippec.

La experta en mercado laboral de la consultora FIEL Nuria Susmel demostró en un estudio que desde 2007 el empleo público aumentó a un ritmo mayor que el empleo privado, prácticamente sin crecimiento desde ese año. En 2013, según datos del Ministerio de Trabajo de la Nación, alrededor de un 17% de la población ocupada trabajaba en el sector público, un porcentaje que se mantuvo relativamente estable desde los inicios del kirchnerismo, según Cippec.

Susmel destacó, además, que “la mayor parte del empleo público se localiza en los gobiernos provinciales, responsables no sólo de la administración sino también de actividades de Educación y Salud”, áreas transferidas sin los recursos por el gobierno federal a fines de los ‘70 y principios de los ‘90. Por eso, según un documento del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), el gasto en sueldos estatales de las provincias como porcentaje de su presupuesto es mayor al de la Nación.

Así, de acuerdo con los datos de la EAHU de 2013 procesados en el estudio de Cippec (ver datos), en la actualidad el empleo público provincial presenta el siguiente panorama:

Las cuatro provincias con mayor porcentaje de ocupados en el sector estatal como porcentaje del empleo total son dos petroleras y dos mineras (y las dos primeras son las tierras de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner y de Carlos Menem, los presidentes que gobernaron el país durante 22 de los últimos 26 años): Santa Cruz (41%), La Rioja (37%), Catamarca (35%) y Neuquén (31%);

– En la mayoría de las provincias argentinas, entre dos y tres de cada diez personas ocupadas trabajan en algún nivel del Estado (nacional, provincial o municipal);

– Y, por último, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (17%) y las provincias de Tucumán (16%), Buenos Aires (13%) y Córdoba (13%) son las jurisdicciones con menor participación de empleo público sobre el total.

En cuanto a la caracterización, seis de cada diez empleados públicos que trabajan en la Argentina lo hacen en las áreas de Educación, Salud y Seguridad, y un tercio del total en la Administración Pública, según destacó Diéguez a Chequeado. Y siguió: “El 44% de los empleados públicos cuenta con formación universitaria. Si se suma a los que terminaron la secundaria o poseen estudios universitarios incompletos la tasa se eleva a ocho de cada diez personas; estas cifras corren el eje del debate hacia otro aspecto sustantivo: la calidad de los bienes y servicios púbicos que brinda el Estado”.

Un estudio de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Centro de Estudios Distributivos Laborales y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata (Cedlas-UNLP) señala que -en línea con lo que sucede en Latinoamérica- los trabajadores del sector público tienen un promedio de catorce años de estudio, mientras que en el sector privado formal tienen doce y en el informal, diez. Al mismo tiempo, los salarios públicos en la Argentina son en promedio más altos que los privados (ver este chequeo).

A nivel internacional, la participación del 17% de empleo público sobre el total de ocupados ubica a nuestro país por encima de las principales naciones latinoamericanas incluidas en el estudio de la CAF y el Cedlas, como Uruguay, Chile, Brasil y México, pero por debajo de Venezuela y de países desarrollados y nórdicos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (ver datos).

No hay un tamaño óptimo de Estado. Existen países con Estados grandes, con una oferta excelente de servicios públicos, como los nórdicos, y países con Estados de tamaño similar, como Venezuela o algunos países africanos, donde esa oferta es claramente deficiente. También aparecen países con Estados pequeños, como México, con graves problemas en la provisión de servicios públicos”, comparó Lucio Castro, director de Desarrollo Económico de CIPPEC.

En la Argentina, la mayor parte del empleo público está explicado por áreas de servicios esenciales, como la Educación, la Salud y la Seguridad. “Por eso, contar con más empleados no necesariamente es bueno o malo por sí mismo, el otro punto relevante es poner el foco de análisis en la calidad de esos recursos humanos y los criterios de reclutamiento y ascenso de los trabajadores estatales, que en la Argentina hay que mejorar porque en muchos casos no responden a criterios de mérito y profesionalismo”, concluyó Diéguez.

 

Fecha de publicación original: 03/07/2015

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Comentarios

  • Carlos Santander5 de noviembre de 2015 a las 6:22 pm¿Cuantos empleados públicos en el estado nacional tiene la ciudad Autonoma de Buenos Aires?
  • Carlos Dormisch1 de diciembre de 2015 a las 4:55 amAdemás también se les escapa el detalle pequeño de que de 10. 6 son empleados de la educación, seguridad y salud... De esa forma por más palanca que tengas entras si Sos cana, médico o maestro....repito y apoyo, no leen nada.
  • mongo4 de enero de 2016 a las 11:44 pmtodos los comentarios tienen algo de verdad y error. el hecho es que como patagónico, después de pagar impuestos y mantener empleados públicos a nivel nacional, provincial y municipal, pago todos los meses la cuota de enseñanza privada,de osde como prepaga de salud, y segelec empresa de seguridad y monitoreo. es decir, soy boluuuudo, o el estado es definitivamente en realidad DEFICIENTE Y BOBO..... (conste que aproximadamente hasta el 30 de abril trabajo para el estado, esto es cuatro meses del año, o el 33 por cieto aprox. de lo que gano...)
    • Adolfo8 de enero de 2016 a las 2:32 pmCon todo respeto, pagas impuestos y te beneficias con un boleto de trasporte bajo, luz, gas. Pagas OSDE porque tenes la posibilidad y porque muchos de los organismo de Salud del Estado no funcionan como deben, pero existen otros (y te puedo nombrar varios) que si (mi viejo tiene un marcapaso del estado, $25.000 nos salia el aparato, la cirugía no contemos) y funcionan y benefician a muchos que ni tienen para vivir. Hablaste de enseñanza privada, te invito a preguntarle a los directivos del instituto canto subsidio reciben del Estado (si un privado recibe del Estado), cuanto les pagan a los docentes, que formación tienen. Mi pareja es Lic. en Comunicación Social recibida en la UNLP, es directora del área de comunicación y prensa de Berazategui, cobra $10500; sus compañeros Lic. en Sociología UNLP, Diseñadores UBA, Ingeniero Informáticos UBA, cobran entre $8000 y $10000, y asi puedo seguir a nivel provincial y nacional. No creo que el estado "DEFICIENTE Y BOBO" (y me refiero al de los últimos 12 años, no al mamarracho del actual) aposto a profesionalismo de las entidades publicas, aunque existen muchos forros que se aprovechan de las fisuras del estado para llevarse la guita sin laburar.
  • Zulma8 de enero de 2016 a las 10:15 amTransparencia y eficiencia es lo que tiene que brindar el ámbito público que lo sostiene el pueblo. El intendente de Caucete San Juan nombró avarios integrantes de su familia, sus hijos de 18 y 19 años tendrán la idoneidad para ocupar sus cargos?
  • Lord Lemming8 de enero de 2016 a las 10:33 amDejenme decir algo obvio que se no veo a nadie mencionar. Los datos del informe son de 2013, anterior a la recesión.
  • r9 de enero de 2016 a las 4:27 pmgente, no nos vamos a creer que casi la mitad de las personas que trabajan en el estado tienen título universitario. Sabemos que en muchas provincias nisiquiera terminaron el primario los empleados municipales
    • Martin19 de enero de 2016 a las 9:50 amMuchos trabajadores estatales, ser un trabajo relajado (muchas veces no supera las 6 horas) les permite estudiar una carrera mientras trabajan. Muchas veces actuan como administrativos, y estudian medicina, psicologia, derecho, etc... En cambio, en la actividad privada, esto se complica mas.
  • jorge aviles15 de enero de 2016 a las 11:30 am14 01 016 PERSONAL PUBLICO-EXCESO-REDIMENSIONAMIENTO ANTECEDENTES HISTÓRICOS-QUEHACER Y HACER- 1) Abordo en esta nota una problemática que concita desbordante atención pública. En particular en el seno de la propia administración sobre la cual se teme una suerte de “espada de Damocles” en lo que a mantenimiento o no de los puestos de trabajo y consiguientemente los sueldos se refiera. Subráyese el adverbio “aparentemente”: esto deriva en el desenmascarar las realidades y más aún lo cataplásmico. Si se habla de, a la fecha, el cuestionamiento se refiere a 14.000 cargos que habrá de afectar a menos del 1% del total. 2) Vale decir para expresarlo en lenguaje metafórica que estamos quemándonos los sesos y aumentar las palpitaciones cardiacas de ¡¡ una…laucha !!. El atemorizante y robusto depredador prosigue en lo mejor de su paraíso y continuar con sus tropelías. Inclusive canibalismo. Es eso, reitero, que no me cabe explicarme el porqué de tal monumental desatino. Lo consecuente emerge amenazante: despidos y cesantías que se reclaman o mejor pretenden exigir la eliminación de centenares de miles de puestos. 3) Sí, decimos que debemos aportar solución es a un par de millones – no 2 de miles a 30.000 - de puestos sobreabundantes. Sus productividades marginales son cero o negativas. Tengamos en cuenta que si en 2014 – 3.900.000 el total de personal en la administración pública consolidada lo era en un 28 % y el resto 72 %. en salud, educación y seguridad. Adviértase en relación a estos últimos entre los que un 23 % no trabajan cubiertos por “carpetas médicas. Cuestan al erario más que lo que producen. Si esto es as cabe remarcar, contundentemente, que lo aleccionante en la experiencia internacional es: el crecimiento en el total de los puestos públicos debe ser paralela al aumento de la población. Regla de oro. No de segundo orden es ético-político-administrativo: la incorporación de personal se hizo entonces, no como respuesta a una “necesidad” sino que fueron botines electorales de los partidos políticos, agregado a nepotismo y amiguismo Sin pudor. No constitucionales. Los casos de – todos: Poder Judicial y legislativos, federales provinciales y municipales. Inconducta ética plena. Otro artilugio siniestro deriva de la no existencia de planificación. Pruebas al grano: la no existencia ni propuesta para incorporar un clasificador y eje de carrera para funciones y cargos-empleos. Al ser esto así lo admisible o no queda en penumbras insondables. Fundamental. Las incorporaciones de personal se hizo fuera de concurso publico de antecedentes vía pruebas. Rotundamente “entraron por la ventana” en violación flagrante al artículo 16 de la Constitución Nacional. No tienen legitimidad. Es así de grave. Obvio que hubo y continúan habiendo cómplices – gobernantes “seriales” en un ilícito de código penal e irredargüiblemente. Que las organizaciones sindicales y los propios partidos políticos mismos bramen cuando el tema se plantee y con todos sus treces es absolutamente posible. A no arredrarse. “Paris bien vale misa”. Condición “sine qua non”. O seguimos con lo de la cola de la laucha. Otra vez más otra, en la trágica historia de la administración pública. Historia que está signada por emergencias derivadas de restauraciones de la derecha política. En términos agregados lo reverso no existió. Lo anterior es introducción-resumen de rasgos preliminares de diagnóstico. Incluyo segmentos de mi propio “curriculum vitae”. Auto-referenciación. La tarea me exigió esfuerzos de todo orden a los que me prodigué. Tanto como funcionario en Argentina por espacio de 8 años; como profesor universitario en temas de gestión de políticas públicas; como consultor- Consejero Técnico Especial del Secretariado General de la Organización de las Naciones Unidas – Reforma del Estado, participación-dirección en programas-proyectos de cooperación técnica en misiones tenidas en 41 países de 4 continentes; presidencia y gestión de una unidad de 5 en equipo que controló el 6 % de los intercambios import-export entre Canadá y Argentina por años; incluso tareas comunicacionales sobre mis propias iniciativas o como parte de equipos. Todo esto me auto-calificó para asumir responsabilidades y de mayúsculos portes. Enumero algunas: En 1965 como consultor-jefe del intendente socialista de Mar del Plata, concebí y puse en ejecución iniciativas las cuales, adaptadas, aún en el mundo fueron implantadas: a) la implantación del Presupuesto por Programa; b) participación en misiones del Banco Mundial-F.M.I); c) lo relacionado con un instrumento – sin antecedentes– de régimen legal de la gestión pública municipal. El Código Administrativo d) financiamiento de obras públicas mediante Contribución por Mayor Valor de las Propiedades derivados de inversiones públicas o Contribución por Mejoras; e) instauración y concepción del retiro voluntario – 18 meses de sueldos inclusive colaterales y asignaciones-costos indirectas; f) propuesta-plan para contratar con empleados publico– en forma de cooperativas distintivamente; la prestación de servicios y obras públicos; g) concepción e instauración – presupuesto 1966 – del Salario Familiar-Educacional – nuevamente en el marco de una gestión socialista y así lo reconoció públicamente el ex Presidente de la Nación- ahora llamado Asignación Universal por Hijo (la autoría es mía y no de reclamos falsarios…me ocurrieron otros despojos. En fin) En lo que se refiere a experiencias con responsabilidades primeras hube de: a) reducir el personal en la Provincia de La Pampa en tanto Subsecretario 12% del total de personal al impedir los nombramientos a la firma; b) como primer administrador del C.F.I. con personal tan reducido – 4 - que insumía el 1,7 % del total presupuestario; c) disolución de 5 centros asiáticos – algunos creados por Prebish – de cooperación internacional desafectando sus dotaciones de personal en sus totalidades (100 %). Mi informe llegó a la Asamblea General; d) tema de mis seminarios en universidades canadienses; e) libro en publicación digital – 6º eje complementario – intitulado “Compensación de Impuestos con Trabajo Comunitario”. Y otros POST SCRIPTUM 1) sigue esta nota en segunda parte con – como anunciado como ejes de reforma (son 6 básicamente) y estrategias consecuentes recomendadas; 2) coincido en que Prat Gay es un robusto y pulcro delincuente serial; Prof. Dr. Jorge M. Avilés (5 carreras universitarias hechas)
  • Laura19 de enero de 2016 a las 10:44 amHola, creo que este gráfico puede servir también para aportar comparativamente como funcionan los países 'modelo' con respecto al empleo en el sector publico: http://www.oecd-ilibrary.org/docserver/download/4215081ec022.pdf?expires=1453172116&id=id&accname=guest&checksum=A32D89919B40363E74F002F2E8F483B2
  • juan20 de enero de 2016 a las 11:03 pmUpsss... Cual es la provincia que lejos lejos tiene el mayor porcentaje? Caramba, que coincidencia!
  • Martín22 de enero de 2016 a las 1:07 am"Es cierto que el Estado creció, pero no solamente en cuanto al tamaño sino también a las funciones y los servicios que brinda”. Ok, pero cabe hacerse dos preguntas sobre los servicios que brinda el estado: ¿Lo hace de forma eficiente?, pero también la más fundamental: ¿Corresponde/es saludable que los brinde el estado y no un privado?

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