Por la pandemia, en 2020 se hicieron menos de la mitad de los trasplantes que en el año anterior
- Los datos oficiales muestran una baja significativa en relación a 2019, un año récord, pero también en comparación con años anteriores.
- El Incucai y especialistas indican que esta reducción se debió al impacto de la pandemia en el sistema sanitario.
- Si bien datos preliminares muestran una baja en los trasplantes en la Argentina mayor a la de otros países de la región, se destaca que la actividad no se interrumpió en todo el año, como sí debió hacerse en algunos países europeos.
En 2020, 2.026 personas recibieron un trasplante de órganos o tejidos, de donantes fallecidos o vivos, un 55% menos que en 2019 que fue un año récord (4.510), pero también un indicador bajo en comparación con años anteriores. Si se miran los datos abiertos disponibles en el sitio del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), que llegan hasta 2011, no hay un registro inferior.
Tanto el organismo oficial como especialistas en la materia coinciden en que el impacto de la pandemia de coronavirus y la presión que ejerció sobre el sistema de salud afectaron la donación y la procuración (es decir, la obtención) de órganos para su trasplante.
De hecho, si se analiza la evolución mensual de los distintos tipos de trasplantes, se puede observar que las principales bajas se dieron en abril y junio, durante los primeros meses de la pandemia, y en octubre último, en coincidencia con el pico de casos confirmados de COVID-19.
Se trata de un problema que se repitió en distintas partes del mundo pero especialistas destacan que en la Argentina, aunque se redujo la cantidad de trasplantes, nunca se interrumpió la práctica, algo que sí se debió hacer en otros países.
“La caída en las procuraciones se debe al impacto de la pandemia en el sistema sanitario”, explicó a Chequeado Alejandro Bertolotti, jefe del Departamento de Trasplante de la Fundación Favaloro y agregó: “En 2019 se había logrado un nuevo récord porque, a partir de la entrada en vigencia de la ley Justina, cayó fuertemente la negativa familiar” a la donación.
Por su parte, Carlos Soratti, presidente del Incucai, indicó a este medio: “Desde un primer momento, la incertidumbre y la escasa información hicieron que se trabajara con la mayor prudencia, desarrollando consensos y protocolos para mantener la actividad con seguridad y calidad”.
“La ocupación de camas críticas por COVID-19 también repercutió en la generación de donantes y trasplantes, así como las distintas restricciones impuestas por la estrategia de contención de la pandemia (restricciones a la circulación, la suspensión de vuelos, dificultades logísticas) llevaron a que se deban realizar adecuaciones para garantizar la operatividad del sistema”, agregó el funcionario.
En colaboración con distintas sociedades científicas, como la Sociedad Argentina de Trasplante (SAT) y la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), entre otras, el Incucai creó protocolos para asegurar la no trasmisión del virus y proteger a pacientes y a trabajadores. Estas guías se fueron actualizando a medida que se accedía a más información científica (ver acá la última actualización).
“Los donantes salen de las terapias intensivas -especialmente del sistema público de salud- pero faltaba recurso humano entrenado para procurar, un sistema que estaba estresado por la pandemia”, detalló Bertolotti.
El especialista añadió que además del protocolo oficial, cada establecimiento se debió adaptar a sus propias realidades: “Se crearon estrategias intrahospitalarias específicas, para asegurar camas para trasplantes y para evitar los contagios. Es como tener 2 hospitales dentro de 1, se implementaron restricciones de circulación y aislamiento para los recursos humanos y familiares y visitas, para que no se crucen con otros pacientes que pudieran tener COVID-19”.
Otra de las tareas del Incucai fue dar contención a las más de 6.900 personas que se encuentran en la lista de espera de órganos. “Se habilitaron 5 líneas de atención diarias vía WhatsApp destinadas a pacientes, a cargo del equipo social del Incucai, se realizaron encuentros de información a distancia y se priorizaron los contenidos en redes destinados a los pacientes”, informó Soratti.
Una problemática mundial
España es considerada un país de referencia en materia de trasplantes de órganos. Sin embargo, también tuvo que enfrentarse a los desafíos que la pandemia le presentó a este área. En 2020 redujeron los trasplantes en 18,8% en relación al año anterior, de acuerdo con los datos oficiales del Ministerio de Sanidad de España.
Por su parte, entre febrero y abril de 2020, se redujeron en un 90,6% los trasplantes a partir de donantes fallecidos en Francia y un 51,1% en los Estados Unidos, de acuerdo con una publicación en la revista científica The Lancet.
En tanto, en el Reino Unido, entre marzo y mayo de 2020, los trasplantes a partir de donantes fallecidos se redujeron en un 68% en relación al mismo periodo del año anterior, según otro artículo de la misma publicación académica.
“De alguna manera, nosotros tuvimos el ‘diario del lunes’ por las grandes olas europeas. España y el Reino Unido tuvieron que parar la procuración en algunos momentos, nosotros nunca paramos”, describió Bertolotti.
En la Argentina, se pasó de 19,6 donantes fallecidos por millón de habitantes en 2019 a 9,8 en 2020. En la región, Uruguay, Brasil y Chile mostraron menores caídas que en nuestro país, de acuerdo con datos provisionales recopilados por el Consejo de Europa y la Organización Nacional de Trasplantes de España que envió el Incucai a Chequeado.
Uruguay pasó de 21,4 donantes fallecidos por millón de habitantes en 2019 a 18; Brasil de 16,6 a 14,23 y Chile de 9,92 a 7,38. Por su parte, México y Ecuador, entre otros, tuvieron un caída más profunda que nuestro país.
Antes de la pandemia, el único de los países mencionados que tenía un mejor indicador que la Argentina era Uruguay.
Algunos datos alentadores
Los trasplantes de médula ósea en particular mantuvieron el ritmo de 2019. “Se garantizó la provisión de células a los pacientes que necesitaban un trasplante y no contaban con un donante compatible en su grupo familiar. Vale destacar que en 2020, y en el contexto pandémico, se realizaron en total la misma cantidad de colectas de células de donantes argentinos para pacientes de nuestro país que en el año previo”, destacó Soratti.
Además, la cantidad de trasplantes renales y hepáticos ha ido aumentando en los últimos meses y se acerca a indicadores previos a la llegada del SARS-CoV-2 al país.
En marzo último se hicieron 92 trasplantes renales, cuando previo a la llegada de la pandemia al país, en enero de 2020 se hicieron 121 y en febrero 114. Por su parte, se hicieron 34 trasplantes hepáticos en marzo último, mientras que en enero de 2020 se hicieron 31 y en febrero 41.
“Incluso en un contexto sanitario tan complejo como el actual, se puede observar que las cifras de donación y trasplante se empiezan a acercar a las de las instancias previas al inicio de la pandemia”, indicó Soratti y agregó: “Esto sólo es posible gracias al compromiso constante y el esfuerzo mancomunado de todos los actores del sistema, que trabajan día a día para que quienes esperan puedan recibir ese trasplante que les permita recuperar su salud y mejorar su calidad de vida”.
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